CAMAREROS FUMETAS Y TERRORISTAS DE TODO TIPO

Game Over, Man es un film con un guión predecible, típico, nada innovador, cómico, un poco gracioso, divertido, criminal, sutilmente paródico, que mejora un poco según transcurre la historia, pero que igualmente es un poco flojo. Ciertas partes humorísticas, estructuradas con un humor muy concreto, van cogiendo cada vez más fuerza. Recurre al humor chorra o absurdo (es lo mismo) para hacer reír: básicamente consiste en provocar la risa con chorradas y/o cosas absurdas; normalmente suelen ser demasiado cuotidianas y simples, pero con un enfoque mucho más divertido y gracioso; y el humor picante: únicamente se trata de hacer bromas sexuales: juegos de palabras, dobles sentido, imágenes explicitas, posturas sexuales involuntarias pero ingeniosas y buscadas, etc... También usa el humor fumeta: exclusivamente cosiste en hacer gags donde la droga, sea la gracia principal, además de ser una parte fundamental para hacer reír. Tiene unos chistes graciosos y eficaces, porque reflejan una realidad brutalmente sincera, pero de forma cómica. Inevitablemente te ríes, pero por la opinión, que acaba de expresar cierto personaje que te acaba de mostrar. La situación se pone surrealista y absurda en pocos minutos.  La introducción te presenta a tres delos protagonistas principales del relato que te están a punto de narrar: Alexxx (Adam Levine), Darren (Anders Holm) y Joel (Blake Anderson), de forma detallada, concisa, cómica y sincera; pero simplemente para que veas el comportamiento habitual, carácter, mentalidad, personalidad, estilo de vida y a que se dedican. También te deja bien claro contándote cómo va a ser la película y cuál es su género dominante: La Comedia. Cuando conoces a Conrad (Neil McDonogh) se desvela un detalle, que carga todo el peso sobre el guión; al ver que es el antagonista de este relato. Al parecer no saben escoger otro actor para hacer de malo, siempre tiene que ser el malo. Que Neil McDonogh sea el antagonista es tan típico, clásico y habitual, por haber interpretado una enorme cantidad de veces, que ha interpretado a personajes malvadamente iguales; se ha vuelto algo completamente previsibles y que se espera que siga siendo así. Ciertos detalles demasiado previsibles. Tiene cameos sorpresas de auténticas celebridades de Estados Unidos, haciendo de ellas mismas. Un momento en concreto que tiene que generar tensión y agobiarte, le falta intensidad e interpretación y solo consigue ponerte nervioso. Las circunstancias se van poniendo más interesante y emocionante, según va avanzando el relato. El guión da un giro algo previsible, que sorprende un poco, un breve periodo de tiempo, que resulta ser un clásico cliché. Posee un innecesario e incomprensible maltrato animal. No tiene ningún tipo de censura. De golpe las circunstancias se vuelven extremadamente trepidantes, de manera intensa y corta. Tiene un final previsible, feliz, reconciliador, divertido, sincero, cómico y amistoso.

La interpretación de Neil McDonogh es absolutamente fría, plana, insustancial y que no transmite nada en absoluto. Consigue hacer bien su personaje, pero ya está, eso es todo; solamente ves a un malo, no le tienes miedo, solo te pone nervioso y nada más. Además, está totalmente rígido, parece que tenga un palo metido por el culo, o sea un robot, de la poca movilidad que tiene. Parece que el personaje no vaya con él y lo quiera lejos. Algo que un actor nunca debe hacer, siempre deben convertirse en el personaje y transmitírselo al espectador para que viva y se crea el relato que se está explicando.

El film te transmite el mensaje de que el Kharma existe: recoges lo que siembras; El Kharma castiga y el Dharma recompensa. Todo el mundo tiene secretos, algunos peores que otros. Algunas personas te dan unas sorpresas increíbles y otras tienen un ego tan grande como Galactus. Las malas compañías pueden hacer mucho daño. Algunos individuos dan mucha rabia, de lo aguafiestas que son. A veces las cosas pueden torcerse de manera demasiado rápida y fácil.

Kyle Newacheck utiliza los planos cerrados, para resaltar y darle más importancia a un hecho, en la parte, del conflicto de la trama añadiéndole más relevancia; la necesaria para que haga su efecto.

                                                                      Nacho Miret