LOS BONNIE AND CLYDE MODERNOS Y LEGALES


Baby Driver es una película con un guion incansablemente activo y lleno de acción, que solo te da pequeños descansos, pero no lo suficiente como para recuperarte; todo pensado para que la adrenalina que genera se vaya incrementando por momentos. De forma vertiginosa y dinámica la introducción te presenta a Baby (Ansel Elgort), dejándote claro de manera sutil, que siempre oye un pitido menos cuando escucha música; también a tres de los miembros de la variante banda, los cuales es demasiado evidente: como se ganan la vida, su comportamiento, actitud, mentalidad y personalidad. Te cuenta que Baby es un chico que domina el volante, tiene mucha agilidad mental, bastante astuto y más adelante que sabe leer los labios. Esta es la ruta que debería haber seguido Fast and Furious, antes de perder el rumbo a partir de Fast and Furious 6 (ella incluida). En Fast Five tenían la oportunidad de mejorarlo todo, pero lo echaron a perder estrepitosamente, Fast Five era la puerta hacia la salvación puesto que es la única que merece la pena al inspirarse en Ocean’s Eleven, pero cerraron la puerta bruscamente en sus narices y condenaron al fracaso la conocidísima saga. Es del estilo de Fast and Furious, pero a otro nivel más radicalmente alto, mejor, de calidad, sin centrarse en los coches y el mundo del tunning. Des del segundo cero, se puede apreciar claramente que el guion tiene un ritmo altísimo y trepidante, además de estar lleno de subidones de adrenalina. El guion se vuelve tan emocionantemente enérgico, que resulta inevitable sufrir varios subidones de adrenalina seguidos. Va acelerando cada vez más, superando la velocidad a la que suele ir Baby normalmente (200km/h). Existen pequeños detalles que cuando los personajes los dicen, te sorprendes y entiendes varios de los motivos de ciertas decisiones. Poco a poco vas descubriendo que el verdadero talento y la pasión de Baby se encuentra en el mundo musical. El tema principal está dividido en dos partes, pero una de ellas predomina más que la otra: la música y los conductores de fugas de atracos (el mundo del Hampa). La Banda Sonora juega una papel muy importante en el guion. Mediante el flashback te explica el trágico pasado de Baby, en concreto un dramático acontecimiento que le marco de por vida, para que comprendas su vida y decisiones tomadas, por muy erróneas que sean. A medida que transcurre el film vas descubriendo que Doc (Kevin Spacey) es una especie de Narco y mafioso. Posee unos pocos momentos cómicos que simplemente hacen reír porque usa el factor sorpresa; no te esperas en ningun momento que un personaje diga ciertas cosas. La situación se vuelve cada vez más peligrosa, peliaguda, inquietante, nerviosa y oscura. Tiene un final feliz al estilo de Bonnie and Clyde pero sin la muerte de los protagonistas como en el original. Es perfecta para los fans de la acción. 

Hay algunos detalles que son bastante llamativos y/o curiosos: 1- El pitido que oye Baby, tú también lo oyes cada vez que él no está escuchando música; 2- la escenas de acción van al ritmo de la melodía, es decir, las peleas, disparos, explosiones y demás ruidos van sincronizados con el ritmo de la banda sonora; 3- Al parecer ya es habitual las cortas apariciones de Jon Brenthal en las películas; y en esta ocasión, no hace una excepción. Vuelve a hacer un acto de presencia muy breve como de costumbre; no aparece en todo el film, como crees que va a ocurrir.

La película transmite el mensaje de que en la vida te puedes ver obligado a hacer cosas que no quieres y/o no te gustan por culpa de algunas malas elecciones que se han decidido coger. Tienes que vigilar donde te metes y con quien, porque no todo el mundo es igual de razonable, cuerdo, inteligente y bueno como tú. Aunque hayas entrado en el mundo del Hampa a la fuerza, otra gente ha entrado por interés propio y placer. Cuando entres en el mundo del Hampa y te codeas con los peces gordos, solo hay dos maneras de salir: con los pies por delante o en la cárcel.

Edgar Wright consigue un cambio de secuencia absolutamente perfecto, impecable e invisible, al utilizar el mismo encuadre y ubicación del actor en dos localizaciones distintas, haciendo que solamente cambie el fondo, para conseguir una transición perfecta. Con minisecuencias intercaladas, te enseña la vida con la que sueña tener algún dia Baby. Con la elección de planos en momentos determinados, Edgar Wright logra aportarle cierto atractivo a la película. 



                                                            Nacho Miret Vives



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