EL OTRO BARNUM


The Great Showman es un film con un guion edulcorado, moralista, interesante y atrapante. La introducción a través de un número musical te presenta a P.T. Barnum (Hugh Jackman), dejando ver su mayor sueño y sus miedos; poco a poco vas intuyendo que también se trata de un flashforward, hasta que ves al joven Barnum (Ellis Rubin) y se confirma, lo cual provoca que te metas dentro de su cabeza muy profundamente. El guion tiende a recurrir a los números musicales con demasiada facilidad, pero sin ser solamente un musical. Los musicales son espectáculos donde simplemente aparece gente cantando y/o bailando y no tienen ni historio, ni argumento, ni sentido; en estas ocasión al igual que Into the Woods, tiene historia, argumento y sentido. Muchas veces te enseña a gente muy diferente, de alguna forma u otra, para que veas que no son tan diferentes a nosotros; con solo cambiar la perspectiva. Toca casos reales de P.T. Barnum pero distorsionando una parte del relato original. Te muestra en pequeñas dosis, la costumbre que tenía  P.T. Barnum de mentir un poco (en la vida real lo hacía bastante más descaradamente). El propio guion de modo camuflado menciona dos de los fraudes que se transformaron en estafas, más conocidos  de P.T. Barnum: La sirena y el Unicornio. La verdad de P.T. Barnum está personificada en forma de un crítico teatral. De manera muy sutil pero clara, te hace ver que P.T. Barnum era un embaucador. Te deja bien claro lo vanidosos que son algunos personajes en ciertas ocasiones. Tiene un final feliz, musical, romántico, tremendamente familiar, espectacular y alucinantemente circense.  

Hay un detalle que si no tienes el conocimiento necesario, no lo verás y lo pasaras absolutamente por alto: P.T. Barnum, papel interpretado por Hugh Jackman, en la vida real no era como lo pintan en la película; es demasiado evidente que lo han hecho para convertirlo en el bueno y borrar su auténtica historia, P.T. Barnum era mundialmente famoso por ser un estafador circense, es decir, engañaba constantemente a su público mintiéndoles brutalmente (no como en el film). Como por ejemplo, el popular caso de la sirena, que después resulto ser un mono con una cola de pez cosida; o el del unicornio, que era un caballo con un cuerno de otro animal y manipulado pegado a la frente del caballo. Su auténtica ruina apareció cuando sus mentiras y estafas eran demasiado previsibles, evidentes y visibles.   

La película te transmite el mensaje de que las casualidades no existen: todo ocurre por una misteriosa, curiosa, extraña y desconocida razón en particular. Todos somos iguales. Cada uno se construye su propio mundo causando un destino u otro. La magia es real, pero no es la del os magos, es otro tipo muchísimo más pura, fuerte y poderosa. Ser diferente no es malo, al contrario, es precioso y necesario; hay que salirse del rebaño y hacerse destacar, que gracia tiene ser igual que todo el mundo, la novedad está en lo diferente. La gente y la sociedad tan podrida que tenemos suele rechazar y maltratar a todos los que somos diferentes. La infancia de una persona le puede marcar para toda la vida, condicionándosela. No puedes descuidar a los que te quieren, cuentan y confían en ti. El Kharma existe: recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. A veces tiene que caerte por el precipicio para ver la cruda realidad.

Michael Gracey utiliza el travelling lateral para materializar y hacer visible el progreso de uno de los personajes en un campo determinado, además aportarle cierto atractivo a la parte técnica de film. Logra unos cambios de secuencia perfectamente invisibles, al usar transiciones completamente integradas con el entorno.



                                                                      Nacho Miret



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