SUPERPODERES Y NARCOS - CRÍTICA CODIGO 8: PARTE 2
Code 8: Part II
es una película camufladamente de la mafia, futurista, pero donde gran parte de
la población tiene superpoderes, pero es ilegal tenerlos. Es un thriller en
toda regla, por lo tanto, conseguirá, que, en el noventa por ciento del film, estés
en tensión y alerta constantemente. A nivel de la base del guion, todo está tan
bien estructurado y con una narrativa ejecutada de un modo relativamente
impoluto, que logra construirlo de tal manera, que te sumerges por completo en
la aventura que te están contando, empatizando de lleno con los personajes; en
especial con Connor (Robbie Amell). Además, posee unos giros narrativos, que
unos cuantos son demasiados predecibles y los ves venir, debido a que son demasiados clichés, pero la otra mitad, aunque te hacen sospechar, no te los
esperas, y a su manera logran sorprenderte. Toda la temática está envuelta en
un halo oscuro y lúgubre, que acompaña a la trama del film, reforzando el
ambiente que quieren generar para el guion. La evolución del personaje de
Connor, es pequeña, pero necesaria y satisfactoria; la cual te enseña una valiosa
lección de vida que todos deberíamos aprender. En cambio, la transición del
personaje de Garrett (Stephen Amell), es ilusoria, ya que nunca aprende; como
bien dice Connor, Garrett es un parásito, mentiroso patológico, que, a todo y
todos, los utilizara, para lucrarse y sacar entre otras cosas un beneficio
personal, es lo que se llama comúnmente como, un estafador nato, del cual nunca
debes fiarte. Si eres de esas personas que vive las películas, el guion, tiene
ciertas secuencias que te provocaran, leves subidones de adrenalina. Es de esas
películas que, si fuera un libro, sería una novela negra.
La interpretación de Robbie
Amell es la mejor de todas, la que destaca por encima las demás, ya que
consigue reforzar el guion, haciéndolo inmersivo y que empatices aún más con su
personaje y el entorno, haciéndote partícipe de lo que está viviendo, sufras
por él, veas todo el relato, desde su perspectiva, y convirtiéndote en él, en
determinadas ocasiones. En cambio, la interpretación de Stephen Amell, es
tradicional y lineal, es decir, que no hay nada de nuevo en ella. Todos sus
personajes son iguales, incluso parces que le persiguen un pasado muy similar. Es
un actor que interpretativamente está encasillado, al cual le convendría aparecer
en unas cuantas películas que sean una Comedia o una de Amor, con un personaje
radicalmente diferente, para romper ese encasillamiento.
Jeff Chan tiene una elección de planos tan interesante, que consigue aporta cierta pequeña y agradecida diferencia estética, que rompen el esquema prestablecido en este tipo de films. La dirección de actores es relativamente perfecta, ya que ha logrado dar en la diana con la interpretación de Robbie Amell, pero con la de Stephen Amell, tendría que haberse focalizado más, para poder encontrar sus costumbres, y así conseguir romperlas, a la vez que logra hacer destacarla, pero no ha sido el caso.
Nacho Stars: 7,10
Nacho Miret
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