UN BANQUERO NEGRO EN LA EPOCA DEL RACISMO


 The Banker es una película basada en hechos reales, con una sinceridad brutal y necesaria, que te atrapa por completo, haciendo que te involucres emocionalmente. La secuencia inicial, es un flashforward, para ponerte en antecedentes y asi puedas prepararte para lo que ocurrirá en la secuencia anterior al final (que es lo que suelen hacer las los flashforwards). Es una perfecta hibridación de géneros, combina y sincroniza de una forma sublima: Comedia, Drama, Historia Real, y Thriller. La excelente ejecución de la narrativa y la maravillosa puesta en escena, logran que te sumerjas de lleno en la historia y sientas el desprecio que sintieron los negros, en los años treinta y sesenta; que son los años en los que transcurre el relato. El ritmo está totalmente conectado, con el tono y el ambiente de la historia, consiguiendo una simbiosis impecable y brillante. Recurre al humor chorra o absurdo (es lo mismo): Básicamente se trata de hacer reír o al menos intentarlo, mediante chorradas y/o cosas absurdas, normalmente demasiado simples y cuotidianas; pero con un enfoque mucho más humorístico. Posee algunos gags graciosos, porque reflejan una verdad, realidad, opinión y pensamiento, pero en una dirección mucho más cómica y divertida. Emplea el humor ácido (hacer chistes sobre acontecimientos sociales, noticias, adicciones de famosos o malas costumbres, etc….), es decir, es humor sin censura y muy arriesgado porque si lo haces mal te puede salir muy caro, ya que está rozando el humor negro; por ejemplo: Seth MacFarlane, que es un genio de este humor). Posee unos chistes tan simples pero eficaces, que involuntariamente se te escapa alguna que otra carcajada. Llegas a empatizar enteramente con el personaje de Bernard Garrett (Anthony Mackie), lo cual sirve de guía y recurso del guión, para comprender mejor e intensamente, el conflicto central. Tiene unos pequeños y sutiles giros de guión, que te harás decir o pensar: que cabrón y astuto. Al final, después del desenlace, aparecen fotos de la época, de los verdaderos protagonistas y otras juntos a los de los actores interpretándolos a ellos.

La interpretación de Nicholas Hoult, Samuel L. Jackson y Anthony Mackie es pasional, magistral, sincera, inmersiva y que ayuda a que todo el engranaje que hace que su personaje se mueva, funcione perfectamente. Eliminando todo rastro de la anterior identidad y que la que hace no se vea afectada o alterada. Las interpretaciones de este tipo, son muy favorables para los guiones, porque ayudan a que el espectador se sumerja de lleno en el relato que te están contando, empatice con todos y cada uno de los que aparecen en la historia que explican, incluyendo el suyo y todo fluya mucho mejor. Es decir, que este nivel interpretativo que tienen Nicholas Hoult, Samuel L. Jackson y Anthony Mackie, es muy necesario en determinadas películas en concreto, porque son las que hacen que el guión funciona mejor, tenga más fuerza y eficacia en el espectador. Lo peligroso de este nivel de entrega a la hora de interpretar, es que, si no sabes deshacerte del personaje y volver a ser tu otra vez, puedes tener graves y serios problemas mentales y de identidad. Por eso recomiendan que los actores vayan muy a menuda al psicólogo: para evitar daños y problemas mentales y de identidad.

George Nolfi ha construido un guión técnico, sistemático y tradicional, pero que ha dado de lleno en la diana, a la hora de utilizar los planos. Porque ayudan al guión, a que el espectador se sumerja aún más; se involucre con la trama y sea un personaje más de este relato. La dirección de actores está perfectamente equilibrada, es sincera, empatizante y necesaria.  



Nacho Stars: 8,2



Nacho Miret




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