NAVIDADES A LO BESTIA
James Franco aporta su propio humor picante (siempre
bromea sobre su polla, y cuando sobre algo sexual) al guion, lo cual le da más
vida y logra que los gags sean supergraciosos (sin él, el nivel de comedia del
guion descendería radicalmente). Los sketches mejoran por momentos, es
imposible no reírse con ellos, de lo buenos y eficaces que llegan a ser;
muestran situaciones incomodas pero cambiando el enfoque y apoyándose en el
humor de James Franco. Otras ocasiones incomodas te hacen reír de lo mucho que
lo llegan a ser, ridiculizando la circunstancia, usando un recurso típico pero
que no te esperas que ocurra. Los chistes llegan a ser tan graciosos, que no
hay ninguno malo, todos están pensados para hacerte reír de algún modo u otro.
Las situaciones se vuelven tan surrealistas que te descojonas inevitablemente. Otras
son tan caóticas y desmadradas que resultan divertidas. Parte de la gracia de
ciertos chistes se debe a la falta de conocimiento de algunas personas respecto
a un tema. También recurre a lo que yo llamo el humor de no escuchar: consiste
en que te dicen que no hagas o digas algo e inconscientemente vuelves a
hacerlo, por ejemplo: no decir tacos y disculparse diciendo uno. La introducción
te presenta a Laird Mayhaw (James Franco) y a su novia Stephanie Fleming (Zoey
Deutch), y lo hace de forma cómica y mediante Facetime. Te enseña cual va a ser
el género de la película, el comportamiento de los personajes, mentalidad y
estilo de vida. El guion posee un detalle en concreto que es demasiado
previsible. Cuando conoces a Ned Fleming (Bryan Cranston (más conocido como
Walter White “Breaking Bad”)), te queda claro que es un padre de familia:
trabajador, que sabes sacarse las castañas del fuego él solito, responsable,
chapado a la antigua, formal, conservador y que no soporta las groserías, ni
los tacos. Con una secuencia post-créditos con Gustav (Keegan-Michael Key)
hablando directamente con el espectador, te cuenta como les ha ido la vida a
todos y cada uno de los personajes; incluso a él mismo.
Como de costumbre se han tomado libertades absurdas
e innecesarias con la traducción del título, faltándole al respeto al trabajo
del director y los guionistas por encontrar un título con gancho, que resuma
todo el film en muy pocas palabras sin desvelar nada. Han añadido y quitado
palabras, cuando no les corresponde esa responsabilidad. El título original es:
Why Him?, que traducido significa:
Porque él?, que es la pregunta continua que se hace el personaje de Bryan
Cranston (Ned Fleming); es una traducción sencilla, de primaria. Pues no, ellos
se lo han pasado por el forro, sin respetar nada y llamarla: Tenía que ser él?. Lo cual provoca que
el sentido, el significado y la gracia del auténtico título desaparezcan por
completo. Si se llama así es por una razón específica, por lo tanto o dejas el
título como esta sin traducirlo o lo traduces bien.
La película tiene un cameo sorpresa absolutamente
inesperado, que cuando ves quienes son (porque son unas personas de fama
mundial, que hasta los más jóvenes los conocen) te quedas de piedra; además la
gracia del cameo es: que son unas celebridades haciendo de ellas mismas.
John Hamburg te demuestra que los ricos acostumbran
a ser excéntricos y a tener lujos tan espectaculares que te dejan con la boca
abierta. También te demuestra la incultura de alguna gente en algunos campos. Hay
que saber escuchar, para poder ver la otra versión y poder comprender mejor la
situación. Los tiempos cambian y hay que saber adaptarse a ellos. Se puede
tener una idea equivocada sobre una persona. El exterior no lo es todo, la
parte interna (la sentimental, la personalidad y demás) de la gente también cuenta.
De los errores se aprende.
Nacho Miret Vives
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