EL AUTENTICO AMOR
El guion posee ciertos diálogos cómicos y gags muy
efectivos, porque usa el sarcasmo, la sinceridad humorística, que alguien o
algo no se entere de lo que le dicen y lo evidente. La introducción te muestra
una gigantesca nave espacial, muy inteligente, preparada para casi cualquier
cosa. Al mismo tiempo te presenta a Jim Preston (Chris Pratt), un hombre que ha
conseguido su billete en la nave Avalon porque es ingeniero. Ves los efectos de
una hibernación (animación suspendida) durante tanto tiempo. El guion dice de
forma muy visual: algo grave está a punto de ocurrir, que hay un peligro
inminente y que cada vez está más cerca. El hecho de que Jim le guarde ese
secreto a Aurora (Jennifer Lawrence), aumenta la tensión un poco por miedo a cómo
va a reaccionar cuando lo descubra. Te cuenta una historia de amor: complicada,
“forzada” en cierta manera y con un secreto que les cambiara la vida para
siempre, pero al mismo tiempo muy romántica. Son como Romeo y Julieta atrapados
en el espacio, y en vez de ser de familias rivales, hay un secreto que les unió,
pero al descubrirse les separo, pero te demuestra que algunas cosas aunque no estén
bien y no debieron hacerse, son inevitables que pasen debido al Destino. En
cierto modo el guion se parece a 2001: A
Space Odyssey, aunque muy poco. También es muy parecido a Titanic (la
historia); pero en el espacio, y en vez de un barco, una nave espacial colosal
que tiene más fallos que la política y un final muy feliz. El guion te cuenta
que todos los fallos han sido originados por uno solo causado por la lluvia de
meteoritos del inicio del film; en especial uno muy grande que te enseñan. Aunque
haya tres personajes, solo dos son los protagonistas: Jim y Aurora. Gus Mancuso
(Laurence Fishburne) es un personaje secundario, porque la historia se centra
en Jim y Aurora Además Andy Garcia solo aparece dos segundos y al final.
La película tiene un detalle que no es importante
pero que es curioso: en el reparto hay dos actores con el mismo “nombre”. En
uno es su nombre y en el otro es su apellido. Aunque cambie una sola letra y
sean de sexos opuestos llama la atención: Laurence Fishburne y Jennifer
Lawrence (se escriben diferente por una sola letra pero se pronuncian igual). Los
efectos visuales generados por ordenador son tan espectacularmente realistas,
que ayudan al espectador a sumergirse en esta trágica y romántica historia de
ciencia ficción.
Morten Tyldum te demuestra que las casualidades no
existen, todo ocurre por alguna razón en concreto; aunque no la sepamos. Cuando
alguien se propone algo seriamente, no hay quien le pare los pies. La soledad
puede volver loco y/o deprimir a cualquiera; todos necesitamos compañía humana.
Algunas cosas hay que hacerlas aunque no estén bien, para no acabar loco o
muerto. Algunos “accidentes” son ocasionados por malentendidos, provocando que
algunos secretos salgan a la luz por haber esperado demasiado tiempo. El
Destino existe: todos tenemos una meta en la vida establecida antes de nacer;
lo cual va ligado a lo de no existir las casualidades. El Amor es una fuerza
tan poderosa que puede con todo lo que se interponga en el camino, incluso la
muerte (en la vida real es la reencarnación). A veces hay que renunciar a una
vida para tener otra mucho mejor y llena de amor y felicidad. Morten Tyldum en
algunas ocasiones hace el mismo tipo de cambio de escena que en Lucky Number Slevin: entrelazando las
acciones de los personajes.
Nacho Miret Vives
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