sábado, 29 de septiembre de 2018

COPIA PARECIDA


Bad Times at the El Royale es un film con un guión tremendamente oscuro, misterioso, teatral, casi idéntico, algo macabro, perturbador, religioso y sectario. El guión tiene cierto parecido demasiado calcado en la base a: The Hateful Eight (Quentin Tarantino, 2015), es decir la idea del guión parece estar inspirada copiando hasta el más mínimo detalle pero ambientada en otra época más adelantada pero no demasiado atrás, entre la época de los años cincuenta y los ochenta más o menos; a la película mencionada anteriormente. La introducción te presenta a un desconocido personaje haciendo algo sin decirte los motivos, en un plano fijo como si se tratará de una obra de teatro. La situación se va complicando cada vez más, al mismo tiempo que se enturbia y provoca que el misterio vaya aumentando, causando que tengas cada vez más ganas de saber los perturbadores secretos que esconden algunos de los personajes que conoces a lo largo poco a poco. Primero te los presenta de una manera y luego los va desglosando capa por capa como las cebollas,  para que según va avanzando la historia que te están contando vayas conociéndolos mejor, y sepas como son realmente. Te cuenta el relato repartido entre varios capítulos divididos al igual que a un libro; al estilo de Kill Bill (Quentin Tarantino, 2003). Cuando conoces a Billy Lee (Chris Hemsworth) descubres que es el antagonista de esta historia, y que es un verdadero villano creado a partir de sus propios miedos. Constantemente va saltando temporalmente entre el presente y el pasado, hasta tal punto que llega a generar confusión y desorientación, hasta que no llegan a un determinado punto que hace ver, que se trataba de un flashback. A medida que va avanzando la historia cada vez tienes una sensación más clara de que será un film de lo más extraña que acabara fatal; pero sin previo aviso ocurre un inesperados suceso que cambiara el rumbo del relato. Cuando se revela la verdadera identidad de cada uno de los personajes te sorprendes porque está muy alejada de la máscara que se han creado. Es como una especie de película de detectives pero sin serlo, en la que hace participar al espectador. Algunos de los detalles del guión son demasiado predecibles. El guión te hace creer que todos tienen un oscuro y malvado secreto, pero no es así solo son unos pocos los que lo tienen; en ese sentido te crea falsas expectativas, para que no adivines la resolución del conflicto antes de tiempo, es decir, que marea un poco la perdiz, pero por una buena causa. Toca el tema de las sectas. Cuando se revelan las auténticas identidades te quedas asombrosamente impactado de lo inquietantes que son. Posee momentos de bastante tensión y secuencias  tan trepidantes que provocan un pequeño y leve subidón de adrenalina que se termina pronto. Tiene un final relativamente feliz, amistoso, reconciliador y revelador a su forma.

La interpretación de Chris Hemsworth es perfecta, intensa, interiorizada; en un preciso momento logra que veas lo más profundo de su personaje y como son está clase de personas a la que él representa. Borra todo rastro de su identidad como actor y se transforma por completo en su personaje, hasta el más minúsculo e insignificante detalle; para que así, conseguir captar toda la esencia del personaje que está interpretando. Lo peligroso de este nivel de entrega a la hora de interpretar, es que si no sabes deshacerte del personaje y volver  a ser tu otra vez, puedes tener graves y serios problemas mentales y de identidad. Por eso recomiendan que los actores vayan muy a menuda al psicólogo: para evitar daños y problemas mentales y de identidad. En cuanto ves a Dakota Johnson no puedes evitar ver a Anastasia Steele (Fifty Shades of Grey, Sam Taylor-Johnson, 2015) debido a su encasillamiento por el raro éxito fracasado de dicho film y la polémica que generó.

La película transmite el mensaje de que las casualidades no existen; todo ocurre por un misterioso, curioso, extraño y desconocido motivo en particular. Todo el mundo tiene secretos. Muchas veces, suele pasar que la gente no es lo que dice ser. Algunas personas mienten más que hablan. En el mundo por desgracia existen lugares pensados para aprovecharse de la gente y sacar sus secretos más profundos y oscuros. No se puede ir por el mundo creyéndote el rey y matando a la gente, aprovechándote de los inocentes y los débiles. Hasta el individuo más fuerte tiene su punto débil. Las apariencias engañan. Ni el bueno es tan bueno ni el malo tan malo. En ciertas ocasiones las cosas no son tan malas como te las cuentan, es decir, que te hacen creer que serán muy malas, pero en realidad, son relativamente buenas pero las ves malas por la perspectiva de la persona. Las sectas acostumbran a aprovecharse de gente inocente y desorientada, que a pedido el rumbo de la vida y necesitan algo en lo que creer; cuyos líderes suelen ser individuos con mucha labia y que saben ver las debilidades de las personas. El Kharma existe: recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. En la vida hay experiencias que hacen cambiar a la gente. Puedes hacerte amigo de quien menos te esperas y en el lugar y momento más inesperados. 

Drew Goddard utiliza el plano fijo con el plano general, dando la sensación de que es una obra de teatro. Cuando la tensión de una circunstancia es bastante elevada cierra todo lo necesario el plano, para magnificarla, darle cuerpo y expresarla a la vez que la hace demasiado visible.





                                                                     Nacho Miret




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