PRISIONEROS Y GENOCIDIO NAZI
El Fotógrafo de Mauthausen es un film con un guión cautivador, sincero,
atrapante, dramático, directo, histórico, en cierta forma político y
biográfico. La introducción te cuenta una historia real, es decir, que ha
ocurrido de verdad; lo que te deja sin ninguna duda, que se trata de una
película biográfica. Al mismo tiempo, te presenta unos personajes. La puesta en
escena te muestra el tipo de relato que va a ser y cuál es el género del film;
de una forma muy visual. Mediante la voz en off tan descriptiva de Francesc
Boix (Mario Casas) te explica la historia a nivel personal (además de decirte
muy descriptivamente quien es el antagonista), por lo tanto, consigues meterte
en situación y empatizar con el personaje que está sufriendo. Es un drama
biográfico en toda regla. La situación se va poniendo cada vez más interesante
y emocionante. De manera muy visual y clara te enseña el genocidio que causaron
los Nazis. Tiene un ambiente muy lúgubre y oscuro. El guión te muestra lo
astutos que fueron los protagonistas de este relato, para intentar conseguir
plantar cara al enemigo. Poco a poco, se va viendo como Francesc Boix pasa de
ser un simple fotógrafo preso, a convertirse en el líder del partido que
intenta librarse de los Nazis, los Freech y buscan la libertad, al igual que la
venganza y justicia. Las circunstancias se complican cada vez un poco más,
según va transcurriendo la historia, de tal forma que te mantiene pegado a la
pantalla todo el rato. El guión tiene cierta intriga que lo refuerza, le da
consistencia y te atrapa. Te enseña a los antagonistas de tal manera que es
inevitable que sean despreciables y quieras matarlos. Divide una secuencia en
dos partes, pero subliminal e ingeniosamente son la misma: con la segunda parte
te cuenta lo que sucedió en la primera; aunque ya lo intuyas y sepas, te lo
confirma. Para que el guión sea más interesante según va avanzando el relato,
te hace ver varios contratiempos. Se puede apreciar claramente el infierno que
vivieron los prisioneros del campo de concentración de Mauthausen. Tiene un
final feliz, reconciliador, liberador, Kharmico, vengativo, justiciero,
militar, prometedor, familiar y amistoso.
La interpretación de
Mario Casas es intensa, impecable, magnífica, agradecida, auténtica y que ayuda
a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione
perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los
guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que
te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la
historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir,
que este nivel interpretativo que tiene Mario Casas, es muy necesario en
determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guión
funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador. Solo hay que
estar bien atento para poder apreciar la verdadera interpretación de Ben
Affleck, si no te la pierdes.
La película te transmite
el mensaje de que el Kharma existe: recoges lo que siembras; el Kharma castiga
y el Dharma recompensa. Cuando le das demasiado poder a la persona equivocada,
se vuelve un dictador; además hay varios estudios peligrosos a nivel mental,
que lo demuestran. Siempre es necesario tener esperanza e ilusiones, para no
perder la cabeza, ni coger una tremenda depresión. Los pequeños detalles, por insignificantes
que sean, siempre son importantes. A veces mentir está justificado. Algunos
individuos son completamente insensibles a la hora causar dolor a alguien. Todo
el mundo tiene secretos; algunos inofensivos y otros no. En los momentos
difíciles, la astucia es de vital importancia. Cuando tu enemigo es más fuerte,
hay que ir un paso por delante de él, para así poder ganarle.
Mar Tarragona utiliza el plano detalle, para que te fijes en ciertos
detalles del entorno, que son importantes y te dan una pequeña pista
sutilmente. Algunos planos son innecesariamente largos (uno en particular: el
de los presos mirando al preso ahorcado).
Nacho Miret
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