DIMENSIONES PARALELAS

The Dark Tower es un film con un guion tremendamente espiritual, filosófico, activo, educativo e intenso. La introducción te cuenta en forma de pesadilla un posible oscuro y tenebroso suceso. Durante dicha pesadilla conoces a Walter (Matthew McConaughey) y cuál es su objetivo principal. Acto seguido te presenta a Jake (Tom Taylor), el niño que tiene dichos sueños que son reales y están vinculados de algun modo u otro a la Tierra. Mediante los sueños de Jake, te explica la historia que rodea a Roland (Idris Elba), Walter y el mundo en el que ambos viven; dejándote claro que son rivales: cual es protector y cual el antagonista, de manera muy clara e indiscutible. La situación se vuelve cada vez más atrayente, interesante y un poco futurista. El guion posee una peculiar intriga que hace que te mantengas sentado en la butaca y pegado a la pantalla. La habilidad de Roland como pistolero es tan alucinante, que le hace parecer un superhéroe, te enseña que es el mejor tirador de todo el mundo y que se parece a Deadshot (el personaje de los cómics relacionado, cuyo personaje fue interpretado por Will Smith en Suicide Squad (David Ayer, 2016)) en cuanto a su increíble puntería. Tiene secuencias tan trepidantes que te provocaran algun que otro subidón de adrenalina. Tiene un final feliz, reconciliador, familiar de una forma diferente y subliminal, que inicia una nueva aventura e innovador.

Hay un par de detalles que sino uno de ellos sobre el guion y que si no tienes el conocimiento necesario, además de ser una persona muy espiritual; y el otro si no has visto la serie adecuado los pasaras absolutamente por alto: 1- El guion tiene un trasfondo espiritual, tan intenso, verídico y real, que causa que sea más atrayente para las personas espirituales, convirtiendo una parte del guion en filosófica, creando una capa y haciendo que sea más cautivador. 2- Uno de los poderes que usa Walter, recuerda demasiado a uno que aparece en la serie Jessica Jones. El personaje de dicha serie que tenía el poder completamente idéntico, se llamaba Killgrave y era interpretado por David Tennant, conocido por dar vida al Doctor Who y a Barty Crouch Junior (el hijo bastardo del ministro de Harry Potter).

La película transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular. El Kharma y el Dharma son tan reales como el aire que respiramos: recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. Es creer para ver, no al revés; para ver algo tienes que creer en ello, sino crees por mucho que quieras no lo veras, porque no crees en él. En el Universo por desgracia existen individuos tan malvados, que no tienen ningun respeto por la gente, los seres vivos y la vida en general; solo piensan en sí mismos y sus propios objetivos personales. Las dimensiones y Universos paralelos existen realmente; incluso ha sido demostrado por científicos. Siempre hay fuerzas misteriosas y poderosas protegiéndonos del mal. Se tiene que creer a las personas que dicen la verdad, por muy disparatado que parezca; se nota demasiado cuando mienten o es producto de su imaginación, de cuando es una realidad. En el planeta Tierra viven personas con dones espirituales, totalmente increíbles, espectaculares e inimaginables porque acostumbran a ser más vistos y típicos en los films de ciencia ficción. Pero esas maravillosas habilidades junto con las personas que las poseen son tan reales como nosotros mismo; cuesta encontrarlas porque suelen pasar desapercibidas y se les da fenomenalmente bien hacerse invisibles (metafóricamente hablando, no significa que se vuelvan invisibles en el plan de que no las puedes ver, sino que son personas que nunca imaginarias ni te esperarías que lo fueran). La falta de fe hace más daño que una bala. El bien siempre gana.

Nikolaj Arcel utiliza ciertos planos para aumentar la intensidad de la circunstancia, dramatizarla un poco, expresar y materializar la rivalidad entre dos personajes y haciéndola visible de manera muy evidente. 

                                                               Nacho Miret