domingo, 29 de enero de 2017

MUERTE, MUERTE Y MAS MUERTE


El guion posee escenas que son una autentica masacre. Algunos detalles te hacen sospechar que aunque el vehículo atacante sea de un sitio, los individuos que van dentro son de otro mucho más lejano. Al igual que algunas cosas, miradas y comportamientos te insinúan que ese personaje es de los malos. La introducción (los primeros dos minutos) son superpatrioticos; entre otras cosas resalta la belleza del paisaje natural. Aunque plantea algunas dudas que en ningún momento se resuelven, una de ellas es: Que tipo de relación tienen el presidente y jefe de seguridad del servicio secreto, porque parecen muy buenos amigos, pero de que se conocen tanto?. También te cuenta un trágico incidente que marcara la vida de todos los presentes. El guion te deja claro el tipo de persona que es Mike (Gerard Butler), que es un adicto al trabajo y que no lo puede evitar porque es algo que lo lleva muy adentro. También te presenta a un enemigo bien preparado armamentísticamente, contra quien ataca y por las palabras del vehículo que usan como arma inicial ves cual es la procedencia de las armas que usan. De forma muy visual el guion te dice cuál es la pesadilla de Mike.

Como de costumbre vuelven a traducir mal el título del film, la versión original es: Olympus has fallen, así que la traducción correcta seria: El Olimpo cae. Es llamada así la casa blanca por las personas que la habitan. Pero en vez de respetar el trabajo de los guionistas y el director por buscar un título con gancho, se toman libertades innecesarias e inútiles que solo son una falta de respeto y la llaman: Objetivo la casa blanca, porque es el objetivo de los malos. Otra vez contando la trama de la película en el título, si es que algunas personas son animales de costumbres.

Evidentemente es un film catastrófico donde abundan las masacres, torturas, matanzas, y muertes por puro placer y sin sentido. Pasa de ser un ataque a un atentado terrorista en cuestión de milésimas de segundo. No es una película apta para los que no les gusta ver morir a perros en films. No hay absolutamente ninguna necesidad de matar a un perro en una película (estoy totalmente en contra de esta matanza cinematográfica al mejor amigo del hombre, que se hace en muchos films). La película está sobrecargada de muerte, caos y destrucción. Esta vez Antoine Fuqua ha sobrepasado el límite; lo que provoca que te canses del film con demasiada facilidad, la pares y vayas a hacer otras cosas para quitarte este horrible sabor de boca. Hay que ir parando el film para descansar un rato de tanta muerte. Porque si no puedes acabar harto y/o: tirando la película por la ventana, quemarla o destruirla a golpes. Aparecen casi todas las muertes posibles (todas las posibles maneras que tiene una persona de morir). Cuando el film llega a su fin, te alegras de que haya acabado por fin, pensando “Ya era hora”.

Antoine Fuqua te demuestra que algunas personas se aíslan en el trabajo para evitar sufrir el dolor de una perdida, y de algo que ha pasado a nivel personal. Algunas personas se atormentan por algo que ha ocurrido en el pasado, incluso después de haber hecho todo lo humanamente posible; pero siguen pensando que podrían haber hecho más. El Kharma instantáneo también existe: reacción inmediata a algo malo que acabas de hacer. También existe el Kharma instantáneo bueno. Algunos individuos son traidores natos. Tocarles los huevos, el trabajo y lo que más le importa en esta vida (lo sagrado) a alguien que sabe cómo hacerte sufrir, que está bien entrenado y preparado para llevarse por delante a quien haga falta, para salvar a las buenas personas es de lo peor que se puede hacer (es una completa estupidez). Porque un hombre tiene tres cosas que son intocables: El Trabajo, la Familia y a Él; pero si lo ignoras y tocar esas tres cosas sagradas, al hacerlo te estas pintando una diana en la cabeza junto con todo aquel que esté involucrado y te aseguras una muerte bastante lenta y dolorosa. Hay individuos tan despreciables que no se merecen ni ser llamado seres humanos y el don de la vida. Siempre hay uno de los malos, que mete la pata diciendo algo que le delata. Siempre hay que escuchar a los que saben lo que hacen (a los expertos). Antoine Fuqua tiene una elección de planos muy peculiar, porque usa unos planos demasiado poco habituales para una situación en concreto, nunca se te hubiera pasado por la cabeza ponerlo en ese preciso momento. También te presenta a algunos personajes de forma explícita, detallada y televisiva, porque mediante los títulos te dice: nombre, apellido y cuál es su cargo. Para que sepas quien es y que hace allí sin necesidad que lo digan los propios personajes. Fuqua te muestra a la tecnología armamentística de la que consta la “White House”; todo aquel que haya visto un documental de historia sabrá que es real, que lo que te enseñan existe de verdad. También te enseña con claridad la retorcida mente de un terrorista. Con este film Antoine Fuqua se ha ganado a pulso el mote de: Doctor Muerte. 



                                                            Nacho Miret Vives



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