ANDROIDES


Extinction es un film con un guión misterioso, curioso, peculiar, interesante de firma diferente a la habitual, atrapante en crescendo, familiar pero no de la manera tradicional (que no es apta para niños), bélico y extraterrestre de manera contraria a la popular. La introducción te presenta a Peter (Michael Peña) y Alice (Lizzie Capplan), y mediante Peter, te explica una situación futura, usando una especie de flashforward camuflado pero evidente; que te hace ver el comportamiento habitual, carácter, personalidad, mentalidad y estilo de vida de cada uno de los dos personajes protagonistas principales. También te deja bien claro visualmente la clase de película que será y cuál es su género dominante. El guión te va dando pequeñas pistas casi imperceptibles, de lo que ocurrirá, usando el flashforward constantemente. Poco a poco vas comprendiendo que al parecer Peter puede ver el futuro o algo por el estilo; hasta que después te dice que sus visiones, solamente son recuerdos suyos que han sido borrados. Continuamente el guión te explica dos historias absolutamente distintas entre sí, pero con los mismos personajes: una relativamente normal y otra postapocalíptica. De repente y sin previo aviso, los dos relatos, se unen en uno solo, como era de esperar y le da la credibilidad necesaria a Peter. Ciertos detalles del guión son predecibles. La situación se pone tremendamente tensa, trepidante en pocos minutos y cada vez más emocionante. Las circunstancias se van complicando más y más, según va avanzando la historia. De golpe, te revela una información completamente sorprendente e impactante, que te deja alucinando y lo cambia todo. Es una tragedia en toda regla. El guión da otro giro de trescientos sesenta grados que cambia por completo (otra vez) la historia que te estaban narrando hasta ahora. Este guión básicamente tiene una trama muy compleja, rebuscada, que da muchas vueltas pero que se va entendiendo, según va transcurriendo el relato. Cuando se explica todo y descubres la verdad de las visiones de Peter viéndolas enteras, entiendes que no se trata de una invasión alienígena; es algo extremadamente diferente. A través del flashback, te cuenta la realidad y verdad de todo lo que has estado viendo. Tiene un final feliz, reconciliador, esperanzador, prometedor, revelador, sincero y familiar.

La interpretación de Michael Peña es impecable, magnífica, sincera, auténtica y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tiene Michael Peña, es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador.

El film te transmite el mensaje de que los problemas hay que afrontarlos no evitarlos. La vida te da señales de los peligros que se avecinan, solo hay que estar atento. A veces las pesadillas no son solo eso, si no, que son un aviso de una potencial amenaza que está por venir. El futuro puede cambiar con las decisiones que tomemos. La vida está llena de sorpresas. La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso. Hay que creer en los seres queridos que no tienen antecedentes de mentirosos, porque suelen decir la verdad. La familia y ser uno mismo es algo de lo más importante, precioso, valioso, fuerte y necesario del Universo entero.

Ben Young utiliza el transfoco, zoom in y el corte todo junto, para dar un paso a una supuesta premonición que con el tiempo cambia de concepto y conseguir una transición de secuencia perfectamente imperceptible para el ojo humano.







                                                                     Nacho Miret








Comentarios

Entradas populares

RYAN REYNOLDS LO VUELVE A HACER

MENTIR ES MALO

La princesa guerrera dragón