UN PROFESOR Y UN ALUMNO PECULIARES


 The Holdovers no es la típica película comercial, que pagarías para ir a ver un viernes o un sábado por la tarde para desconectar; es un film que roza los de culto, está dentro de una categoría a la que yo llamo películas literarias. Usa un leguaje muy técnico, literario, elegante y formal. Es una historia que transcurre en los años setenta, con lo cual cada detalle le acompañara. Es una sátira política que se mofa de la sociedad y la juventud. Emplea el humor inteligente: caracterizado por ser más elaborado, el cual hay que profundizar para entenderlo, porque no se queda en la superficie; va más allá. También el humor rebuscado, que es una rama del inteligente, pero aún mucho más elaborado, en el que aún hay que pensar más y darle otra vuelta de tuerca más, para entenderlo. Roza el humo ácido: es muy parecido al del insulto, pero más generalizado (no solo personas, tambien eventos, acontecimientos sociales, noticias, adicciones de famosos o malas costumbres, etc….), es decir, es humor sin censura y muy arriesgado porque si lo haces mal te puede salir muy caro; por ejemplo: Seth MacFarlane, que es un genio de este humor. Posee algunos gags graciosos, porque reflejan una verdad, realidad, opinión y pensamiento, pero en una dirección mucho más cómica y divertida. Con el sarcasmo, mejora y aumenta un poco más el nivel humorístico. Han logrado una perfecta hibridación de géneros, totalmente equilibrada. Tiene drama y comedia, por lo que ambas partes cumplen su función de un modo impoluto: la parte cómica te logra sacara alguna carcajada y la dramática te entristece, sin hacerte llorar. La continuidad espacio-temporal, está muy marcada. Tiene una excelente ejecución de la narrativa, lo cuál ayuda mucho en el desarrollo de la trama. La cuál es potente y personal, ayudando a que cale muy hondo la premisa. La base y la estructura del guión están construidas de una manera tan sublime, que lo refuerza y fortalece los recursos empleados. Se puede apreciar la perfecta, pasional, intensa, suave y psicológica transición de los protagonistas. Llegas a sumergirte por completo en el entorno setentero y el relato. El ritmo no es rápido, pero es lento, es el idóneo para hacerte profundizar de la forma correcta en la mente de los protagonistas y la trama; con la cual, entona milimétricamente a la perfección.

La interpretación de Paul Giamatti, Da'Vine Joy Randolph y Dominic Sessa es magistral, creíble, pasional, sincera, equilibrada y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Eliminando todo rastro de la anterior identidad y que la que hace no se vea afectada o alterada. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tienen Paul Giamatti, Dominic Sessa y Da'Vine Joy Randolph es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador. Lo peligroso de este nivel de entrega a la hora de interpretar, es que, si no sabes deshacerte del personaje y volver a ser tu otra vez, puedes tener graves y serios problemas mentales y de identidad. Por eso recomiendan que los actores vayan muy a menuda al psicólogo: para evitar daños y problemas mentales y de identidad.

Alexander Payne ha construido un guión técnico empatizante, inmersivo y fiel al año en el que transcurre el relato (los años setenta) con las típicas transiciones, como el efecto cortinilla, el fundido, etc…. Además, de conseguir una dirección de actores brutal y absolutamente simbiótica.



Nacho Stars: 8




Nacho Miret




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