DEL VIDEOJUEGO A LA GRAN PANTALLA
El guion te muestra las diferentes épocas que rodean
al personaje protagonista, mediante saltos temporales; y lo hace igual que en
el videojuego. Lo que te hace pensar al igual que otros detalles que te enseña,
que Justin Kruzel ha jugado alguna vez a la famosa saga de Assassin’s Cred. Te
presenta a Carl (Michael Fassbender) y la historia que le rodea, de la misma
forma que te presentan a Desmond en el videojuego. Luego te presentan a un
personaje misterioso llamado Sofía (Marion Cotillard) inspirado en el personaje
del videojuego que engaño a Desmond para unirse a Abstergo y a su líder,
interpretado por Jeremy Irons (que si has jugado al videojuego alguna vez sabrás
que él y Abstergo son de los Templarios) para conseguir lo que siempre ha
querido (la manzana del Edén (la cual en el videojuego era dorada, no plateada))
para poder controlar el mundo entero. Algunos detalles te hacen recordar las
vidas de: Desmond, Altair, Ezio Auditore, Edward Kenway, Conor, Arno y Jacob y
Evie Frye; están todas las historias mezcladas en una sola y nueva. La introducción
te cuenta la historia que rodea a los asesinos que formas la Hermandad secreta de
los Assassin’s inspirada en los videojuegos. Para entender cada detalle de lo
que te están contando, antes tienes que haber jugado a la famosísima saga
completa del videojuego. Lo cual te hará ver la fidelidad del guion con los
juegos de las PlayStation tres y cuatro. El guion usa una especie de
Flashforward (no es un flashforward normal, es uno “metafórico”, es decir, que
de forma sutil te dice lo que va a ocurrir, pero no es lo que estás viendo) al
inicio para que sepas lo que va acabar pasando. Los propios personajes tienden
a decir algo que no ven que no pueden conseguir. Como por ejemplo: Sofía le
dice a Carl: “No puedes cambiar los hechos”, por lo tanto lo que intentan en
Abstergo es inútil, porque lo que tenga que pasar, pasara. El guion es fiel
incluso en: las escenas de persecución con carros, el tipo de lucha, el apoyo
de la hermandad de asesinos entre ellos, los diferentes tipos de muerte y armas
y los saltos de fe. También te muestra las alucinaciones que sufría Desmond en
el juego de la Pley; si has jugado sabrás lo que significan. El guion incluso
te muestra las ansias y sed de poder que tenía el líder de los Templarios. Tiene
escenas de acción tan brutalmente trepidantes que es imposible no sufrir una subidón
de adrenalina. También tiene pequeños y breves toques cómicos muy buenos,
debido a los simples pero eficaces que son. El final te deja claro que habrá una
secuela. El propio guion te dice lo que va a suceder y como va acabar el film
antes de que ocurra.
Hay un detalle comprensible que si nunca has jugado
a los videojuegos de la famosa saga, no los veras. El animus ha sido
modificado, siempre ha sido una camilla con un visor (bueno en Assassin’s Cred
Black Flag lo convirtieron en una especie de gafas de realidad virtual), pero
nunca ha sido una brazo robótico gigantesco. Pero a Hollywood le gusta el espectáculo
y por eso lo han hecho. Es una película única y estrictamente pensado para los
fans de la popular saga de videojuegos de Ubisoft: Assassin’s Cred. Las
secuencias en las que se habla español supuestamente no han sido dobladas;
porque si has visto antes una película de Javier Gutiérrez o Carlos Bardem,
veras que es su voz original; pero en las escenas en las que Carlos Bardem
habla inglés se ve que se ha doblado a si mismo (al menos es lo que parece
porque son voces muy parecidas).
Justin Kruzel te demuestra que el Destino existe y
las Casualidades no: todo ocurre por alguna razón muy concreta y para que la
persona logre llegar a su meta personal. En algunas familias hay secretos tan
profundos y bien guardados, que cuando los descubres, te sorprendes de lo
inesperados e inimaginables que son. Algunos individuos tienen motivos ocultos
para conseguir cosas en su beneficio propio, y se les acostumbra dar muy bien:
mentir, manipular y fingir. Los de Abstergo no se dan cuenta que mientras Carl
está en el animus, está aprendiendo a luchar y moverse; lo cual que va a servir
de ayuda en el momento de enfrentarse a los Templarios fuera del animus. Te
muestra el sueño de todo fan de Assassin’s Cred: un Assassin’s Cred en la
actualidad. El águila simboliza la libertad y el libre albedrio que protegen los
asesinos de la Hermandad. Justin Kruzel usa el plano subjetivo de manera muy
poco habitual: en una arma, lo que suma belleza al film. También usa los mismos
recursos que se usan en Assassin’s Cred Black Flag para identificar el
antepasado de cada uno de los personajes: usar el mismo actor y un primer plano
de él. La transición que usa Justin Kruzel en algunos momentos en los saltos
temporales para cambiar de época, es completamente invisible; debido a que usa
un animal (un águila, que también aparece en la saga (en las Atalayas)) como
referencia para hacer el cambio.
Nacho Miret Vives
Comentarios
Publicar un comentario