MENTALIDAD JUSTICIERA
Death Wish
es un film con un guion moralista pero a la inversa, es decir, te dice que lo
bueno y correcto, es que en el mundo existan justicieros; además de que hacen
falta muchísimos más. La introducción te presenta al Doctor Paul Kersey (Bruce
Willis) en su puesto de trabajo y en una situación de vida o muerte, que te
deja bien claro que es uno de los mejores doctores de ese hospital. De una
forma simple y sencilla te muestra su mentalidad, actitud, personalidad,
filosofía de la vida y comportamiento habitual. De repente te enseña una cosa
bastante sospechosa, que hace saltar todas las alarmas, crea varias preguntas y
una hipótesis bastante factible. En poco tiempo las circunstancias se vuelven
bastante tensas, peligrosas un poco siniestras. Luego te cuenta un trágico
acontecimiento, que cambiara radicalmente y para siempre, la vida de Paul
Kersey. La situación se va volviendo cada vez más interesante, emocionante y
atrapante. El guion consigue que llegues a empatizar por completo con el
protagonista principal, hasta lo más profundo. Las secuencias de acción son tan
trepidantes y van aumentando por momentos, que te provocan pequeños subidones
de adrenalina. Todo gracias a la adrenalina pasiva: significa que no hace falta
que hayan tiros, explosiones, peleas, etc… todo el rato a diestro y siniestro
(al estilo Michael Bay), para estimular la adrenalina que cada uno de nosotros
tenemos en nuestro interior. Si eres una persona de mentalidad justiciera, este
guion te hará disfrutar más que un niño en una tienda de golosinas para él
solo. Cuando conoces a Frank Kersey (Vincent D’Onofrio) ves que es el típico
hermano irascible, sin pelos en la lengua, sincero, directo y que dice lo que
piensa sin cortarse ni un pelo. Según avanza el guion se va viendo más
claramente la evidente transformación de Paul Kersey de pacifista a Justiciero;
y su aprendizaje como tal. Tiene un final feliz, tremendamente familiar,
divertido y revelador.
Como de costumbre, han
vuelto a traducir de forma incorrecta el título. En la versión original se
titula: Death Wish, que traducido
significa: Deseo de muerte; es una traducción tan fácil y simple que es de
párvulos. Pero en vez de eso y respetarlo, han decidido pasárselo por el forro
y llamarla: El Justiciero. Con esto
simplemente lo único que consiguen es faltarle al respeto al trabajo del
director y los guionistas por encontrar un título con el suficiente gancho,
gracia, sentido y significado para resumir toda la película en pocas palabras
sin desvelar nada y atraer al público. Se toman libertades innecesarias y
asignan responsabilidades que no les corresponden. Si quieres traducir el
título, antes de meter la pata hasta el fondo, déjalo como esta, no lo
traduzcas, no sería la primera vez que se hace: Taxi
Driver, Tropic Thunder, Iron Man, Shame, Hancock, Cowboys & Aliens, Need
for speed, Minority Report, Paul, Dallas Buyers Club, The Interview,
Big Fish, Joy, Captain Fantastic, Prometheus,
Alien Covenant, Up in the air, Don Verdean,
Slumdog Millionare, Independece Day, Philadelphia, The Skeleton Twins,
Warrior, Crazy Stupid Love y podría pasarme así durante días.
La película transmite el mensaje de que el Kharma es
tan real como el aire que respiramos: recoges lo que siembras; tarde o
temprano, de algun modo u otro, tienes lo que te mereces; el Kharma castiga y
el Dharma recompensa. Las casualidades no existen: todo ocurre por una
misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular. Nunca cabrees a
la persona equivocada. Si le tocas lo más sagrado para un hombre: la familia,
eres hombre muerto. La venganza sienta bien por costumbre. Algunas personas
tienen que hacer cosas que no les gusta debido a su trabajo; por lo tanto es su
obligación hacer lo que viene implícito. A veces es necesario tomarse la
justica por tu propia mano, hacen falta más justicieros en este mundo. La
policía es demasiado lenta resolviendo crímenes. La violencia suele ser
importante y necesaria para marcar límites, defenderse y proteger.
Eli Roth utiliza la
multipantalla para hacer comparaciones entre la medicina, montar y desmontar un
arma; que es más parecido de lo que se suele pensar, pero con pequeñas
diferencias similares.
Nacho Miret
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