COPIA CALCADA Y MODERNIZADA


 Road House carece de originalidad, puesto que es una copia “cutre” y modernizada de la original de mil novecientos ochenta y nueve, protagonizada por Patrick Swayze. Es la misma historia, lo único que la han trasladado a dos mil veinticuatro, y Elvut Dalton (Jake Gyllenhaal) es un ex-luchador de la UFC, que cuando se le cruzan los cables, se vuelve como una especia de Hulk, que, según él, garantiza que pierde el control y puede llegar a cargarse a su oponente; por la cuál decide retirarse de la UFC tras un incidente en el octágono; que por su propia salud mental y la de los demás decide dejarlo atrás, y llevar una vida de nómada. Pero es de esos guiones, en los que Hollywood, ha cogido un clásico y lo ha modernizado reciclando ideas, como es la costumbre de Hollywood actualmente (que no le da la gana pensar y se dedican únicamente reciclar ideas, y aquí tienes una prueba); por lo que, si te has visto Road House de mil novecientos ochenta y nueve, protagonizada por Patrick Swayze, o al menos conoces la historia, ya te has visto la versión del dos mil veinticuatro. Por consiguiente, convierte esta copia en poco interesante e insustancial. Los únicos puntos fuertes son Jake Gyllenhaal, la figura pública de Conor McGregor (solo por su nombre) y las secuencias de lucha (pero solo si disfrutas de la acción). Por todo lo demás es la típica TV Movie que echarían a las tres del medio día, después de comer, para echarse la siesta. Además, por si fuera poco, gran parte del guión es completamente predecible, así, se le suma el hecho, que, por este detalle, pierde gracia y sentido, verla. Por si fuera poco, han recurrido a los actores habituales, para esta clase de guiones, en eso no defrauda; todas las caras que puedas ver en un guión de este tipo, las vas a ver; yo los llamo Actores Habituales o Clichés Actorales.

La interpretación de Jake Gyllenhaal es uno de los mayores potenciales del film, y lo único que te mantiene pegado a la pantalla, te sumerjas en la historia y empatices con su personaje; así si no estubiera él, sería otra película del monton, muy floja y mala. Siguiendo con las interpretaciones, hay una que no se puede pasar por alto, la de Conor McGregor; porque su interpretación es completamente nula, ahí no hay ni interpretación ni personaje, ya que ese supuesto personaje es McGregor en estado puro, incluso la forma de andar de su personaje es Conor McGregor. No ves a ese supuesto personaje por ningun lado, puesto que McGregor, es así, es su personalidad como ex-luchador. Todos aquellos que han visto combates, pesajes y demás de Conor McGregor, verán perfectamente lo mismo que yo. Es Conor McGregor como luchador de la UFC, exagerado un pelín, y ya. Por lo que, al no existir interpretación no se puede hablar de tal.

Doug Liman ha hecho un trabajo como director bastante dudoso, centrándose tanto en Jake Gyllenhaal, que ha descuidado a los demás y su guión técnico no se queda atrás, porque ha metido un plano subjetivo de Jake Gyllenhaal, durante una pelea contra Conor McGregor, que no tiene ningun sentido; y solo te preguntas, que hace este plano aquí.



NACHO STARS: 5,20



Nacho Miret



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