JUGADORES

El guion te cuenta de forma subliminal y sutil que Dink (Bruce Willis), es una especie de corredor de apuestas muy ingeniosa y legal, que está enganchado al juego de cierto modo muy peculiar y que tiene muy mal perder. La introducción te presenta a Beth (Rebecca Hall) de forma interesante, contándote como y donde se gana la vida; mediante un corto salto temporal y cambio de localización, enlazado por una misma acción; y que es una manera de ganarse la vida de la que prefiere mantenerla en secreto, lo cual te da los motivos suficiente para comprender del todo su necesidad de tener un cambio completo. Des del principio el guion te deja claro, que el relato que te están a punto de contar está basada en una historia real. Cada vez va quedando más claro que Dink es un calzonazos y un poco infantil. El tema principal del guion es: el juego (el mundo de las apuestas). Poco a poco y de manera muy evidente y visible se puede apreciar la evolución de cada uno de los personajes; cuyos cambios surgen des de lo más profundo de la persona. Tiene un final muy habitual y típico en los films basados en historias reales; todos acaban exactamente de la misma forma: con imágenes y/o minisecuencias muy breves de cada uno de los protagonistas y con los títulos te cuentan los cambios que habido y como le ha ido la vida.

Otra vez han vuelto a hacer de las suyas con la traducción del título, haciéndolo de la manera incorrecta. El título original es: Lay the favorite, que traducido significa: Poner el favorito; en vez de respetarlo y dejar tal como está, sin traducirlo; porque no sería la primera vez que se hace: Taxi Driver, Tropic Thunder, Iron Man, Shame, Hancock, Cowboys & Aliens, Need for speed, Minority Report, Paul, Dallas Buyers Club, The Interview, Big Fish, Joy, Captain Fantastic y podría pasarme así durante días; han decidido pasárselo por el forro y llamarla: Doble o nada, que por si fuera poco no tiene absolutamente nada que ver con la película; solo la llaman así porque eso es lo que se acostumbra a decir cuando apuestas y no te rindes. Con esto lo único que consiguen es faltarle al respeto al trabajo del director y los guionistas por encontrar un título con el suficiente gancho, sentido, gracia y significado para atraer al público sin desvelar nada del film. Se asignan responsabilidades que no les corresponden y se toman libertades innecesarias y absurdas al traducirlo así.

Única y exclusivamente se trata de una película basada en una historia real que le sucedió a la escritora de la novela en la que está basada y que además también es una de las guionistas del film. Cuya trama gira entorno al mundo de las apuestas, lo peligroso e ilegal que es, que tienes que saber de números entre otras muchas cosas, ser muy observador, inteligente, astuto y tener mucha mano dura. Porque habrá gente que intente robar al corredor de apuestas, se querrá largar cuando vaya perdiendo y te dejara a ti con una deuda increíble, por lo tanto para eso hace falta ser en gran parte agresivo: para la gente a la que te paga por apostar no se lleve tu dinero, robándote.

Stephen Frears te demuestra que los celos son un arma muy peligrosa. Existen relaciones entre dos personas que aunque se lleven bien, a veces pueden llegar a ser autodestructivas, caóticas y/o catastróficas. Algunos mundos son muy estresantes, llenos de peligros, gente borde, situaciones que te lleva a extremos muy opuestos al instante radicalmente y con gente con muy mal perder e irascibles. Todas tus decisiones tienen consecuencias. Hay que ser más listo que tu rival para poder ir por un paso por delante y anticiparte a su jugada. Se tiene que ser optimista para poder ser feliz. Existen sorpresas tan inesperadas que cuando suceden te quedas paralizado la mayor parte de las ocasiones. Todo buen escritor necesita una buena aventura para escribir una novela de éxito. Te puedes hacer amiga de quien menos te esperas. Mucha gente miente para sacar provecho de algún modo u otro. Las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón.

                                                            Nacho Miret Vives