EGIPTO Y LO OCULTO
The Mummy
es un film con un guión cautivador pero de manera diferente a la habitual,
ocultista, historiador, estrictamente egipcio, con partes tan transparentes,
que las ves venir antes de que empiecen a contarte la historia, bastante típico
y un poco trepidante. A través de un salto temporal muy grande, la introducción
te cuenta una situación, marcada por un acontecimiento importante, que tal como
te lo explica, se da a entender que es el núcleo de la trama de la historia,
que te están a punto de narrar. También te deja bien claro el tipo de película
que será y cuál es el género dominante. Acto seguido, justo después del inicio,
te presenta a dos de los protagonistas principales del relato: Henry Jekyll
(Russell Crowe), un misterioso y poderoso experto en historia antigua (incluso
del ocultismo) y Ahmanet (Sofía Boutella) una princesa egipcia, hija de un
importante faraón; la cual conoces de forma muy detallada, concisa e
informativa. Tiene ciertos gags interesantes y un poco graciosos, porque
revelan una verdad con un enfoque mucho más cómico y/o divertido. Cuando
conoces a Nick Morton (Tom Cruise), ves el tipo de persona que es, su objetivo
principal, pasión, mentalidad, comportamiento habitual, carácter y
personalidad. Poco a poco la situación se va volviendo más intrigante. Ciertos
detalles del guión son demasiado predecibles. El guión te revela cuales son las
intenciones de la antagonista demasiado rápido y fácilmente. En pocos minutos,
las circunstancias se ponen trepidantes y emocionantes. Ciertos personajes muy
específicos haces acciones bastante estúpidas; que al mismo tiempo, provocan
que los sucesos que ocurren después, sean previsibles. Como era de esperar, el
personaje de Russell Crowe: Henry Jekyll, es en realidad el popular personaje
de ficción de novela, Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Hay momentos que son puro
espectáculo, tremendamente cinematográficos al estilo que solo Hollywood sabe. Es
el clásico y repetido relato, de una momia que cobra vida por un error humano,
para acabar algo que empezó en su época (acostumbra a ser algo maligno o
diabólico); una historia tan gastada, que se vuelve absolutamente predecible al
milímetro. Tiene un final feliz, romántico, reconciliador, esperanzador,
filosófico y potente.
La interpretación de
Russell Crowe y Sofía Boutella es impecable, agradecida, auténtica y que ayuda
a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione
perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los
guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que
te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la
historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir,
que este nivel interpretativo que tiene Russell Crowe y Sofía Boutella, es muy
necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que
el guión funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador.
El film te transmite el
mensaje de que hay que aceptar tu propio Destino, que no podrás escapar de él. Hay
cosas que deben permanecer ocultas toda la vida. El amor es una energía muy
fuerte, poderosa, valiosa e importante, capaz de romper barreras. Las cosas no
siempre acaban mal. La vida te da señales sobre cualquier tema solo hay que
saber escuchar, es mejor hacerles caso. El ser humano, aún no ha aprendido que
no debe tocar lo que no es suyo; y menos algo que es potencialmente peligroso. Los
mitos y leyendas, algunos no lo son, siendo tan reales como el aire que
respiramos; que no lo veas no significa que no exista. No se puede huir y/o
tapar el pasado, siempre estará ahí. Todos tenemos secretos: algunos peores que
otros.
Alex Kurtzman utiliza los planos cerrados, para que te metas más en
situación y algunos, hacen la función como plano subjetivo.
Nacho Miret
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