ADIÓS VENOM - CRÍTICA VENOM: EL ÚLTIMO BAILE
Venom: Last Dance es una película personal, distinta, de despedida, ambigua, paradójica, que mete más cosas de los cómics, épica, curiosa, amistosa, graciosa, cómica, oscura, criminal y pasional. La premisa del guion, pese a tener ciertas partes algo flojas, es la versión más sentimental de Venom. Esta vez nos presentan a un Venom más humano. Así es como tuvo que ser Venom 2; es una especie de Venom 2 2.0. La ejecución de la narrativa y la puesta en escena, son algo ambiguas y dividas, porque, aunque consigue que te involucres tanto emocional como mentalmente, careciendo de la potencia necesaria para lograr un método más asombroso y recomendado, consigue cumplir su función. Haciendo que mientras estás centrado en Eddie Brock (Tom Hardy), se va elaborando a fuego lento una subtrama, que solo podrás percibir si tiene buen olfato y eres perspicaz. Además, siendo constante, silenciosa y oculta, al final consigue atraparte y que te sumerjas por completo, sin que lo veas venir. Tiene dos secuencias postcréditos. La estructura del guion es algo curiosa pero cautivadora en los ojos adecuados, porque tiene detalles predecibles, pero en algunos de ellos, logra que te confíes, bajes la guardia y entonces BOOM, te sorprende. Tiene una buena hibridación de géneros entre Comedia, Acción, Drama, Suspense, Ciencia Ficción y Reflexivas; en ciertos aspectos es mejorable, porque en determinadas ocasiones cambia de género algo brusco. Recurre al humor chorra o absurdo (es lo mismo): Básicamente, se trata de hacer reír o al menos intentarlo, mediante chorradas y/o cosas absurdas, normalmente demasiado simples y cuotidianas; pero con un enfoque mucho más humorístico. Con algunos gags, te sacará pequeñas y cortas carcajadas. El ritmo del guion es constante, distinto y peculiar, porque al plantearnos un punto de vista distinto, plantea nuevos retos.
Los VFX son intermitentes,
hay momentos en los que el diseño de los simbiontes es muy pobre, otros en los
que es aceptable, y otro en los que no está nada mal; eso sí, el diseño 3D de
la cara de Knull (Andy Serkis), se ha quedado aún en el inicio del desarrollo.
Tom Hardy y Juno Temple han
capturado a la perfección la esencia del personaje, transmitiéndola de una
manera cercana y personal, algo que se agradece un montón. Chiwetel Ejiofor ya
empieza a cansar, todos sus personajes son iguales: misma moral, misma fijación
por romper la jerarquía cuando las cosas no se hacen según su código ético,
mismos impulsos, misma motivación; visto un personaje visto todos.
En este caso hay tres curiosidades:
1- El rodaje sé de Venom: Last Dance
se vio afectado y paralizado por la famosa huelga de guionistas, actores,
directores, etc. 2- Tom Hardy asistió a una entrevista de la excesiva promoción
de Venom: Last Dance, y acabo
practicando una lucha de artes marciales (ya que Tom Hardy practica artes
marciales) con el entrevistador, después de la entrevista el entrevistador
confesó que Tom Hardy fue muy amable, simpático y atento. 3- Esta es el último film
de Venom, no van a existir futuras secuelas (declaraciones de Sony).
Kelly Marcel ha creado un
guion técnico que mantiene la esencia. Utiliza el viejo truco de las películas
de acción de la cámara lenta, para convertir una secuencia en otra mucho más
épica. La dirección de actores es acertada e inmersiva.
En resumen, Venom: Last Dance es una versión
diferente a la que estamos acostumbrados a ver, con constantes secuencias épicas,
que te provocarán varios subidones de adrenalina, si eres de las personas que
vive los films.
Nacho Stars: 6,2
Nacho Miret
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