UN DIOS ACUÁTICO


The shape of water es un film con un guion pasional, autentico y mágico. Tiene ciertos gags graciosos porque manifiestan y expresan una gran verdad que es una realidad. De manera muy artística, visualmente atractiva y atrayente, además de mediante la voz en off de Giles (Richard Jenkins), te explica la situación (hablando directamente con el espectador) y al mismo tiempo te presenta a los dos protagonistas de la historia que te están contando (aunque solo veas a uno de ellos). Poco a poco vas conociendo mejor y más a fondo a Elisa Esposito (Sally Hawkins), con pequeños pero evidentes detalles claros y directos a la vez que sinceros. Es un guion sin censura alguna. De forma muy subliminal, visible y gráficamente, el guion te dice que el chico que trabaja en la tienda de tartas es el hijo secreto de Giles; es tan claro que es indiscutible (algunos podrán decir que es gay pero no es así, en el momento justo en el que el camarero cree que Giles los es, él lo niega). La situación se vuelve cada vez más misteriosa, interesante, cautivadora e intensa. A medida que avanza el guion, los acontecimientos van haciendo más emocionantes por momentos. El guion te cuenta una información, que te hace pensar que Elisa Esposito y el Hombre Anfibio (Doug Jones), no son tan diferentes, es decir, que vienen del mismo lugar; con caminos tomados radicalmente opuestos y distintos. Te explica una historia de amor tremendamente preciosa entre Elisa Esposito y El Hombre Anfibio. Posee secuencias un poco duras. Tiene un final muy absolutamente feliz, romántico, revelador, trepidante e intenso.

Hay un detalle que si no tienes la información adecuada, junto con el conocimiento necesario, no lo veras y lo pasaras completamente por alto: En una secuencia muy concreta, la que viene justo después de que Elisa Esposito tenga el primer encuentro con el hombre anfibio en el que lo ve por completo. Giles dice que una vez vio a una Sirena, pero que al final resultó ser un mono con una cola de pez cosida. Pues bien, ese es el caso más conocido de fraude de este mundo, cometido por el estafador circense: P.T. Barnum; mundialmente conocido tras dicho engaño.

La interpretación de Sally Hawkins es asombrosamente única, impecable y magnifica. Logra hacer que captes la esencia de su personaje, y sientas lo mismo que ella (aunque sea con poca intensidad y potencia), y así consigas meterte en la piel de su personaje; entiendas a la perfección por lo que está pasando y logres empatizar con su personaje; ya que es de vital importancia.

La película transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular. El Kharma y el Dharma son tan reales como el aire que respiramos: recoges lo que siembras, si haces cosas buenas te pasan cosas buenas, pero si eres malo te pasan malas; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. En el mundo existen de verdad las criaturas mágicas y/o mitológicas, que parecen sacadas de los cuentos de fantasía; pero son tan reales como tú y yo, por mucho que cueste creer. La fantasía es otra cosa muy diferente, no es lo que nos han estado contando hasta ahora. Lo más triste, lamentable y vergonzoso de la humanidad, es que el ser humano, es cruel y destructivo por naturaleza. Para ser felices para siempre y vivir todos juntos en armonía, deberíamos dejar ser tan destructivos y crueles. El gobierno tiene demasiados secretos, además de que son expertos en: torturar, experimentar y capturar todo lo que desconocen y enseñarles a odiarnos. Te puedes acabar haciendo amigo y/o enamorar de quien menos te esperas. En una época muy lejana, los hombres eran demasiado machistas y con una mentalidad muy cerrada. Hay que ser fiel a uno mismo y ayudar a tus amigos de verdad. Hay oportunidades que solo se presentan una vez en la vida y se tienen que coger a tiempo o no volverán a pasar.

Guillermo del Toro utiliza el primer plano para explicar un detalle importante; y exactamente lo mismo sucede con el travelling del inicio, además de aportarle cierto atractivo al film. Con el blanco y negro (igual que con otros recursos) consigue meterte dentro de la cabeza de Elisa Esposito, materializando su mayor deseo. Al jugar con el cambio de enfoque, Guillermo del Toro consigue aportar aún más belleza a la película y darle más importancia a unos objetos o sucesos que a otros. 



                                                                   Nacho Miret



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