viernes, 7 de diciembre de 2018

SIMBIONTES


Venom es un film con un guión interesante, atrapante, superviviente, lleno de acción de forma un poco diferente a la habitual (la primera parte), que sutilmente muestra dos versiones alternativas de Venom y sincero (que dice las cosas como son). La introducción te explica como llego Venom a la tierra, enseñándote la situación, y acto seguido te presenta a Carlton Drake (Riz Ahmed), haciendo que veas su comportamiento habitual, carácter, mentalidad, personalidad, estilo de vida y como se gana la vida; para que deduzcas indiscutiblemente que es el antagonista de esta historia que te están a punto de contar. Además, te explica lo poderoso que puede llegar a ser un simbionte. Tiene pequeños y leves gags muy eficaces por lo surrealista que son las circunstancias y porque expresan una realidad, un pensamiento y una opinión. Cuando conoces a Eddie Brock (Tom Hardy), descubres que es una personas impulsiva, directa, sincera, sin pelos en la lengua y que le gusta que se sepa la verdad, destapando fraudes y estafadores; siempre está al día de todo y tiene la información necesaria (como el buen periodista que es). El guión usa los diálogos, para rellenar las partes de la historia que faltan; así entiendes, como Eddie Brock ha llegado hasta donde está, y el relato que ya conoces sobre él que ya conoces (el que te están explicando ahora) cuadre más con el anterior. En pocos minutos la vida de Eddie Brock, pasa de ser genial y feliz a empeorar por completo; inconscientemente se está preparando, para su encuentro con Venom. La situación se vuelve más trepidante, emocionante y cautivadora, cada vez que Venom entra en escena. Cuando Venom entra definitivamente en el cuerpo de Eddie, las circunstancias generan tanta adrenalina, que sufres varios subidones (siempre y cuando disfrutes más que un niño solo en una tienda de golosinas, con la acción). La acción va aumentando exponencialmente, según avanza el relato. De repente el guión hace un salto temporal de seis meses hacia el futuro, para contarte lo que realmente importa y mostrarte el desarrollo de la historia. El guión es absolutamente fiel con el cómic, salvo en la parte en la zona en la que cae el cohete en la que estaba Venom prisionero y los demás simbiontes; y otro que en el cómic a Venom, no le hizo falta amenazar a Eddie Brock, Venom le corrompió. Hasta en un momento determinado, en el que fue capaz de vivir sin huésped, al igual que otros simbiontes (al evolucionar) (además de que ocurrió en otra versión alternativa). Se puede apreciar claramente, la debilidad de Venom: Los ultrasonidos. Cuando descubres, que el simbionte que se ha fugado del cohete no es Venom, empiezas a sospechar que posiblemente se trate de anti-venom (estéticamente reformado), otro simbionte parecido a Venom, pero más peligroso; en el cómic él y otras versiones, fueron creados a partir de Venom y modificados genéticamente, para ser más letales. Hacia el final, ya se puede ver, la amistad entre Eddie y Venom; incluso se puede apreciar otra versión alternativa, en la que Venom es un anti-héroe que salva vidas en vez de ser un Villano. Tiene un final feliz, reconciliador, superheroíco, predecible por un pequeño detalle, revelador, fiel al cómic, divertido, amistoso, un poco abierto y con una secuencia post-créditos, en la que aparece subliminalmente el conocido simbionte conocido como Carnage.

Hay un detalle que si no te fijas bien, prestando la suficiente atención, mirando en lugar correcto y no conoces la manera de interpretar del actor, no lo verás y lo pasarás completamente por alto: Tom Hardy es buen actor, pero tiene un tic corporal interpretativo: “gesticula” demasiado con las manos, hasta tal punto que parece italiano; por el mero de hecho de su forma de mover las manos (sobreactuando a veces con ellas).

La película te transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por un misterioso, curioso, extraño y desconocido motivo en particular. El Kharma es tan real como el aire que respiramos: recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. Algunas personas no pueden evitar luchar por lo que es justo, algo que se agradece, porque hay mucho farsante suelto en este mundo. Hay individuos más falsos que un billete de veintidós euros. Ciertos impulsos, te pueden salir extremadamente caros. Todo el mundo tiene secretos: unos malos y otros no. Por desgracia, en este planeta hay gente muy irrespetuosa y maleducada. El ser humano aún no le ha quedado claro, que no debe tocar aquello que no le pertenece; y menos experimentar con alienígenas tan poderosos.

Ruben Fleischer utiliza la cámara en mano, para acentuar una situación y darle más dramatismo e importancia.





                                                                   
                                                                      Nacho Miret





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