EL CONTABLE SOLDADO
The Accountant
es un film con un guion totalmente pragmático, hasta lo más profundo de la
estructura del guion. La introducción te presenta a dos de los protagonistas
principales, pero de forma misteriosa y sin verles las cara. A uno de ellos
solo ves su sombra en un momento determinado y le oyes moverse, el otro por la
manera de desenvolverse en el entorno, se ve que es policía. De forma muy
sutil, te cuenta, que al que no ves al principio, es una especie de justiciero
un tanto peculiar y por eso hace lo que hace. Cuando conoces a Christian Wolff
(Ben Affleck) te queda bastante claro indudablemente que es un genio en estado
puro, al cual se le dan demasiado bien los números, tiene secretos bien
escondidos y protegidos. A su manera es un personaje cautivador y entrañable. También
te cuenta que Christian Wolff es una entiende de armas (es un experto fuera y
sobre el terreno), sabe usarlas a la perfección y es un excelente tirador con
una puntería excepcional y casi única. Poco a poco vas descubriendo los trucos
que tiene Christian Wolff para reprimir malos recuerdos, ataques de ansiedad y
ticks nerviosos o manías. Mediante el flashback te explica la vida y el pasado
de Christian Wolff, para que comprendas mejor su estilo de vida; causado por sus
elecciones y enseñanzas inculcadas. Posee secuencias llenas de lo que yo llamo acción
pasiva: escenas las cuales son intensas, hay acción, pero no les es necesario
recurrir a la banda sonora, ni a un exceso de movimientos; con pocos, bien coordinados,
en el momento y forma adecuada puedes conseguir una secuencia muy trepidante,
sin necesidad de explosiones y muchos disparos y/o golpes. Otro claro ejemplo
de acción pasiva es la película: The
Equalizer (2014, Antoine Fuqua). Más adelante, hacia el final, vuelves a
ver la secuencia inicial (la de apertura de la historia), pero en está ocasión viéndoles
las caras a ambos personajes, y lo comprendas todo muchísimo mejor. Cuando ves
al hermano pequeño de Christian Wolff en la actualidad, te sorprendes aunque
sea un poco previsible, porque resulta que su hermano es quien menos te
esperas. Tiene un final feliz, familiar, reconciliador y con alguna que otra sorpresa.
Te dice que “enfermedad” que tiene Christian Wolff es demasiado parecida, casi idéntica
al Asperger, pero no lo es; es autista: una especie de autismo muy concreto.
Hay un par de detalles
que si no los miras con los ojos correctos y el otro lo escuchas con la atención
necesaria, tienes la información imprescindible, no lo veras y lo pasaras
absolutamente por alto: 1- La voz femenina que se escucha continuamente
hablando con Christian Wolff por teléfono, que le ayuda a conseguir cliente y desaparecer
cuando es necesario, que es evidente que esta generada por ordenador (o al
menos eso parece), al final de todo se te revela a quien pertenece esa voz; y
te pilla completamente desprevenido y con la guardia bajada porque era la información
más oculta y que pasaba más desapercibida; pero hay que escuchar bien porque si
no, no te darás cuenta (incluso puedes tardar en averiguarlo). 2- Jon Brenthal
está demasiado encasillado como The Punisher, y ahora cuando le ves en una
película y/o serie diferente, ves a Frank Castle inevitablemente. Además cuando
interpreta a un personaje de acción como por ejemplo Braxton en este film, sin
darse cuenta está interpretando aunque sea en una cantidad muy pequeña a The Punisher.
Por consiguiente, la interpretación de Jon Brenthal se ha visto afectada por su
personaje estrella (Frank Castle), aparte de haberlo interpretado perfectamente
y ser el adecuado para dicho papel. Pero ahora involuntariamente le sale The
Punisher; algo que no debería ocurrir, porque un actor ha de saber diferenciar
a dos personajes del mismo tipo (parecidos) y que el público lo vea. Lo mismo
le ocurrió a Jim Parsons (pero con papeles totalmente opuestos y radicalmente
distintos) en Hidden Figures.
La película transmite
el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa,
curiosa, extraña y desconocida razón en particular. Hay cosas que no se pueden
borrar porque están en los genes e incluso en lo más profundo del cerebro
humano; solo un psicólogo experto y especializado en ese tema puede acceder a
esas zonas tan recónditas del cerebro humano. Todos tenemos secretos y hay que
saberos esconderlos bien. La familia es lo más importante en el mundo y el
Universo entero; la sangre supera cualquier barrera. Si las cosas se hablan con
paciencia, tranquilidad y la mente abierta, todo se puede arreglar. Puedes
reconocer a una persona a través de ciertas palabras que pronuncia. Los
secretos tarde o temprano acaban saliendo a la luz. A veces hay que saber
decidir para poder hacer lo correcto a tiempo. Nunca cabrees a la persona
equivocada, ni le toques lo más importante para él; será lo último que hagas. Todos
los problemas tienen solución.
La elección personal de
la manera tan distinta de Gavin O’Connor de mostrar la cárcel, es tan diferente
y peculiar, que logra levanta intriga de porque lo hace de este modo, lo cual
lo hace más interesante. De forma directa y clara, Gavin O’Connor te cuenta
cual es la enfermedad que sufre Christian Wolff, dando a conocer la razón de
los motivos de sus ticks nerviosos y/o manías, a que se deben y como surgieron.
Nacho Miret
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