VENGANZA
Tarde para la Ira
es un film con un guión interesante, misterioso de manera diferente a la
habitual, vengativo, Kharmico, absolutamente criminal a varios niveles,
atrapante, silencioso como un ninja, un poco predecible y mucho de extremos
bien sincronizados (juntos consiguen una buena simbiosis). La introducción te
presenta a Curro (Luis Callejo) en una situación criminal, de peligro y que
muestra claramente el comportamiento habitual, carácter, personalidad, forma de
pensar y estilo de vida de cada uno de los personajes que aparecen en escena;
además te dice el tipo de película que verás. Cuando conoces a Jose (Antonio de
la Torre), ves de manera sutil pero visual y evidente, su personalidad,
mentalidad, la clase de persona que es y que esconde un secreto. El guión poco
a poco te va explicando la situación personal de cada uno de los personajes y
como están vinculadas entre sí. Separa la historia por capítulos de forma muy
marcada y visible. Luego te enteras por un dialogo, que ha habido un salto
temporal, entre la apertura del relato y lo que se ve justo después; cuando
debería ser al momento y con un efecto visual o un pequeño texto en un lateral,
no a través de un dialogo. Algunos detalles del guión son tan transparentes,
que hay que estar ciego para no verlos; además de que provocan que ciertas
acciones de los personajes sean previsibles. El guión no tiene ningún tipo de
censura. Algunas secuencias son esencial y estrictamente una entrevista, a tal
nivel que parecen un interrogatorio, y desvela la información que no debería
descubrirse tan rápido. De golpe y sin previo aviso, te cuenta un sorprendente
secreto, sobre un personaje, que llega a ser impactante. El comportamiento de Jose
cada vez es más sospechoso; hasta que se descubre todo el pastel, y se entiende
todo perfectamente, desvelándose que era un plan organizado a modo de venganza.
La situación se vuelve completamente emocionante y trepidante de manera muy
intensa y breve. Según avanza el relato, se va poniendo cada vez más
interesante. Como era de esperar, las circunstancias se van complicando poco a
poco. La emoción y tensión van aumentando exponencialmente, según transcurre la
historia que te están contando y se acerca a su desenlace. Tiene un final
feliz, aleccionador, romántico, reconciliador, prometedor, esperanzador y
revelador.
La interpretación de Antonio
de la Torre es perfecta, impecable, magnífica, agradecida, auténtica y que
ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione
perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los
guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que
te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la
historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir,
que este nivel interpretativo que tiene Antonio de la Torre, es muy necesario
en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guión
funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador.
El film te transmite el
mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa,
curiosa, extraña y desconocida razón en particular. El Kharma es tan real como
el aire que respiramos: recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma
recompensa. La vida está llena de altibajos. Algunos impulsos es mejor reprimirlos.
Ciertas personas te puedan dar una increíble sorpresa. Los actos tienen
consecuencias. La venganza es un plato que se sirve frio. Nunca le toques los
más sagrado para un hombre (su familia), porque te estás pintando una diana en
la cabeza para ser hombre muerto. Nunca bajes la guardia. Ten a tu enemigo
siempre vigilado.
Raúl Arévalo utiliza la Steady Cam para que le sea al espectador más
fácil meterse en situación, y el fuera de campo (a medias) para aumentar la
tensión.
Nacho Miret
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