SUFRIMIENTO EXCESIVO


Es un guion religioso con pequeños y breves toques espirituales. Hay un pequeño detalle que ayudaría mucho al guion y al espectador: hay un salto temporal en la que ves a Noé (Russell Crowe) de niño y luego de mayor. Pero no hay ningún título que lo confirme, como hacen en todas las películas que ponen “cuarenta años después” o “en la actualidad”; pero sí que otros actos y diálogos que si lo hacen antes de que digan su nombre. La introducción te cuenta una historia bíblica muy famosa pero de una manera oscura. Para que así entiendas lo que paso antes de la historia de la que trata el guion y te pone en situación. El guion es fiel en la base a la historia original, porque incluso se puede ver el sueño premonitorio de Noé, en el que: se ve el gran diluvio universal y cuál es su misión en esta vida. El guion está confundido con un tema: los ángeles caídos no ayudan a la humanidad, la destruyen (son ángeles convertidos en demonios y viceversa, también hay demonios que se han vuelto buenos). Y Dios sí que interviene, ayuda a la humanidad, por eso tiene ángeles y arcángeles; no se queda de brazos cruzados como dicen en el film. Dios no castiga a los suyos, les enseña (Dios aprieta pero no ahoga), les anima a ayudar a la humanidad. Por esta razón hay ángeles reencarnados en la tierra de carne y hueso (son gente con muchos dones e increíbles (dones espirituales), y no parece que lo sean, pasan desapercibidos). Hay algunos detalles espirituales que comenta guion que si son ciertos: el fuego lo destruye todo (purifica lo malo) y el agua lo limpia (canaliza la buena energía, es conductora de energías espirituales); el agua hace una limpieza espiritual. Es una versión mucho más trágica de la historia de Noé. Si eres sensible lo pasaras mal, es un thriller en toda regla. También te habla de la historia de la evolución de una forma muy clara y visual. Esta sobrecargado en exceso de drama y tragedias. Es tan trágicamente dramática que estas deseando que acabe pronto. Tubal-cain (Ray Winstone) representa la tentación, al Diablo. Hay demasiado sufrimiento, te muestra la maldad del ser humano en estado puro, pero también el don de la vida.

Darren Aronofsky te demuestra que todo lo que una persona quiera, requiere esfuerzo, si no, no lo disfrutaras cuando lo consigas, te cansaras de ello perdiendo el valor rápidamente. Hay gente que son defensores de los animales, otros lo son del medio ambiente, pero a veces ambas coinciden en una sola persona. Te muestra el típico comportamiento del ser humano (la maldad): tiende a destruir todo lo que toca, para poder controlarlo y tener más poder; el ser humano tiene sed de poder, es su naturaleza. No pretendas ser igual que Dios, ni te creas él, puedes acabar muy mal. Al parecer a Darren Aronofsky le gustan mucho las tragedias. También te deja muy claro cuál es su visión del mundo. Hay que vigilar que la oscuridad no tomo el control de nuestra vida, nublándonos el juicio, y que luego no sepamos distinguir lo que está bien de lo que está mal. A veces la obsesión por cumplir nuestros objetivos y no fallarle a ciertas personas o entidades espirituales, nos impide ver la realidad (nos ciega). Se puede apreciar como el estilema de Darren Aronofsky ha evolucionado. El Kharma existe: se bueno y serás recompensado, se malo y serás castigado. En la tierra hay gente que ayuda al Kharma a hacer su trabajo, convirtiéndose en medios para el Kharma. No pretendas luchar contra la madre naturaleza y Dios, tienes todas las de perder si vas en su contra. Se puede llegar a ver lo inhumanos, perversos y oscuros que podemos llegar a ser los seres humanos. Nunca hay que perder la esperanza. Puedes pensar que tienes la opinión correcta y que eres como debes ser, pero estar equivocado y ser la imagen del Diablo.  

Russell Crowe y Jennifer Connelly son dos actores tan Buenos en su trabajo, que a veces consiguen que se te ponga la piel de gallina. Porque sienten al personaje, trabajan des del corazón, lo cual los convierte en actores pasionales al igual que sus interpretaciones. Gracias a esto consiguen que el espectador consiga sentir en algunas ocasiones lo mismo que su personaje, haciendo que te pongas en su piel, sufras, te enfades, odies, rías, seas feliz con ellos.


                                                            Nacho Miret Vives


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