domingo, 4 de junio de 2017

SEXO Y PARANOIA


Es un guion bastante complejo, al que cuesta pero hay que encontrarle el punto exacto para entenderlo. La introducción mediante un flashforward te presenta a Laing (Tom Hiddleston) con su voz en off, y contando su estilo de vida, comportamiento, mentalidad y las razones por las cuales vive de ese modo; aunque al principio solo intuyes el porqué. Con un salto temporal de tres meses hacia delante el guion te enseña los radicales cambios de: estilo de vida, comportamiento, mentalidad y hábitos de los personajes. Algunas secuencias no las entiendes hasta que pasas a la siguiente, y descubres que es un sueño o un pensamiento. Te muestra los distintos tipos de clases sociales, el abuso de poder y el maltrato a la gente que no está al mismo nivel social y económico  que los de la alta clase social. En varias ocasiones usa un lenguaje muy culto (de diccionario), incluso con personajes que no va con ellos. La torre representa una especie de prisión mental, la cual, la única manera de huir de ella es muriendo o si no te acabas volviendo loco. Mediante programas de televisión te enseña los pensamientos y deseos de algunos personajes. Poco a poco vas descubriendo que Richard Wilder (Luke Evans), es un animal, sin pelos en la lengua, sin filtro y que dice las cosas tal cual le van viniendo a la cabeza, sin pensarlas dos veces. El guion recurre al maltrato animal y de mujeres. Las situaciones emporan por momentos; la locura es cada vez mayor. El propio guion te cuenta de forma muy subliminal, que todo se reduce a: sexo y paranoia. Algunas secuencias parecen un videoclip. El guion es cada vez más extraño. La torre es un gigantesco mcguffin (se convierte en otro personaje sin revelarte en ningun momento el misterio que la envuelve y porque). Parece que se acaba convirtiendo en un manicomio. El final es muy raro, te deja con muchas dudas, como: porque Laing habla de sí mismo en tercera persona, y porque solo cuando acaba la película?

Es un film desequilibrado, un poco caótico y con un ritmo muy desordenado. Hay un detalle que llama la atención: las escenas son muy extremistas, o están en pleno silencio o tienen la banda sonora con el volumen muy elevado; no hay un equilibrio. Hay un par de escenas que no son aptas para los amantes de los animales, porque son muy desagradables y bestias; una de ellas está dividida en dos partes.

Ben Wheatley te demuestra que en el mundo existen todo tipo de personas, algunas de ellas son bastante peculiares. Hay individuos muy cotillas que se meten en la vida de los demás; donde no les llaman. A veces la justicia hay que tomársela por su propia cuenta (de su mano). Puedes tener justo enfrente a la persona a la que buscas, y  no saberlo porque desconoces su aspecto físico. Las dictaduras solo traen problemas y revoluciones. Existen lugares que perturban a la gente y hacen que se vuelvan locas. Ben Wheatley utiliza demasiado los planos cerrados; con mucha frecuencia se ven primeros planos, planos detalle, planos subjetivos des de un plano nadir con un primer plano de por medio. Hace pensar que esta elaborado de esta manera, para aumentar la intensidad y para decir que los exteriores no son lo importante. Usa el plano subjetivo de tal forma que lo quieras o no te metes en la cabeza del personaje (te obliga a entrar a la fuerza en su mente) y sientas lo mismo que él (causan angustia y/o mal estar en varios momentos). También recurre a las elipsis temporales por corte, para descartar lo que carece de importancia. Con planos detalle, travellings y alternando entre varias secuencias cortas te dice la profesión de Laing, sus hábitos y ritmo de vida. Con la cámara superlenta acentúa, magnifica y dramatiza un trágico incidente. Hasta la elección de planos es peculiar.   



                                                             Nacho Miret Vives



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