WONKA - CRÍTICA WONKA


 Wonka te cuenta los inicios del famoso chocolatero (como y porque), de una manera muy entrañable, familiar y personal; que además quieras o no, la narrativa del personaje es tan profunda, que involuntariamente nos veremos inmersos en su historia personal, lo que nos hará hacer, que empaticemos irremediablemente, con el protagonista de este relato; que no es otro que el mundialmente conocido y mágico chocolatero. Antes de ver el film hay que tener dos cosas bien claras: 1- Es un musical, por lo que hay secuencias musicales, por doquier (aunque el guion no ha cogido la estructura de un musical, porque puedes ver el hilo de la historia, y tiene su sentido y lógica); 2- No es un remake, ni versión alternativa del famoso clásico Charlie y la fábrica de chocolate, es una precuela, que sirve para que entendamos como Willy Wonka (Timothée Chalamet), llego hasta donde lo conocemos actualmente, al mismo tiempo que conocemos cada detalle de su vida, con profundidad. Es un guion fiel y que sigue en la misma línea que sus predecesoras. Aunque eso sí, también posee sus puntos débiles, como, por ejemplo: que el guion va saltando del formato cine al de teatro, en diversas ocasiones; algo que no tendría que suceder, ya que estamos en el formato cine, porque no te debería dar la sensación de ver una obra de teatro, múltiples veces; cosa que sucede. Aparte de eso, también hay que decir, que el guion está dotado de tal fuerza que te sumerge en la trama y te acompaña durante toda la mágica película. Existen diversas escenas, donde las elipsis temporales predominan, para resumir de un modo muy mágico y suave el paso del tiempo. Las elipsis temporales empiezan como un sueño despierto de Wonka, pasando a convertirse en una realidad, con una simbiosis, exageradamente perfecta. La historia no es todo luz y color, también tiene sus momentos dramáticos y oscuros. Incluyendo una trama de corrupción protagonizada por unos antagonistas muy típicos de alta clase social, dotados de una frialdad asombrosa y muy propios del teatro. El guion te hara vivir una aventura, trepidante, colorida, mágica, con altibajos, y llena de sorpresas. Como no, los Oompa Loompa, no podían faltar, aunque en esta ocasión el verdadero “protagonista” es uno solo, encarnizado por el gran Hugh Grant; cuyas apariciones van a ser escasas y espontáneas, hasta que lleguemos al final del relato, no vamos a poder disfrutar de una aparición suya más larga; y aun así se nos hará corta.

La interpretación de Timothée Chalamet y Hugh Grant son perfectas, idóneas y totalmente encajadas, porque ayudan a empatizar aún más con el personaje de Willy Wonka, entendiendo más su vida al detalle, viviendo sus sueños y sufriendo con él. Cosa que no puedo decir lo mismo de Paterson Joseph, que sobreactúa tanto, de tantas formas inimaginables que hasta hace daño a la vista; Matt Lucas, cuya interpretación se ve muy limitada, la cual se podría definir solamente como un diccionario andante, cuya única función es explicar los chistes y bromas de sus compañeros; y Mathew Baynton, que sufre el mismo problema que Matt Lucas, pero en su caso, la única aportación al film es hacer el gesto de vomitar, cada vez que dicen la palabra pobres, y ya. Además, Olivia Colman, nose queda atrás, sigue los pasos de Paterson Joseph, aunque en una dosis más pequeña, es una película, que para nada le hace justicia, con lo buena actriz que es.

Paul King ha conseguido una dirección de actores desmedida y completamente desequilibrada, porque una mitad lo hace perfecto y la otra mitad, lo hace desastrosamente mal; tendría que haber estado más, encima de los actores, para poder controlar mejor las interpretaciones. Además, el guion técnico tampoco está equilibrado del todo, si vale refuerza y se centra, en lo que tiene que fortalecer, y se agradece, pero lo demás lo descuida.



Nacho Stars: 7,40



Nacho Miret   




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