OPRESIÓN


Code 8 es un film con un guion atrayente, atrapante, reivindicativo, moralista, distintamente trepidante, sugerente, clasicista, sincero, directo, crítico, esclarecedor, criminal, policiaco y urbano. La introducción te cuenta una situación global detalladamente, poniéndote al día; para que comprendas muchísimo mejor a los personajes implicados en la historia. A continuación, te presenta a Connor Reed (Robbie Amell) de forma personal, concisa e insinuante, para que conozcas su comportamiento habitual, carácter, personalidad, mentalidad y estilo de vida. También te deja demasiado claro el tipo de película que será y cuál es su género dominante. La situación se va poniendo progresivamente más interesante y emocionante. El guion te presenta una sociedad elitista, futurista y racista (pero de otra manera, con la gente con superpoderes), que básicamente es lo que le da parte de vida a la trama. Las circunstancias se van complicando exponencialmente. Ciertos detalles son demasiado predecibles. El misterio que rodea a Garrett (Stephen Amell) va creciendo gradualmente, generando más interés, intriga y curiosidad, para mantenerte pegado a la pantalla. Es demasiado evidente que Garrett tiene sed de poder (distinta a la habitual y muy extraña), entre otras cosas para hacer justicia; es una especie muy curiosa de justiciero, dispuesto a revelarse contra quien haga falta y le oprima; incluso la “organización” para la que trabaja. Posee un trasfondo, por el que se va moviendo intermitentemente: algunas veces será visible y otras no. Está construido de tal modo, que, en cierta forma, los actos criminales de ciertos individuos muy específicos, está justificados; porque te demuestran que no son como cualquier otro delincuente y te enseña sus razones. La parte criminal y la policiaca están prácticamente equilibradas; aunque la criminal tiene un poco más de peso y por consiguiente abarca más terreno. Según va avanzando el relato, los protagonistas, deben enfrentarse a distintos obstáculos; la mayoría de veces los superan por los pelos, y en otros no todos. De repente y sin previo aviso, ocurre un suceso que lo cambiará todo drásticamente y pondrá las cartas sobre la mesa. El fundido a negro, separa la historia en dos capítulos. Tiene un final relativamente feliz, amistoso, Kharmico, vengativo, justiciero, veraz, sin filtros, reconciliador de manera diferente a la tradicional, revelador y un poco decepcionante. 


La interpretación de Robbie y Stephen Amell (son primos no hermanos) es correcta, creíble, agradecida, verdadera y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tienen Robbie y Stephen Amell, es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador. 


El film te transmite el mensaje de que la familia es una de las cosas más importantes, valiosas, fuertes, preciosas y necesarias del Universo entero. Despedirse de un ser querido, es algo tremendamente doloroso y que cuesta mucho de superar, hasta que aprender a vivir con el dolor. El Kharma existe: tarde o temprano recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. La información es poder; en ciertas ocasiones, hace que la venganza sea mejor y más dulce. A veces en la vida, uno tiene que hacer cosas que no le gustan, pero debe hacerlas para poder sobrevivir. Siempre se discrimina a todo aquel que es diferente, cuando serlo no es malo, al contrario, es precioso y necesario; lo bueno y novedoso, se halla en la diferencia. La necesidad hace al hombre/mujer. Algunas personas tienen un potencial asombroso, pero muchos de ellos, desconocen su capacidad y/o hasta donde son capaces de llegar. En este Universo, existen personas con habilidades únicas y espectaculares (no superhéroes) que parecen salidas de una película. La verdad tarde o temprano se acaba descubriendo, si es necesario, saldrá a la luz. Si quieres algo (a nivel interno) cógelo, no esperes a que te lo den, por ejemplo: el Respeto. Hay que marcar el territorio y defender lo que por derecho es tuyo. Los malos de verdad siempre juegan sucio; jamás debes fiarte de ellos. Nunca cabrees a la persona equivocada, porque te puede salir demasiado caro y volverse contra ti.   
 
Jeff Chan ha construido un guion técnico demasiado sistemático, esquemático y convencional.



ASÍ ES COMO VEO YO CODE 8 (UNA COMBINACIÓN DE LAS CUATRO):













MAKING OFF CODE 8:







Nacho Miret



 


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