SUPERVIVIENTES Y REALISMO - CRÍTICA LOS DEL TÚNEL
Los del túnel
es un film con un guion casi paródico, burlesco del género, de forma subliminal,
interesante, curioso, peculiar, familiar, amistoso, evolutivo, próspero y lleno
de tópicos. Recurre al humor chorra o absurdo (es lo mismo): Básicamente,
consiste en hacer reír mediante chorradas y/o cosas absurdas; normalmente
demasiado simples y cuotidianas, pero con un enfoque mucho más divertido. Se
puede apreciar claramente el humor serio (hacer bromas con cara de póker y
completamente serio) de Raúl Cimas. La introducción te presenta a todos los
personajes de golpe, después de haber pasado un infierno. La presentación
parece el final de la historia; así que te da la sensación de que falta un buen
trozo del relato. Cada vez resulta más evidente el comportamiento habitual,
carácter, personalidad, mentalidad y estilo de vida de cada uno de los
protagonistas. También te deja demasiado claro, el tipo de película que será y
cuál es su género dominante. El guion utiliza los fundidos a negros, para
separar la historia por capítulos; la dirección apoya y refuerza esto. Se
centra más en unos personajes que en otros; dándoles más protagonismo e
importancia. A medida que te cuenta más sobre Toni (Arturo Valls), la situación
se pone progresivamente más atrayente, intrigantes y atrapante. Ciertos
detalles del guion son demasiado predecibles. En varias ocasiones, llegas a
cogerle manía al grupo y a empatizar con Tony. Cada vez, resulta más obvio que
Julio (Raúl Cimas) se ha autoproclamado líder del grupo; a veces toma ciertas
decisiones, que hacen que te caiga mal. El hecho de usar las canciones de los
pecos como metáfora para expresar lo que siente Tony, es otro cliché; muy usado
como recurso fácil, en esta clase de films. Cuando se acerca el desenlace, hace
varios flashbacks, para contarte la verdad y la parte del relato que aún no te
habían explicado; para así entenderlo todo mucho mejor. El guion va mejorando
gradualmente, al igual que el humor, según va avanzando la historia. A medida
que se desarrolla el relato, resulta más evidente que Julio es un hombre que se
cree Rambo con un complejo de Salvador. Tiene un final, feliz, brutalmente
sincero y directo, realista, reconciliador, revelador, prospero, evolutivo,
divertido, cómico, gracioso y que cada uno de los personajes vuelve a su
esencia.
La interpretación de
Arturo Valls es sincera, casi impecable, agradecida, auténtica y que ayuda a
que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione
perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los
guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que
te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la
historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir,
que este nivel interpretativo que tiene Arturo Valls, es muy necesario en
determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guion
funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador.
La película te transmite
el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa,
curiosa, extraña y desconocida razón en particular. Las expectativas pueden
engañar y provocar falsas esperanzas. Tarde o temprano, la verdad acaba
saliendo a la luz de algún modo u otro. Vivir una experiencia, encerrado/a en
un sitio mucho tiempo, lo magnífica todo mucho, te hace conocerte a ti mismo,
te marca y de cambiar la vida radicalmente para siempre. Algunas situaciones son tan incómodas o que te ponen tan de los nervios, que no sabes cómo hacerlo.
Hay individuos que parecen absolutamente insensibles con determinados aspectos.
Las apariencias engañan: algunas cosas a veces no son lo que parecen. Ciertas
personas, habitualmente, ocultan sus problemas y los pasan ellos solos; y
otros, son incapaces de darse cuenta. Algunos grupos son muy excluyentes; en
ciertas ocasiones sin darse cuenta. Todos y cada uno de nosotros, superamos los
traumas a nuestra manera. Cuando una persona está mal y deprimida, lo último
que debes hacer, es dejarla sola con desprecio. En algún momento y otro las
cosas hay que hablarlas para solucionarlas.
Pepón Montero ha construido un guion técnico demasiado esquemático,
sistemático, poco llamativo y nada innovador. Utiliza el fondo desenfocado y el
sonido encapsulado, para aislar a un personaje e intentar meterte dentro de su
cabeza. Con el Jump Cut, hace el paso del tiempo más visible y dinámico.
Nacho Stars: 4,40
Nacho Miret
Comentarios
Publicar un comentario