LA FAMILIA ES LO PRIMERO


Man on the Ledge es un film con un guión que va creciendo poco a poco, cautivador, misterioso, atrapante, revelador y familiar en cuanto a la situación de los personajes. La introducción te presenta a Nick Cassidy (Sam Worthington) con un nombre falso pero a la vez autentico y una actitud dudosa y misteriosa; te hace pensar que trama algo, pero no sabes el que. En pocos minutos te revela una pequeña parte de lo que estaba tramando. Te da pequeñas pistas que pueden pasar completamente desapercibidas a menos que conozcas la información necesaria para verla o te esperes a que acabe todo y te lo expliquen ellos mismo, pero de manera casi inapreciable. El guión usa el flashback para contarte la historia des el principio, y así logres comprenderlo todo mucho mejor; y entiendas algunas de las decisiones del personaje protagonista. Te genera intriga cuando te explica que Nick Cassidy fue condenado a veinticinco años de prisión, pero no te dicen la razón por la cual está entre rejas; lo cual te plantea muchas dudas, al saber que es ex-policía. Mucho más adelante te cuentan la razón por la cual está encarcelado y aparte de ser de ser habitual en ciertos casos, lo entiendes todo y empatizas más con el personaje de Sam Worthington. Algunos de los detalles son demasiado predecibles. De repente descubres un misterio que se ocultaba en la presentación y que se trataba de un falso intento de suicidio (algo que te cuentan en el mismo tráiler). La situación poco a poco se va poniendo más emocionante e intrigante; al igual que las circunstancias se van volviendo cada vez más trepidantes, pero de manera diferente a la habitual. Según avanza la historia que te están contando, vas conociendo mejor a Nick Cassidy y descubriendo, que controla de varios temas específicos, entre ellos: cómo funciona la policía y de seguridad (aparatos, trucos, estrategias, etc…). Cada vez resulta más claro que, aunque Nick Cassidy parece estar en ambos bandos de la ley: el legar y el criminal, solo está de un bando. El guión te narra dos historias paralelas simultáneamente, que sutilmente se nota que están vinculadas de alguna forma u otra. Más tarde te enteras de que Mike Ackerman (Anthony Mackie) es un policía corrupto; diciéndotelo de forma muy visual y sin palabras. Tiene secuencias donde la tensión va aumentando según van transcurriendo los minutos; cada vez va siendo más alta. A medida que va avanzando el relato, suena más creíble la historia que te está explicando el personaje de Sam Worthington; de forma muy subliminal, Lydia Mercer (Elizabeth Banks) es el espectador, el cual Nick Cassidy intenta de convencer, con su conmovedor relato familiar. Tiene un desenlace del conflicto principal, tremendamente sorprendente, absolutamente impactante, brillante, feliz, reconciliador, revelador y que a la vez es un final emotivo y bonito.

La interpretación de Elizabeth Banks es idéntica en todo, a las otras que ha hecho en otras películas; igual de plana, insustancial, fría, floja y que no te transmite nada en absoluto; es como una especie de robot. Verla a ella actuar es como ver a un tempano de hielo. No es que sea mala actriz, simplemente es que se queda a medio camino interpretando y recurre siempre a su belleza y sensualidad, para despistar al espectador de este fallo que tiene la actriz a nivel interpretativo; hasta que sea demasiado tarde y dicho error de actuación sea tan grande que ya no se pueda corregir.

El film te transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por un misterioso, curioso, extraño y desconocido motivo en concreto. Hay varias formas de ver las cosas; existen tantos puntos de vista o más como personas hay en el Universo entero. En el mundo hay personas con intenciones ocultas. En ciertas ocasiones la coordinación entre varia gente, es de vital importancia. A veces en la vida hay falsos culpables e inocentes; ni el bueno es tan bueno, ni el malo tan malo. La corrupción por desgracias está en todas partes, incluso en los sitios más elevados del gobierno; es como un virus mortal que se extiende por todas partes. Siempre hay tiempo para corregir los errores del pasado. La familia junto con la amistad es una de las cosas más importantes, valiosas, fuertes y preciosas de todo el Universo, hay que saber apreciarlo y valorarlo. Cuando le arrebatas algo importante para esa persona, él o ella se va a encargar de recuperarlo personalmente a cualquier precio.

Cada vez resulta más evidente que Asger Leth utiliza dos planos demasiado frecuentemente (los que más repite), en las secuencias de la cornisa en la que está Nick Cassidy: el plano entero y el plano medio corto. También usa el recurso al que yo llamo “por los pelos” (básicamente consiste en que algo ocurre demasiado por los pelos) para aportarle cierto atractivo al film.




                                                                                                                                 
                                                          Nacho Miret




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