PARECE FALSO, PERO ES REAL - CRÍTICA THE WOMAN IN CABIN 10


 The Woman in cabin 10 es un film tradicional, humano, criminal, clasista, sincero, directo, curioso, inmersivo, intrigante, educativo, didáctico, activo y didáctico. La premisa del guion es bastante sencilla y clásica, con detalles muy predecibles (sobre todo con la tendencia filmográfica de Guy Pearce), pero contada de tal manera que genera inmersión y empatización, que cuanto más se desarrolla la trama, más crece. Logrando crear varias teorías, pero dejando muy visible la real y principal. La ejecución de la narrativa y la puesta en escena es progresiva, intrigante y que sigue el patrón del género de Suspense y Crimen. Con una estructura vista miles de veces, pero aún y así eficaz y con fuerza, creando una inmersión y empatización que va creciendo exponencialmente. Acompañada de una intriga, que lo refuerza, despertando cierto interés, para mantenerte pegado. Así, poco a poco te vas implicando más, capturando tu atención de forma temprana, para convertirte en un personaje de la historia. Logrando que te involucres tanto mental como emocionalmente, de manera progresiva. La hibridación de géneros es magnífica, con una transición absolutamente impecable, que fusiona a la perfección: Drama, Tragedia, Suspense, Thriller, Crimen, Acción, Personal, Basada en un libro y Misterio. El ritmo del guion es pasivo-agresivo, con pequeños momentos esporádicos de intensidad. Cumpliendo las necesidades de cada secuencia, conservando la inmersión y empatización, para satisfacer las del espectador y crear un viaje emocional, personal, intenso e intrigante.

La interpretación de Keira Knightley es sensacional e inmersiva, captando a la perfección la esencia y matices del personaje. Transmitiéndola de un modo tan empático, que te hace identificarte con su personaje de manera inmediata. Fortaleciendo la inmersión y empatización, y demostrando que conoce el arte de transmitir el mensaje con el lenguaje no verbal. Hay diferencia entre conocer, controlar y dominar la habilidad; y solo hay dos actores que la dominan: Rebecca Ferguson y Denzel Washington. Porque llenan la pantalla sin abrir la boca, así que imaginad a la que empiezan a hablar. Además, de tener una presencia brutal e inigualable; yo los llamo Los Dioses de la Interpretación.

Al parecer, el proyecto lleva varios años en marcha, desde 2017, lo abandonaron, pero Netflix compró los derechos en 2024, anunciando que Keira Knightley sería la protagonista. Es una adaptación de un libro. Simon Stone confesó que ha usado elementos del teatro y de películas clásicas del Suspense. El film se produjo, a través de la productora Sister, no de Netflix, como es habitual, ya que ellos son los nuevos dueños del guion. Se rodó en un superyate real, llamado Savannah. Todas las secuencias acuáticas tuvieron contacto con el agua real, porque se filmó en mar abierto; todo en Inglaterra. Al rodar en un superyate, había muchas normas muy estrictas: equipo reducido (no de personas, tecnología), no dejar trípodes ni objetos pesados en la cubierta, incluso controlaban al personal y lo que se comía y bebía en ciertas zonas del barco. Se contrató a un bróker, para encontrar el barco perfecto. En el barco se grabó durante dos semanas, después recrearon todo el interior en un estudio, para poder controlar la iluminación, sonido y movimiento de cámara. Se inspiraron en Thrillers de los años 70 y cambiaron detalles del libro. Las críticas fueron muy divididas.

Simon Stone ha creado un guion técnico elegante, inmersivo y que ayuda a seguir y comprender cada detalle de la historia. La dirección de actores está en sintonía con el entorno y con una simbiosis tremendamente focalizada.

En resumen, si te gustan los clásicos Thrillers sobre crímenes entre millonarios, te recomiendo: The woman in cabin 10.   



Nacho Stars: 6,54



Nacho Miret



Enlace Película: The Woman in Cabin 10 (Netflix)


Comentarios

Entradas populares

ROBOTS VS HUMANOS - CRÍTICA EL ESTADO ELÉCTRICO

ASESINOS A SUELDO BAJO EL MISMO TECHO - CRÍTICA BULLET TRAIN

DENZEL WASHINGTON LO HA VUELTO A HACER - CRÍTICA THE EQUALIZER 3