DOS TIOS DUROS, UN MISMO OBJETIVO

En este film se ve a dos hombres que fingen ser cosas que son totalmente opuestas a su auténtica identidad investigándose mutuamente (como los policías infiltrados) pero que al final se verán forzados a ser esas personas por los acontecimientos que van sucediendo a lo largo de la película. El principio del film es como una especie de parodia porque a un nivel tan absurdo y ridículo que llega a ser cómico; pero eso es solo en la primera parte porque cuando se descubre el pastel se va a convertir en una película de acción con pequeños toques cómicos necesarios para ser más atrayente cara el espectador.

Una vez más Denzel Washington demuestra que es como un “Dios” de la interpretación, que haga lo que haga lo va a dar todo, dejando el listón de la interpretación a un nivel totalmente inalcanzable; está claro que su fuerte son las películas de acción. Por el contrario, Mark Wahlberg no aporta ninguna novedad porque ya ha dejada o suficientemente claro que sabe interpretar a tíos duros como en: Shooter, Daddy's Home, The italian Shop, entre otras muchas; a Wahlberg le hace falta más variedad porque lo único distinto en su carrera como actor es Ted y Ted 2. Cuando ves a Wahlberg tiendes a pensar que va a ser otro film de acción o que va hacer lo mismo de siempre (de tío duro), parece que no sepa hacer otra cosa. Su carrera interpretativa necesita muchísima más variedad, exige salir de la zona de confort (de la rutina).

El guion de la película se basa principalmente en la corrupción policial y militar, resumiendo, te habla de la corrupción que hay en el gobierno, que llega incluso al sitio más inesperado; que la gente del gobierno son gente que saben mentir perfectamente y fingir ser algo que no son. Este es un tema al que se tiende a recurrir demasiado para tener un éxito más o menos asegurado en taquilla.

 Baltasar Kormákur consigue mostrarte de una muy clara que los auténticos delincuentes no están ni en las calles ni en las cárceles sino detrás de una mesa sentados en una silla de cuero o de piel, dirigiendo el país y otras organizaciones gubernamentales; porque ellos cometen atrocidades y a menos que alguien preparado decida parare los pies seguirán cometiendo delitos a espaldas del gobierno. Eso les convierte de los peores ya que usan la ley como herramienta  para cometer los delitos modificándola a su antojo y también para ocultarlos; así van cometiendo delitos dia tras dia sin que nadie los pille (son ladrones de guante blanco escondidos tras la ley). Pero Kormákur también te dice que de ese 90% de corrupción hay un 10% que no es corrupto y a veces,  en muy pocas ocasiones de ese 10% sale alguien decidido a pararle los pies los corruptos usando su experiencia y trucos aprendidos en el tiempo que estaba con ellos; es combatir el fuego con fuego.

                                                             Nacho Miret Vives