domingo, 3 de junio de 2018

MEJORADO CREBRALMENTE


Criminal es un film con un guion lleno de suspense de manera peculiar, activo de forma diferente y lleno a más no poder de actos delictivos. La introducción de manera intensa, profunda, detallada, misteriosa y muy personal te presenta a Jerico Stewart (Kevin Costner). Al mismo tiempo logras intuir su comportamiento habitual, mentalidad, actitud y personalidad, mientras te cuenta una situación ya pasada sobre alguien en concreto, pero sin decirte su nombre. En pocos segundos y solamente al inicio, las circunstancias se vuelven cada vez más interesantes, peligrosas e intrigantes. De repente y sin previo aviso, te muestra un trágico y brutal suceso,  que hace que te plantees varias preguntas y que dará paso a un cambio necesitado. Tiene pequeños toques cómicos un poco graciosos, debido a que manifiestan y expresan una opinión, realidad, verdad y un pensamiento pero con otro enfoque mucho más divertido. Cuando conoces a Xavier Heimdahl (Jordi Mollà) te queda bien claro que es el antagonista de esta historia que te están contando, y que en esencia es un auténtico terrorista, sin escrúpulos y que tiene las ideas muy claras para él. Según va avanzando el guion, vas descubriendo poco a poco, que Jerico Stewart es una persona tan peligrosa e impredecible que no conviene en absoluto, que ande suelto por la calle; porque allí por donde pasa siembra el caso y reina la anarquía. Vas viendo que a medida que pasa el tiempo, los recuerdos y demás de Bill Pope (Ryan Reynolds) van en aumento causando estragos en la psique de Jerico Stewart y sufriendo ciertas alucinaciones relacionadas con Bill Pope. Además de que se va desvelando que el simple hecho de la trasferencia de recuerdos, le han hecho adquirir cierta conciencia, remordimientos y emociones a Jerico Stewart; es tan visible que llega a ser indiscutible. La situación es cada vez más emocionante y trepidante. Tiene un final brillante, vengativo, revelador, familiar a su forma y que te dice que la presentación inicial de Jerico Stewart era un flashforward.

Hay un detalle en el guion que permanece oculto a simple vista y que recuerda un poco a Avatar (James Cameron, 2009), pero que si no prestas la suficiente atención, mirando en la dirección y lugar adecuado, lo pasaras completamente por alto y no lo veras: El mismo guion crea un personaje demasiado fuerte, perfecto, peligroso y mortal, capaz de desaparecer en cuestión de milésimas de segundos; cuando insertan los recuerdos de un agente experimentado de la CIA en el cerebro de un hombre que no tiene consciencia, que está totalmente vacío, no siente nada y no tiene sentido de la moralidad, del bien y el mal, sin escrúpulos, ni vergüenza, ni sentido común; están creando un soldado imparable que podría convertirse en un fantasma perfectamente.

La película transmite el mensaje de que el Kharma existe: recoges lo que siembras, todo el daño que causes se te volverá contra ti multiplicado por mil; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. Nunca te fíes de un criminal insensible. Algunas coas es mejor empezar de cero y otras son necesarias obligatoriamente. Jugar a ser Dios, solo trae problemas, causa muerte, caos y destrucción. Depende como trates a la gente, ellos te trataran a ti. La vida de una persona puede modificar a mejor radicalmente la de otra. Las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular.

Ariel Vromen utiliza el plano subjetivo para meterte dentro de la cabeza del personaje, e intentes comprender al máximo y a la perfeccion intensificado, por lo que está pasando dicho personaje en concreto y sepas lo que siente en ese preciso instante en particular.




                                                                     Nacho Miret



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