CUESTIÓN DE EDAD - CRÍTICA ASHER


Asher es un film con un guion criminal, subliminalmente interesante, atrapante, sincero, directo, distinto de forma diferente a la habitual, curioso, peculiar y con pequeños e intensas secuencias de acción. La introducción te presenta a Asher (Ron Perlman) de forma atrayente, directa, sincera, concisa, curiosa, atrapante y sutil. Para que veas sé: comportamiento habitual, carácter, personalidad, mentalidad, estilo de vida, como se gana la vida y astucia. También te deja bien claro el tipo de película que será y cuál es su género dominante. La situación se pone progresivamente más interesante y emocionante, según se va desarrollando el relato. Poco a poco el guion, te va mostrando e insistiendo en el hecho de que Asher, ya está muy mayor para este tipo de trabajos. Según va avanzando la historia, va siendo más obvio, que Asher es una persona de rituales (uno en concreto) que solo se aprenden con la experiencia. Usa las elipsis temporales, para ahorrar tiempo y evitar repetirse. Posee ciertos gags sutilmente graciosos, porque recurre al clásico humor negro. A medida que transcurre el relato, la relación entre Asher y Sophie (Famke Janssen) se va reforzando y consolidando; en cierto modo es predecible. El guion usa el recurso de las falsas esperanzas a menudo: Básicamente, consiste en hacerle creer al espectador que ocurrirá algo que él cree, pero al final no sucede; pero en este caso sí pasa, pero más tarde. También usa el de enseñar distintas situaciones (por ejemplo: una tranquila y otra tensa), simultánea y paralelamente, al mismo tiempo (en esta ocasión con falta de potencia); para aumentar la intensidad, tenga más efecto e intente ser más trepidante. Ciertos detalles, diálogos y demás, te hacen levantar sospechas respecto a unos personajes muy concretos y crear tus propias teorías sobre este tema. Las circunstancias se van complicando exponencialmente, según progresa la historia. Poco a poco, el personaje de Asher, va adquiriendo más protagonismo eficazmente y de manera necesaria. Ciertos detalles del guion son demasiado previsibles. Tiene un final feliz, romántico, reconciliador, aleccionador, Kharmico, vengativo, justiciero, relativamente divertido y típicamente militar. 

La interpretación de Famke Janssen es impecable, sincera, agradecida, auténtica y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tiene Famke Janssen, es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guion funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador.

Hay un detalle que, si no te fijas bien y no mira al lugar correcto, no lo verás y lo pasarás absolutamente por alto: Determinados movimientos de Ron Perlman son demasiado lentos para la fuerza y rapidez que se requiere. A lo mejor es debido a que tiene sesenta y nueve años y va muy curvado (casi con joroba).

El film te transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular. El Kharma es tan real como el aire que respiramos: tarde o temprano recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. Nunca cabrees a la persona equivocada; lo puedes lamentar y acabando pagando muy caro. El que avisa no es traidor. Existen miles de formas diferentes de hacer las cosas, algunas mejores y más eficaces que otras. A veces se necesitan dos o varias personas trabajando en equipo, para conseguir algo más fácilmente. En todas partes existe gente con moral y otra sin. Todo el mundo fantasea alguna vez, en ciertas ocasiones, con hacer una determinada serie de cosas ilegales y/o peligrosas (como matar a alguien); pero no las hacen por sentido común. En determinados momentos de la vida, hay que saber retirarse, aunque seas el mejor en lo tuyo; para eso está la jubilación; la edad pasa factura, quieras o no. Muchas veces simplemente basta con estar ahí, para hacer feliz a una persona. Tarde o temprano, la verdad acaba saliendo a la luz; incluso a veces es necesario decirla, antes de que salga por su propia cuenta. Todos tenemos secretos, algunos peores que los de otros. 

Michael Caton-Jones utiliza el primer plano, junto con el transfoco, para darle cierta información al público, visualmente y sin usar las palabras innecesariamente. Se apoya mucho en la imagen, para contar ciertas cosas. También utiliza el clásico truco de tapar la cámara con el atrezzo, para poder cambiar de plano casi imperceptiblemente (es un arte que aún no muchos dominan).



Nacho Stars: 6,12






Nacho Miret






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