COPIA PARECIDA
Bad Times at the El Royale es un film con un guión tremendamente oscuro,
misterioso, teatral, casi idéntico, algo macabro, perturbador, religioso y
sectario. El guión tiene cierto parecido demasiado calcado en la base a: The Hateful Eight (Quentin Tarantino,
2015), es decir la idea del guión parece estar inspirada copiando hasta el más mínimo
detalle pero ambientada en otra época más adelantada pero no demasiado atrás, entre
la época de los años cincuenta y los ochenta más o menos; a la película
mencionada anteriormente. La introducción te presenta a un desconocido
personaje haciendo algo sin decirte los motivos, en un plano fijo como si se
tratará de una obra de teatro. La situación se va complicando cada vez más, al
mismo tiempo que se enturbia y provoca que el misterio vaya aumentando,
causando que tengas cada vez más ganas de saber los perturbadores secretos que
esconden algunos de los personajes que conoces a lo largo poco a poco. Primero
te los presenta de una manera y luego los va desglosando capa por capa como las
cebollas, para que según va avanzando la
historia que te están contando vayas conociéndolos mejor, y sepas como son
realmente. Te cuenta el relato repartido entre varios capítulos divididos al
igual que a un libro; al estilo de Kill
Bill (Quentin Tarantino, 2003). Cuando conoces a Billy Lee (Chris
Hemsworth) descubres que es el antagonista de esta historia, y que es un
verdadero villano creado a partir de sus propios miedos. Constantemente va
saltando temporalmente entre el presente y el pasado, hasta tal punto que llega
a generar confusión y desorientación, hasta que no llegan a un determinado
punto que hace ver, que se trataba de un flashback. A medida que va avanzando
la historia cada vez tienes una sensación más clara de que será un film de lo
más extraña que acabara fatal; pero sin previo aviso ocurre un inesperados
suceso que cambiara el rumbo del relato. Cuando se revela la verdadera
identidad de cada uno de los personajes te sorprendes porque está muy alejada
de la máscara que se han creado. Es como una especie de película de detectives
pero sin serlo, en la que hace participar al espectador. Algunos de los detalles
del guión son demasiado predecibles. El guión te hace creer que todos tienen un
oscuro y malvado secreto, pero no es así solo son unos pocos los que lo tienen;
en ese sentido te crea falsas expectativas, para que no adivines la resolución del
conflicto antes de tiempo, es decir, que marea un poco la perdiz, pero por una
buena causa. Toca el tema de las sectas. Cuando se revelan las auténticas
identidades te quedas asombrosamente impactado de lo inquietantes que son. Posee
momentos de bastante tensión y secuencias
tan trepidantes que provocan un pequeño y leve subidón de adrenalina que
se termina pronto. Tiene un final relativamente feliz, amistoso, reconciliador
y revelador a su forma.
La interpretación de Chris
Hemsworth es perfecta, intensa, interiorizada; en un preciso momento logra que
veas lo más profundo de su personaje y como son está clase de personas a la que
él representa. Borra todo rastro de su identidad como actor y se transforma por
completo en su personaje, hasta el más minúsculo e insignificante detalle; para
que así, conseguir captar toda la esencia del personaje que está interpretando.
Lo peligroso de este nivel de entrega a la hora de interpretar, es que si no
sabes deshacerte del personaje y volver
a ser tu otra vez, puedes tener graves y serios problemas mentales y de
identidad. Por eso recomiendan que los actores vayan muy a menuda al psicólogo:
para evitar daños y problemas mentales y de identidad. En cuanto ves a Dakota
Johnson no puedes evitar ver a Anastasia Steele (Fifty Shades of Grey, Sam Taylor-Johnson, 2015) debido a su
encasillamiento por el raro éxito fracasado de dicho film y la polémica que
generó.
La película transmite
el mensaje de que las casualidades no existen; todo ocurre por un misterioso,
curioso, extraño y desconocido motivo en particular. Todo el mundo tiene
secretos. Muchas veces, suele pasar que la gente no es lo que dice ser. Algunas
personas mienten más que hablan. En el mundo por desgracia existen lugares
pensados para aprovecharse de la gente y sacar sus secretos más profundos y
oscuros. No se puede ir por el mundo creyéndote el rey y matando a la gente, aprovechándote
de los inocentes y los débiles. Hasta el individuo más fuerte tiene su punto
débil. Las apariencias engañan. Ni el bueno es tan bueno ni el malo tan malo. En
ciertas ocasiones las cosas no son tan malas como te las cuentan, es decir, que
te hacen creer que serán muy malas, pero en realidad, son relativamente buenas
pero las ves malas por la perspectiva de la persona. Las sectas acostumbran a
aprovecharse de gente inocente y desorientada, que a pedido el rumbo de la vida
y necesitan algo en lo que creer; cuyos líderes suelen ser individuos con mucha
labia y que saben ver las debilidades de las personas. El Kharma existe:
recoges lo que siembras; el Kharma castiga y el Dharma recompensa. En la vida hay experiencias que hacen cambiar a la gente. Puedes hacerte amigo de quien menos te esperas y en el lugar y momento más inesperados.
Drew Goddard utiliza el
plano fijo con el plano general, dando la sensación de que es una obra de
teatro. Cuando la tensión de una circunstancia es bastante elevada cierra todo lo
necesario el plano, para magnificarla, darle cuerpo y expresarla a la vez que
la hace demasiado visible.
Nacho Miret
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