sábado, 13 de octubre de 2018

SUPERPRODUCCIÓN ESPAÑOLA A LA NORTEAMERICANA


La sombra de la ley es un film atrapante, intrigante a más no poder, trepidante, un poco inquietante y con ciertas partes repelentes. La introducción te presenta un suceso en el que se basara el noventa por ciento de la trama de la película, enseñándote unos misteriosos personajes, dejándote ver el carácter, comportamiento habitual, mentalidad y estilo de vida de cada uno; pero de forma demasiado sutil, rozando la invisibilidad, por el simple hecho de que no les ves, que más adelante, cuando se revele sus identidades, verás que están cegados por la ira y que están haciendo las cosas de la manera incorrecta. El guión te plantea la hipótesis de la posibilidad de que uno de los auténticos villanos, por no decir el verdadero es el cabecilla del grupo terrorista que aparece al inicio del film. Los momentos realmente buenos, que pasan a convertirse en dos de los tres puntos fuertes del guión son las secuencias de lucha, que casi llenan la película de acción y la superproducción (del tamaño de Hollywood) (el tercer punto fuerte que le otorga firmeza y credibilidad al guión es la interpretación de Luis Tosar). Es un Thriller en toda regla con momento demasiado trepidantes, tanto que te causaran pequeños subidones de adrenalina. Al cabo de un rato, te presenta a Aníbal Uriarte (Luis Tosar), un personaje lleno de sorpresas al cual irás conociendo poco a poco, a lo largo del film. Usa el típico y habitual recurso de tapar la pistola para no ver a quien disparan, para generar algo más de tensión, que resuelve cuando ves quien es el que ha resultado herido. El guión tiene la extraña pero eficaz costumbre de marear la perdiz, cambiando ciertos detalles, para que la trama sea muchísimo más misteriosa, rebuscada y compleja, y a la vez no consigues anticiparte a varios sucesos; te revela minúscula parte del misterio, para que veas que vas por buen camino pero no del todo. Está ambientada sobre mil ochocientos ochenta y dos, pero con una apariencia más antigua. Te muestra la corrupción que había en la policía en esa época y como solía trabajar. Gran parte del conflicto del guión está basado en la lucha por la igualdad de derechos civiles y personales, enseñándote la crueldad que existía por aquel entonces. El guión toca un tema que al parecer está de moda en el cine: La corrupción. Tiene un final relativamente feliz, reconciliador, Kharmico, vengativo y que mantiene hasta la última milésima de segundo en ascuas y nervioso.

La interpretación de Luis Tosar es absolutamente impoluta, única, espectacular, camaleónica e intensa; logra atravesar la pantalla y hacer que sientas con la misma o mayor intensidad que él (llegando hasta lo más profundo de tu ser) lo mismo que su personaje. Su entrega con el papel es de en cuerpo, mente y alma, del dos mil por ciento. Borra todo rastro de su identidad como actor y se transforma por completo en su personaje, hasta el más minúsculo e insignificante detalle; para que así, conseguir captar toda la esencia del personaje que está interpretando. Lo peligroso de este nivel de entrega a la hora de interpretar, es que, si no sabes deshacerte del personaje y volver a ser tu otra vez, puedes tener graves y serios problemas mentales y de identidad. Por eso recomiendan que los actores vayan muy a menuda al psicólogo: para evitar daños y problemas mentales y de identidad. Pero la de Vicente Romero es exactamente idéntica a todas las demás que hace, no se ve ninguna diferencia ni novedad en todos sus personajes a nivel interpretativo; aunque sus personajes sean distintos, él los hace prácticamente iguales.

La película te transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por un misterioso, curiosa, extraño y desconocido motivo en particular. El Kharma es tan real como el aire que respiramos; tarde o temprano recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. Si eres bueno te pasan cosas buenas, si eres malo, cosas malas. Hay que llenar el cubo del Kharma para que el castigo sea proporcional al pecado. Hay corrupción en todas partes, incluso en los sitios más elevados del gobierno. Todo el mundo tiene secretos, algunos más ocultos y profundos que otros. Depende como trates a la gente, ellos te trataran a ti. A veces es necesario mentir para poder lograr tu objetivo colectivo (es decir que si tu meta es conseguir que un grupo de personas sean felices y encuentran la paz, a lo mejor deberás infiltrarte en algún lugar mintiendo un poco). Las apariencias engañan, a veces las cosas no son del todo lo que parecen. Por desgracia, en el mundo existen individuos tan repulsivos y vergonzosos, que explotan a la gente, matando, chantajeando, amenazando, etc… para lograr cumplir su propósito y hacer realidad su beneficio personal. La información es poder. En ciertas circunstancias es necesario y de vital importancia fingir ser otra persona, para conseguir una información muy concreta, para poder realizar un bien común y global. Te puedes acabar haciendo amigo/a, incluso enamorando, de la persona y en el momento más inesperado. Algunos individuos tienes motivos tan ocultos que no los descubres hasta que ya es demasiado tarde. A veces es necesario saltarse las normas y desobedecer para conseguir lo que perseguías durante toda tu vida.  

Dani de la torre utiliza un plano secuencia muy largo y complicado, de la misma manera que en Children of Men (Alfonso Cuarón, 2006), para aportarle cierto atractivo al film y hacer la situación más fluida y dinámica.




                                                                    Nacho Miret





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