miércoles, 24 de mayo de 2017

SECRETOS, MÁS SECRETOS Y ATENTADOS


El guion en varias ocasiones usa los saltos temporales; unas veces te lo indica y otras no. La introducción te presenta a Jack Ryan (Chris Pine) en una trágica situación y acto seguido utiliza un salto temporal de diez y ocho años hacia el futuro; para que sepas que lo que has visto anteriormente, es la razón por la cual ingreso en el ejército. Te muestra que es un patriota de los pies a la cabeza y el tipo de persona que es: lo buen samaritano que puede llegar a ser. Cuando conoces a Viktor Cherevin (Kenneth Branagh), ves que es un individuo malvado, sin escrúpulos, violento, con contactos políticos (corruptos), que no soporta los errores y no se anda con tonterías; además de tener un problema de salud. El guion te enseña el lado oscuro de la guerra. Tiene momentos absolutamente imprevisibles que te pillan con la guardia bajada. El misterio que rodea a Thomas Harper (Kevin Costner) es cada vez mayor, es de esas personas que aunque te digan la verdad, no te lo acabas de creer del todo y resulta demasiado evidente que esconde algo más (de una magnitud asombrosa) que no descubres has que ocurre; su trabajo son los secretos. El guion tiene unos pequeños toques cómicos eficaces porque expresan una realidad y/o un pensamiento. La tensión es tan elevada que se puede cortar con un cuchillo e incluso la sientes en tus propias carnes; algo muy típico de un Thriller bien hecho (pero este no da mal rollo, que es algo que define a dicho género). El tema principal son los atentados terroristas. Posee secuencias de adrenalina pura, que causa más de un subidón. Tiene un final abierto de tal forma, que se podría hacer una segunda entrega perfectamente.

Hay un detalle que llama la atención y confunde un poco: al parecer el personaje de Chris Pine tiene dos nombres: John P. Ryan y Jack Ryan. Cuál es el auténtico? Porque tiene dos? Si uno es real y el otro una tapadera o uno alternativo, cual es el suyo, cual no lo es y porque?. Es un detalle que plantea muchas dudas que en ningun momento del film quedan resultan, te deja con las ganas de saber porque; el propio detalle es una gran interrogante en sí mismo.

Kenneth Branagh te demuestra que nunca te fíes de nadie que no conozcas, estando en terreno enemigo. Hay que estar con los ojos bien abiertos y nunca bajar la guardia; mientras estés en un lugar desconocido y no ser tan confiado. Las apariencias engañan: a veces las cosas no son lo que parecen. El Kharma existe: recoges lo que siembras. La vida de un agente secreto es muy dura y agobiante, llena de un estrés continuo a menos que te acostumbres y sepas llevarlo. Si tocas lo más sagrado de una buena persona, estás cavando tu propia tumba. Nunca des por supuesto algo, la persona puede reaccionar de manera positiva. Hay que prestar más atención a los pequeños detalles, pueden evitar muchos problemas. Kenneth Branagh recurre mucho al plano detalle. Usando el fuera de campo logra decir lo evidente sin necesidad de que se vea. Para haber dirigido la película y aparecer en ella como el antagonista, Kenneth Branagh lo ha hecho bastante bien; no es fácil salir en tu propio film y dirigirlo al mismo tiempo, porque hay que saber estar en dos sitios a la vez y separar el trabajo de director y actor, porque si los mezclas puedes provocar: una gran confusión al espectador, que te salgas del personaje inevitablemente y/o que destroces la película y el trabajo por el que tanto has luchado.


                                                                Nacho Miret Vives


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