MEJORADO CREBRALMENTE
Criminal es
un film con un guion lleno de suspense de manera peculiar, activo de forma
diferente y lleno a más no poder de actos delictivos. La introducción de manera
intensa, profunda, detallada, misteriosa y muy personal te presenta a Jerico
Stewart (Kevin Costner). Al mismo tiempo logras intuir su comportamiento
habitual, mentalidad, actitud y personalidad, mientras te cuenta una situación
ya pasada sobre alguien en concreto, pero sin decirte su nombre. En pocos
segundos y solamente al inicio, las circunstancias se vuelven cada vez más
interesantes, peligrosas e intrigantes. De repente y sin previo aviso, te
muestra un trágico y brutal suceso, que
hace que te plantees varias preguntas y que dará paso a un cambio necesitado. Tiene
pequeños toques cómicos un poco graciosos, debido a que manifiestan y expresan
una opinión, realidad, verdad y un pensamiento pero con otro enfoque mucho más
divertido. Cuando conoces a Xavier Heimdahl (Jordi Mollà) te queda bien claro
que es el antagonista de esta historia que te están contando, y que en esencia
es un auténtico terrorista, sin escrúpulos y que tiene las ideas muy claras
para él. Según va avanzando el guion, vas descubriendo poco a poco, que Jerico
Stewart es una persona tan peligrosa e impredecible que no conviene en
absoluto, que ande suelto por la calle; porque allí por donde pasa siembra el
caso y reina la anarquía. Vas viendo que a medida que pasa el tiempo, los
recuerdos y demás de Bill Pope (Ryan Reynolds) van en aumento causando estragos
en la psique de Jerico Stewart y sufriendo ciertas alucinaciones relacionadas
con Bill Pope. Además de que se va desvelando que el simple hecho de la
trasferencia de recuerdos, le han hecho adquirir cierta conciencia, remordimientos
y emociones a Jerico Stewart; es tan visible que llega a ser indiscutible. La
situación es cada vez más emocionante y trepidante. Tiene un final brillante,
vengativo, revelador, familiar a su forma y que te dice que la presentación
inicial de Jerico Stewart era un flashforward.
Hay un detalle en el
guion que permanece oculto a simple vista y que recuerda un poco a Avatar (James Cameron, 2009), pero que
si no prestas la suficiente atención, mirando en la dirección y lugar adecuado,
lo pasaras completamente por alto y no lo veras: El mismo guion crea un
personaje demasiado fuerte, perfecto, peligroso y mortal, capaz de desaparecer
en cuestión de milésimas de segundos; cuando insertan los recuerdos de un
agente experimentado de la CIA en el cerebro de un hombre que no tiene
consciencia, que está totalmente vacío, no siente nada y no tiene sentido de la
moralidad, del bien y el mal, sin escrúpulos, ni vergüenza, ni sentido común;
están creando un soldado imparable que podría convertirse en un fantasma perfectamente.
La película transmite
el mensaje de que el Kharma existe: recoges lo que siembras, todo el daño que
causes se te volverá contra ti multiplicado por mil; el Kharma castiga y el
Dharma recompensa. Nunca te fíes de un criminal insensible. Algunas coas es
mejor empezar de cero y otras son necesarias obligatoriamente. Jugar a ser
Dios, solo trae problemas, causa muerte, caos y destrucción. Depende como
trates a la gente, ellos te trataran a ti. La vida de una persona puede
modificar a mejor radicalmente la de otra. Las casualidades no existen: todo
ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular.
Ariel Vromen utiliza el plano subjetivo para
meterte dentro de la cabeza del personaje, e intentes comprender al máximo y a
la perfeccion intensificado, por lo que está pasando dicho personaje en
concreto y sepas lo que siente en ese preciso instante en particular.
Nacho Miret
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