ESPÍAS CÓMICOS
The spy who dumped me es un film con un guion sutilmente paródico,
interesante, atrapante, sincero, director, un poco burlesco, con acción, fiel
en el tema de los agentes dobles, con una pequeña parte de misterio y un humor
que te hace reír de manera diferente a la habitual. La introducción te presenta
a Drew (Justin Theroux) de forma detallada, misteriosa, sincera en parte y
trepidante; e intuyes como se gana la vida. Acto seguido y encadenadamente
conoces con el mismo estilo, pero más tranquilo a Audrey (Mila Kunis) y su mejor
amiga Morgan (Kate McKinnon); a Drew y Audrey en dos situaciones completamente
distintas, en lugares extremadamente distantes, para decirte subliminalmente
que ellos dos tienen algo que les relaciona. Algunos chistes son tan malos que
dan pena. Posee ciertos gags, que resultan un poco graciosos, porque son una
especie de sutil pero evidente visualmente, parodia de clásicos momentos de las
películas de espías. Según va avanzando el relato, va resultando más obvio e
indiscutible, que es una parodia en toda regla de los films de espías;
burlándose descaradamente de los clichés más tradicionales de este género. Justo
después de la presentación, hace un flashback de un año hacia el pasado, para
contarte la historia des del inicio, y así comprendas todo mucho mejor; hasta
que poco rato después vuelve a la actualidad. Constantemente hace breves saltos
temporales para darte información sobre Drew y Audrey. Las circunstancias se
ponen absolutamente trepidantes y emocionantes de forma bastante rápida y
fácil. El guion tiene un cameo (Gillian Anderson) que resulta irónicamente
gracioso por el trabajo que ocupa su personaje; ya que guarda relación con el
de X-Files (1993, Kim Manners, Rob
Bowman, etc.…). Ciertos detalles del guión son demasiado predecibles. El guion
está repleto de tópicos de los espías de las películas; demasiado vistos. Es
estrictamente divertido, en ningún momento te ríes externamente (ni una pequeña
mueca) solo por dentro. La situación se va complicando cada vez más, a medida
que va transcurriendo el relato. Hay muchos detalles del guion que se repiten. Tiene
un final feliz, divertido, reconciliador y prometedor.
La interpretación de Kate
McKinnon es impecable, magnífica, agradecida, auténtica y que ayuda a que todo
el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Las
interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque
ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están
contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que
explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel
interpretativo que tiene Kate McKinnon, es muy necesario en determinadas
películas en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor,
tenga más fuerza y eficacia en el espectador.
El film te transmite el
mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa,
curiosa, extraña y desconocida razón en particular. Todo el mundo tiene
secretos, algunos peores que otros. Por desgracia, en el mundo existen
individuos que no soportas, entre otras posibilidades, de los pesados que son.
A veces hay parejas, radicalmente opuestas, y en algunos casos, eso es lo que
los une. Algunas personas se les da alucinantemente bien mentir. Existen
experiencias, que cambian a la gente drásticamente para siempre. Cuando hay un
espía de por medio, seguramente cabe esperar que toda su vida sea falsa, echo
para crear una tapadera que le sirve a modo de escondite, para pasar
desapercibido. En ciertas ocasiones, solamente puedes confiar en una sola
persona. La amistad es una de las cosas más importantes, fuertes, preciosas,
necesarias y fuertes del Universo entero. Nunca subestimes a tu rival, te
puedes llevar una sorpresa. Las apariencias engañan.
Susanna Fogel logra unas transiciones de cambio de secuencia,
perfectamente invisibles, debido al hecho de encadenar acciones idénticas, para
que el cambio no sea tan brusco y si más suave. Utiliza el primer plano para
darte una información sin tener que usar las palabras.
Nacho Miret
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