El guion te muestra de forma muy visual y clara,
cuales son los deseos de Hazel (Shailene Woodley). Tiene una especie de humor
negro muy peculiar muy eficaz, porque expresan una realidad, un punto de vista,
ayuda a que no sea demasiado dramática la historia y hacen diferenciar el guion
de los otros dramas; dejando claro que no es otro típico film donde él/la
protagonista tiene una enfermedad mortal. Te enseña que Hazel es una persona
directa, sin pelos en la lengua, debido a que ha aceptado su situación. La voz
en off ayuda a ver sus pensamientos. La introducción te presenta a Hazel y su
mentalidad; con su voz en off, algunos breves flashforwards y hablando
directamente con el espectador, des de dentro de la película pero des de fuera,
te cuenta y te deja claro que todo depende del punto de vista con el que mires
las cosas, porque hay muchos y muy distintos. También te dice que no es la
historia real, pero si la favorita de Hazel, porque es la menos dolorosa aunque
sigue siendo una historia triste. Las secuencias dramáticas son tan intensas y
potentes que es inevitable que sufras, te pongas triste y los ojos se te pongan
llorosos. Con los momentos de felicidad ocurre exactamente lo mismo: sueltas
alguna pequeña lágrima por empatía. El guion al final consigue que empatices
por completo con Hazel y sientas lo mismo que ella. Usa metáforas visuales para
materializar la lucha interna que tiene Hazel contra su enfermedad. Utiliza a
Anna Frank hablando directamente con Hazel de manera sutil, para lograr ver el
lado positivo de todo lo malo. Toca el tema del olvida y las diferentes
perspectivas que tiene. Posee un final tan romántico que es inevitablemente
imposible no emocionarse.
El film hace servir varios terrenos como: el guion,
la dirección, etc… al mismo tiempo en varias ocasiones, para reforzar algún tema
que están contando, aumentar la potencia y darle más importancia. El montaje es
llamativo porque usa el efecto de superponer los emails y wasaps encima de las imágenes
que te muestran; igual que se hizo en Frank.
Además la forma de enseñar los wasaps es el mismo estilo que se utilizó en Juno para decir las estaciones del año. Tiene
un cameo sorpresa que resulta impactante, porque cuando le ves la cara ves que
es una superestrella de Hollywood muy conocida que interpreta a un escritor que
vive en Ámsterdam.
Josh Boone te demuestra que las casualidades no
existen: todo ocurre por una desconocida razón en particular. La vida es muy
injusta. Hay que ser optimista para poder vivir una vida feliz. A veces la
gente se miente a sí misma para evitar la dolorosa verdad. Puedes encontrar el
amor donde y cuando menos te esperas. Hay circunstancias que te dan razones de
peso para estar deprimida y estar furiosa con la vida. Haces cualquier cosa que
sea necesaria y mucho más, incluso sobrepasando el límite de tus fuerzas y los
esfuerzos humanos, por la persona a la que amas; el amor mueve montañas, es el
sentimiento más fuerte y poderoso de toda la Galaxia. Por desgracia existen
individuos tan maleducados, insensibles, irrespetuosos, bordes y crueles
innecesariamente, que se merecen la vida solitaria, amargada y de mierda que
llevan y mucho más. Se les puede definir con una simple palabra: Gilipollas (digo
esta porque los monstruos no tienen ninguna culpa de este tipo de individuos
porque no se merecen ser llamados personas, sean así). Josh Boone usa el plano
subjetivo y los flashbacks para conseguir que el espectador se meta por
completo en la piel del personaje y entienda por lo que está pasando. También
hace las elipsis temporales (salto temporal) totalmente invisible, usando una transición
mediante planos detalle y el desenfoque.
Nacho Miret Vives
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