SURREALISMO, COSAS RARAS Y PALABRAS COMPLEJAS
Tiempo Después
es un film con un guión cómico, político, monárquico, postapocalíptico, extraño,
interactivo pero de forma diferente a la habitual, sincero, peculiar, gracioso
e intelectual. Recurre al humor absurdo o chorra (es lo mismo): Básicamente
consiste en hacer reír con chorradas y/o cosas absurdas; normalmente demasiado
simple y cuotidianas. La situación cada vez es más surrealista, absurda y
cómica. Parte de la gracia del guión, consiste en que parece el mundo a la
inversa, por ejemplo: los típicos adolescentes problemáticos que siempre están
en la calle, teniendo conversaciones profundas, intelectuales, literarias, demostrando
lo cultos que son. Está bastante claro, que el Rey (Gabino Diego), es el Rey de
Bastos, de la baraja de cartas española; es una especie de cameo sketch
burlesco. Las circunstancias son más extrañas, según va avanzando el relato. Tiene
un gag gracioso, por el mero hecho, de aparecer absurdamente un chino andaluz. Varios
chistes se burlan descaradamente de la monarquía. El humor es demasiado simple
y sencillo. Usa los típicos chistes malos, definidos por ser juegos de palabras
con las partes sexuales del cuerpo y que riman con nombres de personas. Los
gags son exponencialmente más absurdos y un poco hilarantes, de manera distinta
a la común. La introducción te cuenta mediante una voz en off hablando
directamente con el espectador, diciéndote, el comportamiento habitual,
carácter, personalidad, mentalidad y estilo de vida de una sociedad, dividida
en dos grupos, radicalmente diferentes entre sí. Al mismo tiempo y de forma
eficaz, te deja bien claro el tipo de película que será y cuál es su género
dominante. El guión rompe la cuarta pared a través de diálogos refiriéndose a
la historia que está contando el guión. Sutilmente, pero de forma clara, te
explica que se trata de un futuro postapocaliptico, pero que todo sigue
funcionando igual de “bien”, pero de manera extraña, peculiar y clasicista. Muchos
de los diálogos son técnicamente incomprensibles, complejos, pero graciosos. Está
abarrotado de estos diálogos tan formales, finos, técnicos y poéticos. Uno de
los puntos fuertes de este guión, es el reparto: todo son caras demasiado
conocidas, no hay ninguna que sea desconocida. De repente descubres, que es una
civilización ocultamente avanzada tecnológicamente, de manera inutil; por
ejemplo: poseen el teletransporte. Los personajes son tan políticamente
correctos, educados y “bien hablados”, hasta en los momentos más inesperados. Todo
lo raro, contradictorio y fantasioso que puedas imaginar, lo tiene este guión. Aunque
seas una persona culta y con mucho conocimiento, en cuanto los personajes
empiezan a hablar a su manera, te pierdes con demasiada facilidad (que tiene su
gracia contradictoriamente). La torre representa subliminalmente el consumismo.
Tiene un final insinuante, curioso, progresivo, revelador, comercial,
evolutivo, narrativo, inverso, un poco abierto y misterioso de forma diferente
a la habitual.
La interpretación de
Roberto Álamo y Antonio de la Torre es impecable, magnífica, agradecida,
auténtica y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se
mueva, funcione perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy
favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de
lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los
que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho
mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tienen Roberto Álamo y
Antonio de la Torre, es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque
son las que hacen que el guión funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en
el espectador.
El film te transmite el
mensaje de que la sociedad siempre separa en grupos, etiqueta y luego juzga, a
la gente (a todo el mundo). En todas las ocasiones hay disputas absurdas y
lucha por un libre comercio. Puede haber igualdad y desigualdad al mismo
tiempo. Hay que saber encontrar el equilibrio. Algunos individuos se aprovechan
de los más débiles porque se les ha subido a la cabeza el poder. El gobierno es
experto en mentir, ocultar información, extorsión, vagabundeo, ser corruptos,
caprichoso, egoísta y clasicista. Es más fácil echarle la culpa a otro, que
asumir la propia. Algunos individuos son más falsos que un billete de veintidós
euros. Los reyes son unos especialistas en rascarse los huevos. A la hora de la
verdad, los que calientan verbalmente a la gente y provocan mucho, son unos
auténticos cobardes; perro ladrador poco mordedor. Siempre que crees una
dictadura, vas a causar una revolución.
Jose Luis Cuerda utiliza demasiado los planos cerrados. Además, ha hecho
un guión técnico demasiado esquemático, normativo, tradicional y predecible;
siguiendo las enseñanzas al pie de la letra.
Nacho Miret
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