EL REY LEGITIMO

King Arthur: Legend of the Sword es un film con un guion tremendamente mágico, histórico y ficticio; basado solamente en la famosa novela sobre el Rey Arturo, pero modificada lo justo para atraer al espectador. Lo mismo que se hizo con Hansel & Gretel: Witch Hunters (Tommy Wirkola, 2013). La introducción te enseña y cuenta  la situación en la que se encuentran magos y humanos no mágicos, explicándote al mismo tiempo la tradicional historia de Excalibur y el Rey Arturo, pero de forma bastante más fantasiosa y un poco alejada de la original pero igualmente espectacular. Des del primer minuto el guion te deja bien claro que no es un guion fiel al cien por cien a la historia original, sino, que está inspirada en ella; para que lo tengas claro antes de empezar la película. En poco tiempo descubres la clase de persona que es Uther (Eric Bana) y la que es Vortigern (Jude Law). Posee algunos diálogos un poco graciosos que hacen que el film se diferencie de los demás del mismo tema. Tiene ciertos gags eficaces porque expresan una cruda realidad pero con un enfoque cómico. La situación se vuelve cada vez más interesante y atrayente. Tiene secuencias tan trepidantes te provocan un rotundo subidón de adrenalina (siempre y cuando seas un fanático de la acción). Tiene un final feliz, increíblemente inspirador, que hace referencia a un detalle de la novela que todo el mundo conoce, e inmediatamente lo reconocerán; reconciliador, gracioso, sincero y previsible porque se entiende que lo sea debido al final de la novela, al título de la película y muchos más detalles.

Se puede apreciar claramente algunos de los varios estilemas (firmas) de Guy Ritchie en sus films. Porque cundo te has visto tantas películas suyas, desarrollas una simple y normal habilidad de reconocer su firma al instante. Tiene pocas y variadas e incluso, en muchas ocasiones, las usa todas a la vez y en otras solo algunas de ellas. Dichos estilemas son: el plano detalle, la cámara rápida y lenta, jugar con dichas velocidades de tiempo e ir alternando continuamente entre ambas, la steadycam y el travelling para cambiar de localización. Además, con su firma de rebote o queriendo, consigue algo muy necesario para todo film que se aprecie: aportar cierto atractivo y lograr que sea más atrayente y cautivadora para la persona que la está viendo en ese preciso momento.

Hay un cameo sorpresa que cuando le ves la cara, te sorprendes, porque es una celebridad mundialmente conocida, que no tiene absolutamente nada que ver con el cine; él es famoso por lo bueno que es con el balón y porque es inglés como Guy Ritchie.

Hay un detalle que si no te fijas bien y tienes el conocimiento adecuado, lo pasaras completamente por alto sin saberlo: los supuestos Vikingos, en realidad no son Vikingos de verdad, es decir, han querido representar a los Vikingos y les ha salido algo que ni por asomo lo son; les hace falta una buena lección de historia para informarse mejor del comportamiento habitual de los Vikingos, como vestían, sus nombres típicos y mucho más.

El film trasmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular; pero el Kharma y el Dharma si: tarde o temprano recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. Las ansias de poder pueden corromper a cualquiera si esa persona no están ni preparada, ni hecha para el poder. La magia junto con las criaturas mágicas y mitológicas realmente existen, pero no como todo el mundo se piensa, pero son tan reales como el aire que respiramos. La envidia solo hace que traer problemas. No se puede huir del pasado, te perseguirá hasta que lo soluciones. En el mundo hay cosas que son inevitables y solo hay un remedio: afrontar, aceptar y luchar. De todo lo malo sale algo bueno. El bien siempre gana. Por muy poderoso que seas, siempre habrá alguien más poderoso y mejor en el bando de los buenos.

Guy Ritchie utiliza breves secuencias con una banda sonora muy dinámica y activa, para mostrarte el progreso de Arthur (Charlie Human), visualizar y materializar su evolución como persona de una manera muy efectiva.

                                                                      Nacho Miret