MALA MADRE
Nada más empezar el film, Claudia Llosa muestra a
una madre (Jennifer Connelly) preocupada por sus hijos y por curar mediante la
medicina alternativa y curanderos el dolor de su hijo pequeño causado por la
enfermedad que tiene. Pero a medida que va transcurriendo la película se puede
apreciar que se obsesiona tanto por eliminar el dolor de la gente que se olvida
del de su hijo y de lo más importante que puede haber en la vida. El film te
muestra que aunque tengas motivos de peso y la razón, no puedes pasarte toda la
vida cabreado con alguien porque lo único que consigues con esto es amargarte y
no disfrutar de la vida junto a las personas más importantes en tu vida.
El guion pasa del Drama a la Tragedia en cuestión de
segundos con un acto que ninguna madre en su santo juicio haría y que desencadenara
una cantidad de ira incalculable en uno de los personajes. Es un guion monótono,
todo el rato es lo mismo llegando a agotar anímicamente al espectador. Debido a
que lo remarca mucho y gracias a ello el guion deja muy claro que las
casualidades no existen. También te habla de que aunque quieras cambiar el
mundo, no puedes desentenderte de tus obligaciones y olvidarte de que hay
personas que dependen de ti. Jugando con las localidades y el tiempo atmosférico
se consigue una ambiento frio, triste y apagado haciendo que el espectador
sienta en todo momento emociones negativas como: La tristeza, La Ira, El
desprecio, la pena (lastima), etc… Se puede ver claramente la transición de la
buena madre a la mala madre de Nana Kunning (Jennifer Connelly).
Gracias a la interpretación de Cillian Murphy,
consigues sentir y vivir la relación fría y distante que tiene Ivan (Cillian
Murphy) con su madre; entender los motivos
que le llevan a odiarla tanto, consiguiendo que empatices con él, le entiendas y te pongas de su bando,
debido a que te da a entender de una forma muy clara que la tragedia más
importante y grande de la vida de Ivan que ha causado que se gruñón, es culpa
de su madre. Su interpretación junto con el guion insisten demasiado en que Nana
Kunning es mala madre porque hace más caso a sus seguidores que a sus propios
hijos entre otras muchas razones.
Por culpa de que el montaje usa los flashback de una
manera poco recomendable y el guion abusa de ellos, hacen que sea un film cronológicamente
algo confuso, porque hace tantos saltos en el tiempo entre el presente y el
pasado que causa que el espectador se desoriente y no sepa ni en que época esta,
no donde, y si el niño que ha visto es el mismo de antes. Incluso el final es
algo dudoso y se nota que está forzado para que sea una película con final
feliz, porque cuesta creer que una persona que le ha guardado tanto rencor a
otra, la perdone con tan facilidad y rapidez. En la vida real se tomarían su
tiempo a acompañado de largas y numerosas conversaciones. En cambio en Aloft lo arreglan con unas pocas palabras, un par de miradas, algún
que otro silencio incómodo y un abrazo final para mostrar el perdón provocando
que sea un final poco realista.
Nacho Miret Vives
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