TODOS TENEMOS DÍAS MALOS
El guion recurre al humor de la torpeza: únicamente
se trata de hacer reír enseñando lo torpe que puede llegar a ser alguien. Posee
algunos gags tan eficaces porque expresan una realidad, son simples y
equilibran la balanza. La situación se vuelve tan surrealista que resulta
absurdamente cómica; también las circunstancias son tan absurdas y ridículas
resulta completamente inevitable reírse. La introducción te presenta
detalladamente a los diferentes miembros de la familia mediante la voz en off
de Alexander (Ed Oxenbould), la situación actual a la que se enfrentan y el porqué;
todo esto en un flashforward. Algunos detalles del guion son bastante
previsibles. Alexander parece un descendiente de Edward Murphy, el creador de
la famosísima Ley de Murphy (un ingeniero que era famoso por su pesimismo): que
básicamente dice que todo lo que pueda salir mal saldrá mal, porque a Alexander
le sale todo mal siempre. Parece que sea el hermano de Milo Murphy (la serie de
Disney Channel llamada The Milo Murphy
Law). El guion te muestra los primeros indicios de que el día horrible,
terrible, muy malo, nada bueno, está cerca, antes de que suceda, con pequeños
sucesos en los que hay que fijarse bien y/o prestar atención para verlos. Poco
a poco se va acercando cada vez más el esperado espantoso día y es más evidente
y visible por momentos. Todos los detalles que se han visto al inicio van
apareciendo, vas entendiendo como han ocurrido y por culpa de quien. Tiene un
final feliz, familiar y divertido que era prácticamente previsible.
Hay un detalle que no tiene importancia pero si lo
ves con los ojos adecuados es particularmente graciosos a su manera: justo en
la secuencia en la que Ben (Steve Carell) y Kelly (Jennifer Garner) hablan con
sus respectivos jefes estando en su casa, durante la gran esperada y secreta fiesta
de cumpleaños de Alexander, hablando por teléfono, uno al lado del otro; si los
escuchas bien, los diálogos, veras que parece que en realidad estén hablando el
uno con el otro, en vez de con sus jefes; por el simple hecho y que es la
clave, de encadenar las frases, es decir, que la frase de uno es las respuesta
del otro. Es un truco demasiado antiguo pero que siempre que se utiliza
funciona y es eficaz. Existen muy pocos recursos como este, que por mucho que
los uses nunca se gastan y siempre son graciosos, haciendo reír de una forma u
otra.
Miguel Arteta te demuestra que las casualidades no
existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón
en particular. Los malos momentos hacen apreciar mucho más los buenos. La familia
es lo más importante y ha de permanecer siempre unida. Hay familias que
descuidan un poco algún hijo sin darse cuenta. En el mundo existen personas
incomprendidas. A veces es necesario un mal día para comprender la vida de
alguien. Cuando una persona tiene un día horrible es mejor dejarlo en paz y no
tocarle los huevos. Nunca hay que perder el positivismo porque es lo que nos ayuda
en gran parte a ser felices. En el mundo hay gente que es más falsa que un
billete de veintiocho euros.
Nacho Miret Vives
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