LA RUPTURA - CRÍTICA NO SOS VOS SOY YO


No sos vos, soy yo es un film con un guion personal, peculiar, un poco cómico y gracioso, previsible, curioso, extremista, con un comienzo necesario, pero extraño, veraz, sin filtros, ligeramente se hace pesado y esclarecedor. La introducción te presenta de forma personal, cómica, sutil y muy concisa a Javier (Diego Peretti); para que así puedas saber su comportamiento habitual, carácter, personalidad, mentalidad y estilo de vida. También te deja demasiado claro el tipo de película que será y cuál es su género dominante. De pronto y sin previo aviso, te muestra un suceso que cambiará (será el detonante) la vida de Javier y María (Soledad Villamil), este será un conflicto político que hará que se vean obligados a mudarse, entre otras razones. Posee un gag gracioso debido a lo ridículo que es algo que estás viendo; como, por ejemplo, preguntar algo que normalmente no se pregunta en esa situación. Tiene otro sketch divertido, pero no gracioso del todo (solo te hace reír internamente) porque refleja la manera de vivir de los solteros y/o gente que vive sola. De golpe, las circunstancias se complican tanto que dan un vuelvo de 360 grados por completo, poniendo patas arriba la vida de Javier. Ciertos detalles del guion son demasiado predecibles. La premisa es extremadamente obvia: un hombre al que le ponen los cuernos pocos días después de su boda, y debe aprender a superar la ruptura y vivir sin ella, pasando página. Una de las razones, por la cual el guion es peculiar, es que: tiene partes muy tranquilas y otras agresivas, con una transición muy seca y brusca entre ambas; pero no en cuanto a acciones, sino en ambiente, look, la construcción de la secuencia, etc. en esta clase de películas es algo poco habitual. Más tarde descubres que, aunque Javier tiene sentimientos, es alguien insensible, porque intenta deshacerse de su perra abandonándolo en medio del parque, algo absolutamente inhumano. Te demuestra que es un hipócrita, porque se queja constantemente de que lo abandonaron a él en el amor, y después lo primero que hace con la perra, cuando es muy grande y no le sirve para lo que quiere (algo superficial), es abandonarlo (o intentarlo); lo mismo que le hicieron a él. A medida que se desarrolla la historia, vas conociendo más detalles sobre Javier; algunos te los explica al principio y luego te los confirma. Según va avanzando el relato, vas descubriendo que Javier es un auténtico desafortunado, le persigue la ley de Murphy. Llegas a un punto que tienes ganas de que el film acabe ya, porque es innecesariamente larga por lo que pretenden contar, además de hacerse repetitivo y cargante. Tiene un final feliz, reconciliador, amistoso, prospero, evolutivo, sincero, directo, revelador de modo diferente al habitual y romántico.

En cuanto a la dirección de fotografía, tiene una elección bastante cuestionable, que provoca que la estética sea un poco molesta y distraiga: la imagen (los blancos) están excesivamente quemados, es decir, las zonas blancas brillan una barbaridad. Esto es raro, porque en las películas argentinas de la misma época o incluso anterior (2004), vistas años después, no les ocurre lo mismo. 

La interpretación de Soledad Villamil auténtica y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tiene Soledad Villamil, es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guion funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador.

El film te transmite el mensaje de que a veces hay que tomar decisiones que cuestan de tomar y de las que no estás seguro/a, pero debes hacerlo por un bien. Puedes tropezar con una piedra, incluso sentarte un momento para recuperarte, pero lo que no puedes hacer es quedarte sentado en ella eternamente, hay que levantarse y tirar para adelante con todo el esfuerzo del mundo necesario, para poder superar cualquier obstáculo que te plante la vida. Algunos hombres son unos verdaderos guarros cuando están solos, aunque no lo parezca públicamente. Cuando en la pareja falta la pasión, uno de los dos casi siempre, acaba buscando una vía de escape fácil: acostumbran a ser los cuernos. No se puede depender de nadie emocionalmente, debes ser fiel exclusivamente a ti mismo. En ciertas ocasiones, olvidarte de alguien y/o superar un problema puede ser muy difícil y doloroso, para la persona que lo está viviendo. 

Juan Taratuto ha construido un guion técnico demasiado sistemático, esquemático y convencional.

NACHO STARS: 3





Nacho Miret




 


Comentarios

Entradas populares

RYAN REYNOLDS LO VUELVE A HACER - CRÍTICA DEADPOOL Y LOBEZNO

GUERRA ENTRE HUMANOS E INTELIGENCIAS ARTIFICIALES - CRÍTICA ATLAS

LA PRINCESA GUERRERA DRAGÓN - CRÍTICA DAMSEL