OTRA HISTORIA "PARALELA"
Solo: A Star Wars Story es un film con un guión intrigante, pero de manera
diferente a la habitual, interesante, paralelo, homenajeador y un poco parecido
a la anterior entrega (la que tiene la misma idea) con el título parecido: Rogue One: A Star Wars Story. La
introducción, de forma tradicional, detallada y breve pero eficaz te presenta a
Han Solo (Alden Eherenreich) cuando era joven y estaba solo, es decir, que aún
no conocía a Chewbacca; haciendo que veas: su duro y pobre estilo de vida,
comportamiento habitual, personalidad, carácter y mentalidad; en una situación
en la que a nadie le gustaría encontrarse. Poco a poco vas viendo como el
personaje de Han Solo es fiel al auténtico (algo de vital importancia y
fundamental para este guión), al de las historias originales; por lo tanto, el
guión ha hecho bien esta parte. Usa los saltos temporales hacia delante, para
contarte solo las partes importantes de la vida de Han Solo. Te explica que Han
Solo es un buscavidas, que ha tenido que hacer demasiadas cosas que no le
gustan, por el simple hecho de sobrevivir, pero intentado no traicionar sus
ideales. A medida que va avanzando el relato, ves como la mundialmente conocida
amistad inseparable entre Han Solo y Chewbacca se va afianzando cada vez más. Al
conocer la historia previa que caracteriza y creó Star Wars (George Lucas, 1977) de antemano, te puedes anticipar a
muchísimos de los sucesos que te van a ir explicando a lo largo de la historia.
El guión hace constantemente pequeños homenajes casi invisibles pero demasiado
evidentes a las anteriores entregas de Star
Wars (las de antes de que Disney le comprara los derechos a George Lucas)
(hace lo mismo que en Star Wars: The
Force Awakens, pero más imperceptiblemente). Tiene limitas partes de
cómicas que tienen gracia, pero no acaban de conseguir hacerte reír; solo
soltar una pequeña mueca de risa. A estas alturas, el guión depende demasiado
de las secuencias de lucha, persecución, sables y pistolas laser, para generar
momentos muy trepidantes. Según va transcurriendo el relato, vas conociendo
algunos de los personajes más famosos y míticos de las Saga de Star Wars. Poco a poco la historia va
cogiendo forma y va dirigiéndose a la que conocemos; la primera y original. Más
tarde, casi cuando está a punto de finalizar la película, la situación se
vuelve tremendamente emocionante, brillante y trepidante sin la necesidad del
peleas ni láseres. Tiene un final feliz a su manera, gracioso, Kharmico, reconciliador
y que cierra el relato, poniéndolo en su camino, en dirección a la primera
entrega de toda la saga de Star Wars.
La interpretación de Paul
Bettany es impoluta, realista, palpable, auténtica y que ayuda a que todo el
engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Las
interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque
ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están
contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que
explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel
interpretativo que tiene Javi Gutiérrez, es muy necesario en determinadas
películas en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor,
tenga más fuerza y eficacia en el espectador.
El film transmite el
mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por un misterioso,
curioso, extraño y desconocido motivo en concreto. En la vida, por desgracia,
hay que tomar decisiones crueles, duras y difíciles, pero importantes para
sobrevivir; aunque las odies, es necesario tomarlas para poder avanzar. La
necesidad hace al hombre. Te puedes acabar haciendo amigo de quien y donde
menos te esperas. No te fíes nunca de un estafador o un ladrón, y menos de
alguien que es ambas cosas. Si te cierras a la gente y desconfías de todo el
mundo, te quedaras muy solo. El que avisa no es traidor. Hay amores difíciles
y/o imposibles. El poder siempre es muy tentador, y resulta casi improbable
resistirse a su cautivador canto de sirena.
Ron Howard utiliza el recurso de las falsas apariencias (hacerle creer
al espectador que las cosas ocurren de cierta manera, cuando en realidad están
pasando de otra muy distinta), pero de forma leve y corta. También usa el
primer plano para enseñarte detalles que tienen que ver, con las primeras
entregas de Star Wars. Con el recurso
de conseguir lo que estabas intentando hacer sin éxito en la última milésima de
segundo (el más típico y habitual en esta clase de circunstancias), logra aumentar
un poco (casi nada) la tensión.
Nacho Miret
Comentarios
Publicar un comentario