lunes, 22 de mayo de 2017

BAD BOYS


El guion posee algunos gags muy eficaces debido a su simpleza, lo sencillos que son y que tiene un poco del humor tan especial de Simon Pegg y Nick Frost (El dúo cómico ingles perfecto). Los chistes vuelven recurrir al recurso de las falsas apariencias (parece que sea una cosa pero en realidad es otra muy distinta) como es habitual en las películas con Simon Pegg. Algunos sketches son mejores que otros gracias a Nick Frost; en parte utiliza el humor de la torpeza, que consiste en: dejar en ridículo a alguien, pero sin pasarse, demostrando lo patoso que puede llegar a ser. También porque hace que veas lo pesado e infantil (el comportamiento de niño que tiene su personaje le da un plus al humor) que es su personaje. Los gags mejoran a medid que transcurre el film. La introducción te presenta a Nicholas Angel (Simon Pegg) a fondo y de forma detallada, para que lo conozcas a la perfeccion; sepas el tipo de persona que es, su manera de trabajar y vivir, que es un adicto al trabajo, sus habilidades y mentalidad. Todo esto lo hace de manera dinámica e interesante para mantener al espectador pegado a la pantalla. El guion toca el tema de las sociedades secretas. Hace un guiño a Terminator y otro enorme y evidente a Bad Boys 2 (el noventa por ciento de la película es el homenaje). Es un poco rebuscado. El pueblo esconde un misterio tan grande que parece un film de miedo en varias ocasiones (o una parodia de dicho genero) y logra que sospeches que algo muy extraño y loco está ocurriendo.

La traducción del título es absolutamente incorrecta. Como manda la tradición, se toman libertades innecesarias, faltándole al respeto al trabajo del director y los guionistas para encontrar un título con gancho y resuma el film sin desvelar nada. El título original es: Hot Fuzz, que es una expresión inglesa, que el significado es parecido al de las expresiones: hacer un hándicap, hat-trick o hacer un pleno. Pero en vez de respetar el trabajo, han decidido pasárselo por el forro y volver hacer de las suyas, la han llamado: Arma Fatal, modificando radicalmente por completo el significado de la película; ya que no tiene nada que ver con el contenido.

Edgar Wright te demuestra que existen personas que no saben desconectar y solo piensan en el trabajo. Hay gente que está realmente enferma (mal de la cabeza). La obsesión no trae nada bueno, solamente problemas. Donde las dan las toman; todos sabemos jugar al mismo juego. Las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa y desconocida razón. El Kharma existe: recoges lo que siembres; todo el daño que hayas causado se volverá en tu contra. A veces hay que saltarse las normas para hacer cumplir el bien. Al parecer la firma de Edgar Wright es imitar a Darren Aronofsky, usando el mismo tipo de montaje que él: secuencias muy breves, con planos detalle y el sonido alto. Porque lo hace en varios de sus films; y cuando algo se repite, significa que es el estilema del director. Consigue hacer cambiar de escena de una forma totalmente invisible en cierta circunstancia, al enlazar dos acciones que son la misma. 


                                                                Nacho Miret Vives



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