FIESTA Y CAOS
Mi
gran noche es un film con un guión curioso, cómico, algo
divertido, peculiar, fiel al estilo de Álex de la Iglesia, con algunas partes
cogidas un poco por los pelos e interesante, pero de manera diferente a la
habitual. Los gags mejoran en cuanto Pepón Nieto entra en escena, aportando su
característico humor sincero camuflado (básicamente consiste en decir lo que
uno piensa, contando la verdad, pero camuflada de forma ingeniosa pero clara y
entendible). La situación es tan surrealista que resulta inevitable reírse. Es
tan indiscutible que la canción estrella de Adan (Mario Casas) es una especie
de parodia plagiada de Chayane: Torero. Lo mismo pasa con Alfonso (Raphael) es
una evidente burla aceptada hacia el cantante y otra, pero más sutil, de Darth
Vader. Se puede apreciar claramente el humor negro de Álex de la Iglesia. Poco
a poco se va viendo más claro, que el guión es una parodia macabra, de las
noches viejas y del mundo del espectáculo. La introducción al mismo tiempo que
te enseña la situación actual en la que viven los protagonistas, para que
consigas situarte, te presenta a varios personajes a la vez; algunos
protagonistas y otros no. Para que conozcas la mentalidad, carácter,
comportamiento habitual, personalidad de cada uno. Además de manera muy gráfica
e innegable, te dice cuál será el género de la película y cuál va a ser el tema
principal. El guión tiene varios cameos bastante forzados, del título del film
dentro de la propia historia que te están contando; en ciertas ocasiones parece
algo muy absurdo y/o ridículo. Un punto fuerte que posee, es que todos los
actores que aparecen en la película son, conocidos o muy famosos. Está dividido
en dos partes, parecen dos mundos absolutamente distintos pero conectados: uno
“feliz” y fiestero, y el otro caótico, bélico, destructivo y apocalíptico. En
ningún momento el guión te dice, ni confirma el motivo de la revuelta que hay
en el exterior. En todos los guiones que caen en las manos de Álex de la
Iglesia, las circunstancias se van al traste siempre, de algún modo u otro; eso
lo convierte en un guión predecible. Tiene un final feliz, divertido a su
forma, cómico y previsible.
La interpretación de
Pepón Nieto es impecable, natural, totalmente creíble y cómica. De entre todas
de las interpretaciones que hay, algunas de ellas van por buen camino, pero no
son lo suficientemente potentes o se tuercen por el camino; la de Pepón Nieto
es la que destaca más; por integrarse por completo al cien por cien con la
historia que están narrando, consiguiendo una simbiosis perfecta entre
personaje, relato y entorno (no podrían haber escogido un actor mejor y más
indicado para interpretar ese papel). Todo esto demuestra lo buen actor que es
Pepón Nieto. Las demás interpretaciones son predecibles, es decir, que sabes de
antemano como van actuar y otras es lo mismo de siempre; sin aportar ninguna
novedad a nivel interpretativo, ni mostrar el progreso (crecimiento) del
actor/actriz.
Hay un detalle muy
visible e indiscutible, que es imposible no verlo: Según saca una película
nueva Álex de la Iglesia, se ve más claro quiénes son sus actores y actrices
fetiche (porque siempre recurre a los mismos): Mario Casas, Carolina Bang (ella
puede ser porque es su mujer), Blanca Suárez, Carmen Machi, Pepón Nieto, Hugo
Silva, Terele Pavéz, Jaime Ordoñez, etc… pero alternando una sí, una no.
El film te transmite el
mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por un misterioso,
curioso, extraño y desconocido motivo en particular. Algunas personas pueden
ser de todo menos oportunas. A veces es necesario anticiparse a los sucesos,
para poder evitarlos. Hay gente que es gafe y atrae las desgracias, como la
mierda a las moscas. En varias circunstancias muy específicas, la violencia es
necesarias. En todas partes hay ladrones. El respeto es fundamental, sin él no
se va a ninguna parte. Puedes conocer el amor, en el lugar, momento y de la
forma más inesperada e inimaginable. En el mundo por desgracia existe gente más
falsa que un billete de veintidós euros. El amor es tan fuerte que puede con
todo.
Álex de la Iglesia utiliza el plano subjetivo para meterte de lleno en
la piel del personaje, y al mismo tiempo vivas en primera persona, el caos que
hay en ese preciso instante.
Nacho Miret
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