MARY POPPINS OTRA VEZ
Mary Poppins Returns
es un film con un guión interesante, similar, atrapante, mágico, musical,
predecible, imaginativo, recordatorio, moralista, sincero y fiel. La
introducción te presenta a Jack (Lin-Manuel Miranda) trabajando como farolero;
para que veas visualmente, al amigo del popular deshollinador Bert (Dick Van
Dyke (en esta secuela hace del padre del villano, un cameo camuflado pero
evidente)), su comportamiento habitual, carácter, personalidad, mentalidad y
estilo de vida. Además de conducirte durante una canción que va cantando Jack,
a la famosa calle de los Banks y ver los típicos y populares personajes de Mary Poppins (Robert Stevenson, 1964);
mientras vas viendo las calles de Londres en esa época (la de la gran
depresión). Como mundialmente se sabe, todas las películas familiares acaban
siempre bien y los personajes resolviendo todos sus problemas y siendo más
felices que al principio del film; pues bien, como no podía ser menos, está
película sigue dicha tradición, al estar en dicho terreno. De repente te
muestran el conflicto del relato (que hace visible la trama) con demasiada
claridad y facilidad. Cuando conoces a la actual familia Banks, ves lo
organizada pero caótica, responsable pero desordenada que es, de una forma
peculiar y dual. Las aventuras en los mundos mágicos, representan sucesos, que
les pueden ocurrir a los personajes en el relato que están narrando. Sutilmente
hace referencia a la familia; es decir, que la manera de presentártelos,
también es una forma de decirte a la vez, como son. Como era de esperar, posee
muchas secuencias musicales. La entrada de Mary Poppins (Emily Blunt), sigue siendo
igual de triunfal, pero en esta ocasión, más cinematográfica; incluso su
carácter es el mismo; por lo tanto, es fiel a la historia original pero
evolucionada. La base (trama) del guión, repite exactamente la misma historia
que en el relato original. Te explica que al parecer, Mary Poppins es inmortal.
Ciertos detalles del guión son demasiado previsibles. De pronto, te deja bien
claro quién es el antagonista de esta historia: Wilkins (Colin Firth). El guión
recorre los habituales y conocidos lugares de Mary Poppins; pero modificados un poco para que no se les acuse de
plagio y/o vagancia. Te cuenta detalles sobre los personajes, subliminalmente. De
manera muy breve y rápida, la situación se pone trepidante y aventurera. Los
personajes de las aventuras con Mary Poppins (como los de la sopera), son
personajes de la historia principal; por ejemplo: el Lobo, el tejón y el hurón,
son Wilkins y los dos abogados. Según va avanzando el relato, resulta más
evidente que Michael Banks (Ben Wishaw) se ha convertido en su padre: George
Banks (David Tomlinson). Las circunstancias son exponencialmente más
emocionantes y atractivas. Tiene un final feliz, mágico, previsible, familiar,
revelador, prometedor, sincero, esperanzador, aleccionador y reconciliador.
La interpretación de Ben
Wishaw es impecable, magnífica, fiel, agradecida, auténtica y que ayuda a que
todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente.
Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque
ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están
contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que
explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel
interpretativo que tiene Ben Wishaw, es muy necesario en determinadas películas
en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor, tenga más
fuerza y eficacia en el espectador.
El film te transmite el
mensaje de que siempre hay algún que otro niño pequeño, demasiado maduro y
responsable para su edad. A veces la vida te pone obstáculos difíciles de
superar, pero que sirven de algún tipo de aprendizaje. Hay cosas que un niño,
por muy maduro que sea, no debería saber; un niño no debe tener preocupaciones,
solo diversión. Nunca olvides, ni escondas al niño que llevas en tu interior,
es una de las peores cosas que se puede hacer. En ciertas ocasiones las cosas
más inimaginables, son reales; la fantasía que todos conocemos existe de
verdad; la fantasía es otra cosa muy diferente; la fantasía de hadas, dragones,
duendes, magia y demás es una realidad, que no la veas es otro tema. La magia
es auténtica (no es la de los magos), habita en el mundo espiritual; es
imposible e inutil negar su existencia, porque es capaz de hacer cosas
realmente extraordinarias, simplemente hay que tener la mente abierta y creer
de verdad (des del corazón y el alma). Algunas cosas no tienen ninguna
explicación racional, asi que por mucho que la busques no la encontrarás. La
imaginación tiene un poder incalculable e increíble. Todo es posible, no hay
nada imposible. Las apariencias engañan: no juzgues un libro por su portada. A
veces la presión te supera y te hace perder los nervios, la cordura y/o la
compostura. Una gran pérdida puede durar y doler demasiado tiempo. Pensar
demasiado es malo. Algunos individuos son tan malvado y egoístas, que te
enfurecen inevitablemente. El Kharma existe: recoges lo que siembras; el Kharma
castiga y el Dharma recompensa.
Rob Marshall utiliza el primer plano, para remarcar la importancia del
conflicto principal. Enlazando imágenes, logra transiciones para los cambios de
secuencia, perfectas e imperceptibles. Con el plano subjetivo, te mete aún más
en situación y la piel del personaje que ves en ese preciso instante.
Nacho Miret
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