DEMONIO POR FUERA, SANTO POR DENTRO


Al principio Theodore Melfi presenta al personaje de Vincent (Bill Murray) ante el espectador como un hombre serio, sin filtro y que buen sentido del humor pero que cuenta los chistes de una manera tan seria que pierden la gracia. Vincent lo hace todo con desgana incluso el sexo, es como si lo hiciera por hacer, de una manera rutinaria la cual hay que hacer aunque no te guste, parece que ha perdido toda ilusión y esperanza. Esto hace que empatices con él porque en el fondo todos somos igual (serios y sin filtro). Pero deja muy claro que Vincent se comporta así porque la vida le ha tratado mal (lo tiene todo en contra) y piensa “para que molestarse si va ir a peor y no tengo que me importe”, lo que da entender y confirma que ha perdido la ilusión de vivir pero que no se ha rendido. Melfi también te demuestra que un abusón no para de meterse contigo hasta que no le plantas cara y dejas claro los límites, entonces si el abusón tiene un buen fondo y simplemente se metía con la gente por no expresar algo que le molestaba mucho y decide romper ese muro, abusón y victima podrán ser grandes amigos.

El guion tiene algunas partes que son demasiado previsibles, se ven venir mucho antes de que ocurran; te lo da todo prácticamente masticado. Es tan evidente que Oliver (Jaeden Lieberher) se necesitan el uno al otro para aprender y crecer como persona que llega al punto de ser aburrido, una película ha de tener parte de intriga porque si no se pierde el interés, el espectador se intuye el final y se va de la sala y es la forma más tonta de perder dinero. Se ve des de la distancia de una manera tan obvia que  Oliver y Vincent estaban destinados a conocerse (un hombre que solo ve lo malo de la gente y un niño que solo ve lo bueno) que es difícil no verlo. De una manera muy clara  te deja entender que la vida de Vincent es un completo desastre, que cuando crees que no le puede ir pero, te sorprende apareciendo un nuevo problema y más grande aun que el anterior; hasta se ve obligado a hacer de canguro de Oliver y le conoce a un nivel más íntimo haciendo que su vida mejore hasta cierto punto. Con la ayuda de Daka (Naomi Watts) la amiga prostituta (que hace de una manera subliminal aunque clara de su conciencia) con la que se acuesta Vincent; van a conseguir que Vincent vuelva a ser un hombre hecho y derecho en vez de un desecho de malos hábitos y porquería.

El humor del film es el típico humor de Bill Murray: sincero, directo, sin pelos en la lengua y sarcástico en algunas ocasiones; es la pequeña aportación de Murray al personaje haciéndolo más gracioso y así conseguir que caiga mejor al público, cosa que hace muy habitualmente con sus personajes como en Ghostbusters o Monuments Men. También te demuestra que una persona cuando está desesperada, sola y necesita ayuda pero no tiene a quien pedírsela, tiende a recurrir a medidas extremas y que no le gustan a nadie, pero son las únicas que hay. Tiene un final tan emotivo que consigue que hacer llorar siempre y cuando seas una persona sensible, porque aunque todo el mundo ve lo malo de una persona, una única persona llega a ver lo bueno consiguiendo que cambie radicalmente para siempre y sea recompensado con la vida que siempre ha soñado y echaba de menos.


                                                        Nacho Miret Vives

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