viernes, 12 de octubre de 2018

OTRA HISTORIA "PARALELA"


Solo: A Star Wars Story es un film con un guión intrigante, pero de manera diferente a la habitual, interesante, paralelo, homenajeador y un poco parecido a la anterior entrega (la que tiene la misma idea) con el título parecido: Rogue One: A Star Wars Story. La introducción, de forma tradicional, detallada y breve pero eficaz te presenta a Han Solo (Alden Eherenreich) cuando era joven y estaba solo, es decir, que aún no conocía a Chewbacca; haciendo que veas: su duro y pobre estilo de vida, comportamiento habitual, personalidad, carácter y mentalidad; en una situación en la que a nadie le gustaría encontrarse. Poco a poco vas viendo como el personaje de Han Solo es fiel al auténtico (algo de vital importancia y fundamental para este guión), al de las historias originales; por lo tanto, el guión ha hecho bien esta parte. Usa los saltos temporales hacia delante, para contarte solo las partes importantes de la vida de Han Solo. Te explica que Han Solo es un buscavidas, que ha tenido que hacer demasiadas cosas que no le gustan, por el simple hecho de sobrevivir, pero intentado no traicionar sus ideales. A medida que va avanzando el relato, ves como la mundialmente conocida amistad inseparable entre Han Solo y Chewbacca se va afianzando cada vez más. Al conocer la historia previa que caracteriza y creó Star Wars (George Lucas, 1977) de antemano, te puedes anticipar a muchísimos de los sucesos que te van a ir explicando a lo largo de la historia. El guión hace constantemente pequeños homenajes casi invisibles pero demasiado evidentes a las anteriores entregas de Star Wars (las de antes de que Disney le comprara los derechos a George Lucas) (hace lo mismo que en Star Wars: The Force Awakens, pero más imperceptiblemente). Tiene limitas partes de cómicas que tienen gracia, pero no acaban de conseguir hacerte reír; solo soltar una pequeña mueca de risa. A estas alturas, el guión depende demasiado de las secuencias de lucha, persecución, sables y pistolas laser, para generar momentos muy trepidantes. Según va transcurriendo el relato, vas conociendo algunos de los personajes más famosos y míticos de las Saga de Star Wars. Poco a poco la historia va cogiendo forma y va dirigiéndose a la que conocemos; la primera y original. Más tarde, casi cuando está a punto de finalizar la película, la situación se vuelve tremendamente emocionante, brillante y trepidante sin la necesidad del peleas ni láseres. Tiene un final feliz a su manera, gracioso, Kharmico, reconciliador y que cierra el relato, poniéndolo en su camino, en dirección a la primera entrega de toda la saga de Star Wars.

La interpretación de Paul Bettany es impoluta, realista, palpable, auténtica y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tiene Javi Gutiérrez, es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador.

El film transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por un misterioso, curioso, extraño y desconocido motivo en concreto. En la vida, por desgracia, hay que tomar decisiones crueles, duras y difíciles, pero importantes para sobrevivir; aunque las odies, es necesario tomarlas para poder avanzar. La necesidad hace al hombre. Te puedes acabar haciendo amigo de quien y donde menos te esperas. No te fíes nunca de un estafador o un ladrón, y menos de alguien que es ambas cosas. Si te cierras a la gente y desconfías de todo el mundo, te quedaras muy solo. El que avisa no es traidor. Hay amores difíciles y/o imposibles. El poder siempre es muy tentador, y resulta casi improbable resistirse a su cautivador canto de sirena.

Ron Howard utiliza el recurso de las falsas apariencias (hacerle creer al espectador que las cosas ocurren de cierta manera, cuando en realidad están pasando de otra muy distinta), pero de forma leve y corta. También usa el primer plano para enseñarte detalles que tienen que ver, con las primeras entregas de Star Wars. Con el recurso de conseguir lo que estabas intentando hacer sin éxito en la última milésima de segundo (el más típico y habitual en esta clase de circunstancias), logra aumentar un poco (casi nada) la tensión.




                                                         
                                                                  Nacho Miret




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