viernes, 24 de agosto de 2018

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE


Isle of Dogs es un film con un guión puramente oriental, estrictamente canino, que reclama los derechos de los perros y que te muestra los dos bandos que siempre han existido. La introducción de forma teatral, te cuenta una historia que envuelve la trama del guión y que al mismo tiempo te presenta a los tres protagonistas principales, diciéndote cuál de ellos tres es el antagonista de este relato y porque hace lo que hace; dejándote ver la mentalidad, actitud, comportamiento habitual y personalidad de cada uno de los personajes. Esta vez el guión está inspirado y estilizado al más puro estilo asiático; hasta el más mínimo detalle, por minúsculo e insignificante que pueda parecer. Te plantea una trágica situación, pocos minutos después de empezar, que desencadena en otra que te hace intuir, que la primera es una excusa barata inventada para librarse del principal enemigo acérrimo injustificado de Kobayashi. Poco a poco vas viendo que la supuesta fiebre canina no es inventada del todo, existe de verdad. De repente el guión, te explica que existe una conspiración y que el alcalde Kobayashi ha creado la fiebre canina. En pocos minutos tras el inicio de la película te hace conocer a un personaje amante y defensor de los perros, que intenta poner fin a esta guerra absurda contra el mejor amigo del hombre. El guión te da pequeñas pistas muy visibles pero sutiles, que hacen referencia a la historia que te han contado al principio. Cada vez se va haciendo más evidente el eterno odio del alcalde Kobayashi hacia los perros. Recurre al flashback para contarte todos los detalles del relato que te están explicando. Cuando surge el esperado reencuentro entre Atari y Spots, aparece un giro de guión inesperado que lo cambiara todo radicalmente para siempre. De manera muy breve te dice que la historia de sus antepasados se ha repetido. Tiene un final brillante, feliz, reconciliador y moralista, con un pequeña sorpresa que puede provocar un malentendido si no te fijas bien analizándolo todo.

El diseño de Stop Motion que utiliza Wes Anderson, para dar vida a las maquetas que ha hecho construir, con todos los “muñecos” que las habitan, están tan bien trabajadas a un nivel de perfeccionismo tan elevadamente astronómico, que gracias a ellos es un film súper realista, con unas figuras que parece que estén vivas de verdad y tengan alma; lo cual es de agradecer, porque eso ayuda a sumergirse muchísimo más en la historia que te están narrando y así poder empatizar bastante más fácilmente con los personajes de cuyas vidas te están hablando.

El estilo de hacer las películas de animación de Wes Anderson  es excepcional y único, lo cual consigue hacer destacar y diferenciar sus films de las demás películas de animación, haciendo que suba el nivel y la categoría de dicho género, dejando el listón muy alto.

El film transmite el mensaje de que el perro es el mejor amigo del hombre y hay que respetarlo, demostrárselo y cuidarlo. Las casualidades no existen: todo ocurre por un misterioso, curioso, extraño y desconocido motivo en particular. El Kharma es tan real como el aire que respiramos; recoges lo que siembras: el Kharma castiga y el Dharma recompensa. El gobierno es experto en esconder información, mentir, extorsión, intimidación, secretos oscuros y todo tipo de torturas para un beneficio personal. Te puedes acabar haciendo amigo de quien menos te esperas, de la forma más inesperada. A veces una simple muestra de afecto, hace muchísimo más que un buen adiestramiento. En algunas ocasiones, en la vida hay que tomar decisiones muy duras y difíciles, pero necesarias para poder avanzar, y de vital importancia. La reencarnación existe: el alma va pasando de cuerpo en cuerpo tras morir cada recipiente; prácticamente una infinidad de veces.

Wes Anderson utiliza el Jump Cut para decirle al espectador sin la necesidad de usar la palabra, que un viaje es muy largo de manera simple y sencilla. También utiliza el primer plano  junto con el fuera de campo, para aportarle a la película más atractivo y diferencia.




                                                                     Nacho Miret



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