domingo, 5 de marzo de 2017

EL ODIOSO FILM ARTIFICIAL


El guion empieza con un flashforward, es decir, la escena inicial, es una secuencia que se ve más adelante (algo que sucede hacia la mitad del film). La introducción te presenta con todo detalle de forma precia el personaje principal: Remy (Jude Law) y para que acabes de entenderle: su forma de pensar, su comportamiento, etc… usa su voz en off hablando directamente con el espectador. También la usa para que veas sus pensamientos; es una manera que tiene el guion de meter al espectador dentro de la cabeza del personaje protagonista y empatice con él. Además habla des de fuera de la historia, como si él también estuviera sentado en la butaca  de tu lado, comentándote la película. Al mismo tiempo te dice cuál es su profesión, como llego hasta ese empleo y que es el tipo de trabajo que se hace des de las sombras, ensuciándose las manos. Es como una especie de sicario empresarial (como si ser matón y/o asesino se hubiera vuelto legal). Simultáneamente te enseña que es un experto en lo suyo. El guion posee un humor negro y gore muy particular. A modo de anuncio publicitario te explica que es Union, la empresa para la que trabaja Remy (que por cierto se llama igual que la rata de Ratatouille). En cierto modo de manera muy sutil, se burla de las compañías farmacéuticas y algunas de la salud, contando lo que hacen en realidad y que no sabemos (los secretos que ocultan). Para que entiendas algunos pequeños detalles de la historia recurre a los flashbacks. Tiene buenas escenas de acción. Cuanto más conoces a Frank (Liev Schreiber), ves más claro que es un ángel de la muerte, con mucha labia y que su negocio es la salud. Es de esos guiones que hay que tener paciencia porque empieza algo flojo, pero luego mejora un poco; va en crechendo hasta llegar a ponerse interesante, hasta que decide precipitarse al vacío sin razón alguna. Algunos puntos del guion son previsibles. Tiene un final tan decepcionante que consigue que el film caiga en picado hacia el fracaso y se hunda por completo; provocando que sea un desastre y te pongas furioso con Miguel Sapochnik y le odies por haber jugado contigo de esa manera, ya que el director siempre tiene la última palabra en cuanto el guion y puede modificar cosas o mandar que lo reescriban.

Es una película medio futurista que se burla del departamento de salud del gobierno, en el que el protagonista forma parte de un equipo de individuos que se ganan la vida haciendo cosas inmorales y se hacen ricos acosta de la vida de personas inocentes que solo quieren vivir felices y en paz. Hasta que se da cuenta del tremendo error que ha cometido y decide cambiar. Es de esas que no recomendarías a nadie de tus seres queridos, porque por algún detalle el director ha estropeado el film y lo único que se conseguiría recomendando esta película es que esa persona se enfadara contigo.

Miguel Sapochnik te demuestra que cuando uno conoce los trapos sucios de las grandes empresas, no quiere hacer negocios con ellos, ni verse involucrado en algún tema en el que algún pez gordo de esas empresas esté implicado. No se puede ser un espectador pasota de la vida que solo se preocupa de chorradas o cosas pequeñas; hay acontecimientos que te hacen madurar y logran que se te caiga la venda de los ojos. Algunas palabras de las que decimos a veces, ni las pensamos, ni sentimos, ni nada, simplemente las decimos por una necesidad mayor. Es imposible ocultar la humanidad que hay en nuestro interior, es algo superior a nosotros que nos hace ser humanos y va ligado a las emociones y los pensamientos. Algunas acciones te marcaran para siempre, pero no te definen; pero son las causante de que te labres cierta reputación. Conocer a la perfección a tu enemigo te puede dar cierta ventaja en el campo de batalla. En algunas ocasiones es mejor no hacerse el héroe, dejar pasar a ciertas personas y saltarse varias normas; porque si no puedes acabar lamentándolo mucho y acabar fatal por ser demasiado estricto y meterte donde no te llaman. El que avisa no es traidor. Las apariencias engañan. Como con lo demás, todo tiene su mercado negro. La unión hace la fuerza. Hay amigos que parecen verdaderos pero en realidad, solamente son falsos amigos movidos  por el egoísmo. Esos mismos individuos que cometen actos terribles de egoísmo, en muy pocas circunstancias pueden cambiar y corregir sus errores con un acto de bondad inmenso. Miguel Sapochnik usa planos cenitales y cortos para ocultar parte de la información, para que cuando te la muestre entera cause una sensación más intensa o al menos más fuerte. Sapochnik tenía todo lo necesario para hacer un film bueno: un buen reparto, acción, intriga, chicas guapas (una), etc… Pero en cambio decide tirarlo todo por la borda y faltarle el respeto al espectador, diciéndole: “querías un feliz? pues te jodes porque aquí quien manda soy yo no tú”. Ha convertido una película que prometía en una film muy malo. Igual que le paso a Antoine Fuqua con Olympus Has Fallen. Pero en este caso es mucho peor, porque le crea falsas ilusiones al espectador y luego lo vacila, engañándolo jugando con sus emociones, su cabeza y sus sensaciones. Te deja un sabor de boca tan horrible que es equivalente a comerse un excremento tras otro. Con este film, Miguel Sapochnik se ha ganado el mote de: El Malvado ilusionista.



                                                                 Nacho Miret Vives



No hay comentarios:

Publicar un comentario