KHARMA
The Dressmaker
es un film con un guion intenso, dramático, de época y lleno de sorpresas
continuas. La introducción te presenta de forma interesante, cautivadora e
intrigante a Tilly Dunnage (Kate Winslet); y con un simple y breve dialogo,
descubres su mentalidad, actitud y personalidad; pero no hasta más tarde que
entiendes el significa de dicho dialogo. Te da a entender de manera sutil que
la historia de algun modo (y luego se confirma) se centra en ella. Poco a poco
vas descubriendo que Tilly Dunnage es una persona vengativa. A medida que
avanza el guion, las intenciones de Tilly Dunnage van quedando cada vez más
claras; aunque se desvía un poco de su meta, al final acaba cumpliendo con su
objetivo. Mediante el flashback te cuenta detalladamente la vida de Tilly
Dunnage. Poco rato después se descubre que el sargento Farrat (Hugo Weaving),
tiene más pluma que un pavo real y entre otras muchas cosas, le gusta probarse
vestidos de mujer. El guion recurre al atractivo de Kate Winslet, junto con la
sensualidad, para crear un sketch gracioso a su manera peculiar. Recalca el
hecho de que es bastante evidente que en los pueblos de esa época tan pequeños,
la educación estaba absolutamente ausente y desaparecida en combate. Cada vez va
quedando más claro que el personaje de Alison Whyte tiene T.O.C: Trastorno
Obsesivo Compulsivo. La situación se vuelve cada vez más intrigante y
rebuscada. Cuando se desvela todo el misterio te sorprendes, porque está
completamente alejado de la realidad que tenías formulada en tu mente. Este guion
lo calificado también como Comedia, pero lo único cómico que tiene, es un gag en
la primera parte del guion, pero ya está, nada más; es un drama en toda regla,
no una comedia dramática. De repente sucede un trágico incidente, que lo
cambiara todo radicalmente, y refuerza el hecho de que es un drama puro y duro.
Tiene un final feliz, reconciliador, kharmico, interesante, profético, con un
dialogo camuflado ingenioso, revelador y que es la pura esencia de la venganza.
Tiene un par de
detalles, uno sin importancia que si has visto la popular serie española: La casa de los líos, te resultara
familiar, curioso y gracioso de una forma peculiarmente diferente; el otro es
un detalle que provoca que pueda pasar desapercibido sino te fijas atentamente
y no lo veas con los ojos correctos y que se convierte en un fallo terrible de
una manera distinta: 1- El personaje de Shane Bourne llama a su mujer chata y
chatita; lo cual hace recordar demasiado a Arturo Fernández. Cada vez que
pronuncia dichas palabras, te resulta imposible concentrarte en la historia que
te están explicando, y te ríes por culpe de este detalle y de lo absurdo que
puede llegar a ser. 2- A Gertrudis Pratt (Sarah Snook) se le cura la vista por
arte de magia: al principio de la película se ve claramente cómo lleva gafas,
en la segunda parte justo cuando se pone el vestido de Tilly Dunnage ya no las
lleva y ve perfectamente durante el resto de film; es decir, pasa de necesitar unas
gafas enormes para poder ver a milagrosa y misteriosamente ver impecablemente
sin gafas en cuestión de minutos y sin ninguna clase de tratamiento; y no lleva
lentillas porque en esa época no existían.
La película transmite
el mensaje de que la gente suele confundir demasiado fácilmente la venganza con
el rencor, y no es lo mismo. Para empezar la venganza significa: perdono pero
no olvido y el rencor: ni perdono ni olvido. La venganza te deja vivir
tranquilo y hacer tu vida pensando en otras cosas, y el rencor no; te ocupa el
cien por cien de tu mente, tiempo y vida, hasta que te consume por completo. La
sensualidad es un arma de doble filo. En un pueblo tan pequeño el cotilleo está
a la orden del día. Por desgracia en el mundo existen individuos demasiado
crueles, malvados e insensibles. A veces la una manera de pasar página es vengándose.
No todo el mundo es igual, por lo tanto no hay que meterlos a todos en el mismo
saco. Alguna gente miente más que habla. En este mundo hay gente muy falsa. El
Kharma existe: recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma
recompensa. A veces hay tiempo para corregir los errores del pasado. La envidia
es muy mala. Lamentablemente en esa época la homosexualidad y el travestismo
estaban muy mal vistos, casi llegando a ser un delito.
Jocelyn Moorhouse
utiliza el plano cenital de tal modo, que te surgen varias dudas a nivel
técnico y al mismo tiempo logra aportarle cierto atractivo al film. También usa
el primer plano y el medio largo para expresar una situación, materializándola
y haciéndola bastante visible.
Nacho Miret
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